Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
El
viernes se cumplieron 100 días desde el comienzo de la huelga de hambre
en la Bahía de Guantánamo que ha vuelto a capturar la atención
internacional respecto a la prisión en el extranjero que el presidente
Obama prometió cerrar hace cinco años cuando era candidato.
Los
funcionarios militares dicen que el jueves de los 166 detenidos 102
estaban participando en la huelga. Los abogados dicen que la cantidad es
más cercana a 130.
Desde
que la huelga de hambre comenzó hace 100 días, grupos internacionales
que incluyen el Parlamento Europeo, la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos y varias naciones con detenidos en Guantánamo, han
aumentado la presión sobre el gobierno de Obama para que libere a los
detenidos o cierre por completo la prisión.
Como
la huelga continúa pasado su centésimo día, presentamos cuatro de los
hechos más inquietantes sobre la situación en Guantánamo.
1. La tortura de la alimentación forzosa
Treinta
de los 166 prisioneros recluidos en Guantánamo son sometidos a la
alimentación forzosa, una práctica que la Oficina de Derechos Humanos de
la ONU considera tortura y violación del derecho internacional. Durante
esta semana, la ACLU [Unión Estadounidense de Libertades Civiles], así
como varias organizaciones de derechos humanos, enviaron una carta al
Secretario de Defensa Chuck Hagel urgiéndole a que se deje de alimentar a
la fuerza a los presos de Guantánamo.
Mientras
los militares dicen que sería “inhumano” dejar que los prisioneros se
maten por inanición, varios grupos de derechos humanos y médicos no
están de acuerdo.
“Bajo
esas circunstancias, seguir adelante y alimentar a la fuerza a una
persona no solo es una violación ética sino que puede llegar al nivel de
tortura o maltrato”, dijo Peter Maurer, jefe del Comité Internacional
de la Cruz Roja.
El
procedimiento de alimentación forzosa consiste en la introducción de un
tubo por la nariz del prisionero, pasando por las fosas nasales, la
garganta hasta llegar al estómago. El proceso inflige severos dolores y
malestar. Según un análisis de documentos militares realizado por Al Jazeera
[3], obligan a los prisioneros “a llevar máscaras sobre sus bocas
mientras están sentados encadenados a una silla hasta dos horas”
mientras bombean un suplemento nutritivo a su estómago. “Al final del
procedimiento levantan al preso de la silla y le llevan a una ‘celda
seca’, sin agua corriente”, explica Al Jazeera. “Entonces un
guardia observa al detenido durante 45-60 minutos ‘por si diera señales
de vomitar o intentase inducir el vómito’. Si el prisionero vomita le
devuelven a la silla de alimentación”.
2. Supuestos intentos de “quebrar” a los presos en huelga de hambre
Han
aparecido varios informes de que los guardias de Guantánamo están
maltratando a presos en huelga de hambre en un esfuerzo por
“quebrarlos”. Los abogados del prisionero yemenita Musaab al-Madhwani
dicen que los guardias presionan a los huelguistas negándoles el agua
potable, obligándolos a beber agua de la llave no potable y manteniendo
sus celdas a temperaturas “extremadamente frías”, informa AFP
[4]. En una queja, los abogados dijeron: “Cuando Musaab y sus compañeros
presos solicitaron agua potable, los guardias les dijeron que bebieran
de los grifos… La falta de agua potable ya ha causado a algunos
prisioneros problemas renales, urinarios y estomacales.”
Otro abogado dijo a RT
[5] que los guardias sacan a los detenidos en huelga de hambre de los
espacios comunes y los obligan a vivir en celdas aisladas para quebrar
su espíritu.
3. Más
de la mitad de los presos de Guantánamo han sido aprobados para su
liberación. Un noventa por ciento ni siquiera han sido acusados de
crímenes.
Ochenta
y seis de 166 prisioneros en Guantánamo ya han sido aprobados para su
liberación, pero las barreras legales y burocráticas los mantienen en
detención indefinida. Ante todo, el Congreso impuso restricciones a las
transferencias de detenidos, exigiendo pruebas de que los posibles
transferidos no plantearían jamás una amenaza a la seguridad nacional de
EE.UU. en el futuro. En una conferencia de prensa del pasado mes, el
presidente Obama reiteró este hecho, diciendo que “necesitará algo de
ayuda del Congreso”. Sin embargo, como han señalado varios
comentaristas, el Congreso también ha otorgado a Obama el poder de
utilizar dispensas para transferir detenidos, un poder que no ha
ejercido ni una sola vez.
Las cosas son complicadas por los 56 nacionales yemenitas detenidos en Guantánamo. Como explicó Alex Kane de AlterNet [6]
Yemen es “un fuerte aliado de EE.UU. que también tiene un problema con
Al Qaida en la Península Arábiga, un grupo que ha planeado ataques
contra EE.UU. Después de la suspensión de una conspiración terrorista en
2009 que supuestamente se originó en Yemen, el gobierno de Obama
decidió suspender la repatriación de detenidos a Yemen”.
4. Ninguna alternativa excepto un ataúd
Se
informa de que la huelga de hambre comenzó como una reacción por el
maltrato de los guardias de la prisión a los ejemplares de El Corán de
los detenidos. Pero como han señalado diversos comentaristas,
organizaciones y los propios detenidos, eso fue solo un momento clave.
La huelga es el resultado de las grandes frustraciones de los
prisioneros por tenerlos alejados de sus familias en condiciones
inhumanas, algunos desde hace más de 11 años.
“Los funcionarios dicen que dos detenidos han intentado suicidarse desde el comienzo de la huelga”.
“Los
presos no están pasando hambre para convertirse en mártires… Lo hacen
porque están desesperados”, dijo Wells Dixon, un abogado que representa a
cinco detenidos de Guantánamo. “Están desesperados por liberarse de
Guantánamo. No ven ninguna alternativa aparte de salir en un ataúd. Es
el resultado final”.
Samir
Naji al Hasan Moqbel, mediante un llamado telefónico a su abogado,
explicó que la huelga de hambre está impulsada por una mentalidad de
último recurso en un artículo de opinión para el New York Times [7] del pasado mes:
“Ahora la situación es desesperada. Todos los detenidos están sufriendo profundamente… He vomitado sangre.
Y
no hay fin a la vista de nuestro encarcelamiento. La decisión que hemos
tomado es negarnos a ingerir alimentos y arriesgar la muerte cada día.
Solo
espero que debido al dolor que estamos sufriendo, los ojos del mundo
vuelvan a dirigirse hacia Guantánamo antes de que sea demasiado tarde”.
Enlaces:
[1] http://www.alternet.org
[2] http://www.alternet.org/authors/steven-hsieh
[3] https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CDMQqQIwAA&url=http%3A%2F%2Fwww.aljazeera.com%2Fhumanrights%2F2013%2F05%2F201358152317954140.html&ei=I2GWUenaNenW0gHji4CwAg&usg=AFQjCNFxDwW9JkWvnCe_0oD8rulisiW3cg&bvm=bv.46751780,d.dmQ
[4] http://www.google.com/hostednews/afp/article/ALeqM5itBFLqYvtS3T-eqJskEaP7qUmJjA?docId=CNG.f85e5854bf7734842f2130a889c477e7.b1
[5] http://rt.com/op-edge/gitmo-prison-transfer-weapons-834/
[6] http://www.alternet.org/news-amp-politics/6-horrifying-facts-every-american-should-know-about-guantanamo-bay-and-ongoing
[7] http://www.nytimes.com/2013/04/15/opinion/hunger-striking-at-guantanamo-bay.html
Steven Hsieh es asistente editorial en AlterNet y escritor basado en Brooklyn. Sígalo en Twitter @stevenjhsieh.
Fuente: http://www.alternet.org/civil-liberties/4-inhumane-realities-about-guantanamo-hunger-strike