Creo que el analisis de Paco Ignacio es acertado, nadie puede negar lo que aqui se dice, tan solo hay que ver la situación social y de podredumbre generalizada. El problema que trato de apuntar, es que (para variar) estamos atacando quimeras, fantasmas...la raíz del problema no es el narco y su profunda penetración en el Estado, o la gran corrupción de los funcionarios en los diferentes gobiernos. La raíz del problema tiene que ver con factores económicos y culturales (todos ellos creados por humanos) que generan todo tipo de contradicciones en la sociedad. ¿Como podemos empatar el decirle a un joven que trabaje y estudie, que lleve una vida alegre, de sabiduría y conocimiento, cuando permitimos y aceptamos que se promueva la competencia y el miedo al error desde la educación mas básica?, o el amor y gusto por el dinero, como forma de demostrar valía y poder (que en si no son mas que formas de decir "Quiéreme, quiéreme aunque sea por mi dinero pero quiéreme").
Yo no veo todavía que la gente rechace la forma de vida actual, esta mas bien orientada totalmente al consumismo y a pasar los dias de la mejor manera posible,( que su amos les permitan) aunque esto signifique que otros se jodan. Y entendamos...No se trata de salir a matar nosotros mismos, o que vendamos drogas o secuestremos a alguien...se trata de que en el actual estado de organización social, en la base misma de nuestras actividades diarias, esta implícita la aceptación y consenso de toda la injusticia que hay en el mundo...Es decir, NO PUEDO PEDIR QUE NO HAYA MUERTOS, CUANDO ACEPTO QUE SE CONSTRUYAN ARMAS, O QUE HAYA UN EJERCITO O POLICIA...NO PUEDO PEDIR QUE NO HAYA NIÑOS EN LA CALLE ,CUANDO ACEPTO EL DINERO PARA REGIRME EN LA VIDA Y MAS QUE ACEPTARLO, JUSTIFICO Y DEFIENDO SU EXISTENCIA, no puedo pedir que no haya desintegración y violencia familiar, si acepto las reglas de trabajo que otro ser humano me impone de manera coercitiva con ayuda del Estado, el Capital y sus teóricos económicos, o si acepto que tengo que trabajar como burro en cosas que me deprimen, entristecen, desesperan, cansan o simple y sencillamente no veo el porque de entregar mi tiempo y vida a labores tan insulsas como poner tornillos,a no ser que mi máximo en la vida sea hacer rico a mi patrón o prefiera trabajar doble turno en lugar de convivir, viajar y educar a mi hijo.
Todo esto de quejarse y darse golpes en el pecho es un gran HIPOCRECIA, a lo mas , lo que queremos es que no nos toque las de "perder" a nosotros o nuestras familias, cuando se trata de que otros salgan heridos , asesinados, violados o explotados, tal vez solo nos quejaremos, pero en el fondo no estamos dispuestos a sacrificar nada de nuestras comodidades y mucho menos de nuestro paradigma...NO, MEJOR ASI ME QUEDO...Ojalá no me toque a mi.
KoanOcho tesis y muchas preguntas
Las balas que matan a mexicanos se venden alegremente en EU
El sistema judicial está podrido; lleva muchos, muchos años estándolo
Paco Ignacio Taibo II (La Jornada)
Hace más de tres años el hombre que dirige desde Los Pinos los destinos de esta nación declaró una guerra contra los cárteles mexicanos de la droga. Al paso del tiempo los mexicanos habíamos aportado a esta guerra más de 31 mil muertos, según cifras oficiales, un número incontable de heridos, varias de las grandes ciudades del país (Ciudad Juárez, Chihuahua, Monterrey, Tampico, Morelia, Culiacán, Mazatlán) viviendo bajo el miedo y en virtual estado de sitio, regiones abandonadas por su habitantes, zonas rurales que son tierra de nadie, carreteras federales intransitables, 17 estados de la República en crisis profunda de inseguridad, más de un millar de quejas ante las comisiones de derechos humanos (y esas son las que se hacen públicas, porque el miedo impide que se conozca más allá de la punta del iceberg) por violaciones, secuestros, chantajes, cateos ilegales, robos y todo tipo de abusos producidos por las fuerzas policiacas, el Ejército y en menor medida por la Marina, barrios urbanos y zonas industriales en los que no entran inspectores de Hacienda o de salubridad, porque el narco es el Estado.