La XVI Cumbre de la Organización de Naciones Unidas contra el Cambio Climático (COP16), que se se llevó a cabo en la ciudad mexicana de Cancún desde el 29 de noviembre hasta la madrugada del pasado sábado, fue un verdadero fraude.
Así lo señaló en entrevista con el Correo del Orinoco el integrante del grupo técnico sobre esa materia de la organización Vía Campesina, Peter Rosset.
“Pensamos que la cumbre de la ONU sobre el cambio climático fue un fraude. Fue una reunión en la que se habló de negocios y no del clima, y en la que no hubo voluntad para encontrar soluciones reales. Sólo se buscaron garantías a escala internacional para que los países desarrollados sigan contaminando”, sostuvo.
Denunció, además, que el encuentro fue “muy poco transparente” ya que se organizaron varias reuniones a puerta cerrada entre los representantes de los países más desarrollados, y advirtió que hubo imposiciones por parte de esas naciones hacia las menos desarrolladas.
Rosset explicó: “Los movimientos sociales que se hicieron presentes en Cancún no vinimos aquí para tratar de que los acuerdos sean respetados o sean como nosotros pedimos, vinimos para denunciar que esta reunión era un fracaso anunciado y que es necesario crear un nuevo proceso donde se discuta verdaderamente el cambio climático”.
A juicio del integrante de Vía Campesina, sólo los movimientos sociales pueden obligar a los gobiernos a tomar acciones concretas contra este fenómeno climático.
“Es necesario descarrilar esta Cumbre y formar otro proceso donde participen los gobierno los movimientos sociales. Esa es la única manera para diagramar acciones concretar para que los Estado actúen ante el problema de manera responsable”, manifestó.
Para la solución
Para Rosset, esa nueva instancia debe buscar soluciones con base en el Acuerdo de Cochabamba, tratado que fue el resultado de la primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, encuentro realizado en esa ciudad boliviana en abril de este año.
Ese Acuerdo propone la creación de un tribunal internacional de justicia climática y ambiental, ente que dependería de la Organización de Naciones Unidas, con capacidad jurídica de procesar y sancionar a los estados, trasnacionales o entes personales y jurídicos que incumplan los acuerdos o prosigan con sus prácticas contaminantes del medio ambiente.
Sostiene, además, la necesidad de crear una Alianza Mundial de los Pueblos por la Madre Tierra que incluya a organizaciones y redes sociales, a fin de implementar los acuerdos de la conferencia de pueblos y garantizar que el aumento de la temperatura en el planeta no exceda de un grado centígrado.
Para ello, las enmiendas al Protocolo de Kioto deben comprometer a los países en desarrollo con la reducción de 50% de sus emisiones nacionales de gases de efecto de invernadero, debajo de niveles de 1990.
Detalla la necesidad de que los países industrializados reconozcan y paguen la deuda ecológica que tienen con los países en desarrollo, mediante la creación de un fondo mundial para ello, la promoción de trabajos limpios, la lucha para abatir la pobreza y la batalla contra el uso excesivo de automotores.
Propone, además, crear un nuevo sistema que restablezca la armonía entre los seres humanos y la Madre Tierra; la búsqueda del bienestar común con respeto a los derechos humanos y a la naturaleza; reconocimiento a los seres humanos por lo que son y no por lo que tienen, y eliminación de todas las formas de colonialismo e imperialismo.
El ALBA como ejemplo
Para el integrante de la Vía Campesina, en la XVI Cumbre de la ONU contra el Cambio Climático las naciones de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) tuvieron un papel protagónico al reclamar la necesidad de adoptar medidas efectivas contra ese fenómeno.
“Los países del ALBA tuvieron un papel protagónico en esta Cumbre y se posicionaron del lado correcto, ya que fueron los únicos que exigieron verdaderas medidas para frenar el cambio climático”, aseguró.
Para Rosset “la participación de Bolivia fue fundamental y lamentamos mucho que Venezuela no haya podido tener una presencia más fuerte debido a la inundaciones que está sufriendo el país que, paradójicamente, son producto de este cambio climático”.
Los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; y de Bolivia, Evo Morales, presentes en la Cumbre, fueron enfáticos al exigir que las naciones ricas asuman la deuda ambiental que tienen con la humanidad, pero que a la vez, asimilen compromisos vinculantes en un segundo capítulo del Protocolo de Kioto.
También el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, consideró impostergable la adopción de nuevos compromisos y alertó que existió en la reunión un grupo de países desarrollados que intentaron liquidar los acuerdos, informó Prensa Latina.
Yamila Blanco / El Correo del Orinoco (Con información de AFP)
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