¡Hermoso, excelso...bellísimo!...
Aquí no hay propiedades, hay unidad, hay solidaridad, hay humanismo, hay seres humanos intentando salir juntos de este fango que es el sistema que nos controla, atemoriza y confunde.
...
"Alimenta, Cuida y Ama a tu Hij@, para que el sistema pueda explotar su Cuerpo, embotar su Mente y destruir su Alma"
Koan
jueves, 13 de febrero de 2014
"Gallinas" de Rafael Barrett
Mientras no poseí más que mi catre y mis libros, fui feliz. Ahora poseo nueve gallinas y un gallo, y mi alma está perturbada.
La propiedad me ha hecho cruel. Siempre que compraba una gallina la ataba dos días a un árbol, para imponerle mi domicilio, destruyendo en su memoria frágil el amor a su antigua residencia. Remendé el cerco de mi patio, con el fin de evitar la evasión de mis aves, y la invasión de zorros de cuatro y dos pies. Me aislé, fortifiqué la frontera, tracé una línea diabólica entre mi prójimo y yo. Dividí la humanidad en dos categorías; yo, dueño de mis gallinas, y los demás que podían quitármelas. Definí el delito. El mundo se llena para mí de presuntos ladrones, y por primera vez lancé del otro lado del cerco una mirada hostil.
Mi gallo era demasiado joven. El gallo del vecino saltó el cerco y se puso a hacer la corte a mis gallinas y a amargar la existencia de mi gallo. Despedí a pedradas el intruso, pero saltaban el cerco y aovaron en casa del vecino. Reclamé los huevos y mi vecino me aborreció. Desde entonces vi su cara sobre el cerco, su mirada inquisidora y hostil, idéntica a la mía. Sus pollos pasaban el cerco, y devoraban el maíz mojado que consagraba a los míos. Los pollos ajenos me parecieron criminales. Los perseguí, y cegado por la rabia maté uno. El vecino atribuyó una importancia enorme al atentado. No quiso aceptar una indemnización pecuniaria. Retiró gravemente el cadáver de su pollo, y en lugar de comérselo, se lo mostró a sus amigos, con lo cual empezó a circular por el pueblo la leyenda de mi brutalidad imperialista. Tuve que reforzar el cerco, aumentar la vigilancia, elevar, en una palabra, mi presupuesto de guerra. El vecino dispone de un perro decidido a todo; yo pienso adquirir un revólver.
¿Dónde está mi vieja tranquilidad? Estoy envenenado por la desconfianza y por el odio. El espíritu del mal se ha apoderado de mí. Antes era un hombre. Ahora soy un propietario...
Fuente:Cultura y Anarquismo
La propiedad me ha hecho cruel. Siempre que compraba una gallina la ataba dos días a un árbol, para imponerle mi domicilio, destruyendo en su memoria frágil el amor a su antigua residencia. Remendé el cerco de mi patio, con el fin de evitar la evasión de mis aves, y la invasión de zorros de cuatro y dos pies. Me aislé, fortifiqué la frontera, tracé una línea diabólica entre mi prójimo y yo. Dividí la humanidad en dos categorías; yo, dueño de mis gallinas, y los demás que podían quitármelas. Definí el delito. El mundo se llena para mí de presuntos ladrones, y por primera vez lancé del otro lado del cerco una mirada hostil.
Mi gallo era demasiado joven. El gallo del vecino saltó el cerco y se puso a hacer la corte a mis gallinas y a amargar la existencia de mi gallo. Despedí a pedradas el intruso, pero saltaban el cerco y aovaron en casa del vecino. Reclamé los huevos y mi vecino me aborreció. Desde entonces vi su cara sobre el cerco, su mirada inquisidora y hostil, idéntica a la mía. Sus pollos pasaban el cerco, y devoraban el maíz mojado que consagraba a los míos. Los pollos ajenos me parecieron criminales. Los perseguí, y cegado por la rabia maté uno. El vecino atribuyó una importancia enorme al atentado. No quiso aceptar una indemnización pecuniaria. Retiró gravemente el cadáver de su pollo, y en lugar de comérselo, se lo mostró a sus amigos, con lo cual empezó a circular por el pueblo la leyenda de mi brutalidad imperialista. Tuve que reforzar el cerco, aumentar la vigilancia, elevar, en una palabra, mi presupuesto de guerra. El vecino dispone de un perro decidido a todo; yo pienso adquirir un revólver.
¿Dónde está mi vieja tranquilidad? Estoy envenenado por la desconfianza y por el odio. El espíritu del mal se ha apoderado de mí. Antes era un hombre. Ahora soy un propietario...
Fuente:Cultura y Anarquismo
México: La detención de Mario González se valió de un delito inventado
El presidente de la Liga Mexicana de Derechos Humanos (Limeddh), Adrián
Ramírez López, aseveró que el delito de “tentativa de ataques a la paz
pública” no existe y por tanto, la acusación emprendida contra el
activista Mario González, aprehendido desde el pasado dos de octubre por
supuestamente haber arrojado un petardo, es una “aberración” al
sistema jurídico.
El Código Penal Federal lo contempla en el artículo 362, pero fue reformado –para la reglamentación exclusiva para la Ciudad de México– por la Asamblea Legislativa en diciembre del año antepasado, una vez que se desató una ante la ola protestas contra la asunción de Peña Nieto a la presidencia de la república.
Como puede desprenderse de su lectura, dicho artículo, pese a su afirmativa, nunca contempla las sanciones contra alguien que no haya sido apresado en flagrancia, es decir, cometiendo el acto y existan las pruebas que lo confirmen.
Este textualmente dice:
“Se les impondrán de dos a siete años de prisión y suspensión de derechos políticos hasta por diez años, a los que mediante la utilización de sustancias tóxicas, por incendio, por inundación o violencia, realicen actos en contra de las personas, de los bienes públicos o privados o servicios públicos que perturben la paz pública.”
De acuerdo al testimonio del propio Mario González García, como se señala en la declaración ministerial, éste iba en un autobús que salió del estadio de Ciudad Universitaria, pasando por el centro de la Ciudad de México, cuando en la esquina de la calle 5 de Mayo e Isabel la Católica varias patrullas le cerraron el paso.
Una vez que esta se detuvo, se subieron aproximadamente cuatro o cinco policías y bajaron a todos los jóvenes que iban a bordo, entre ellos, quien ahora se encuentra apresado.
De acuerdo con la versión oficial, el centro de monitoreo C4 dio aviso a la policía capitalina de que varios jóvenes estaban aventando piedras y petardos contra personas y locales comerciales en la calle de Isabel la Católica. Por ese motivo, comenzaron una redada para “detener” las agresiones contra personas y sus propiedades, uno de ellos fue González, quien, junto a otra decena de muchachos, fue detenido por el delito de ataques a la paz pública, ultrajes a la autoridad y narcomenudeo.
A éste sólo lo acusaron del primero. Pese a todo y como puede notarse en los videos de su aprehensión, no lo arrestaron en fragancia.
“El delito de ataques a la paz pública, no existe el delito de tentativa
y si a él lo detuvieron en una revisión de un transporte público,
entonces él no cometió un hecho ilícito. Sin embargo, la forma en la
cual está diseñado el delito, al no tener que acreditar la participación
ni haber tampoco tener registro de la conducta de Mario, permite con
esta figura someterlo a la prisión”, señaló Adrián Ramírez López.El Código Penal Federal lo contempla en el artículo 362, pero fue reformado –para la reglamentación exclusiva para la Ciudad de México– por la Asamblea Legislativa en diciembre del año antepasado, una vez que se desató una ante la ola protestas contra la asunción de Peña Nieto a la presidencia de la república.
Como puede desprenderse de su lectura, dicho artículo, pese a su afirmativa, nunca contempla las sanciones contra alguien que no haya sido apresado en flagrancia, es decir, cometiendo el acto y existan las pruebas que lo confirmen.
Este textualmente dice:
“Se les impondrán de dos a siete años de prisión y suspensión de derechos políticos hasta por diez años, a los que mediante la utilización de sustancias tóxicas, por incendio, por inundación o violencia, realicen actos en contra de las personas, de los bienes públicos o privados o servicios públicos que perturben la paz pública.”
De acuerdo al testimonio del propio Mario González García, como se señala en la declaración ministerial, éste iba en un autobús que salió del estadio de Ciudad Universitaria, pasando por el centro de la Ciudad de México, cuando en la esquina de la calle 5 de Mayo e Isabel la Católica varias patrullas le cerraron el paso.
Una vez que esta se detuvo, se subieron aproximadamente cuatro o cinco policías y bajaron a todos los jóvenes que iban a bordo, entre ellos, quien ahora se encuentra apresado.
De acuerdo con la versión oficial, el centro de monitoreo C4 dio aviso a la policía capitalina de que varios jóvenes estaban aventando piedras y petardos contra personas y locales comerciales en la calle de Isabel la Católica. Por ese motivo, comenzaron una redada para “detener” las agresiones contra personas y sus propiedades, uno de ellos fue González, quien, junto a otra decena de muchachos, fue detenido por el delito de ataques a la paz pública, ultrajes a la autoridad y narcomenudeo.
A éste sólo lo acusaron del primero. Pese a todo y como puede notarse en los videos de su aprehensión, no lo arrestaron en fragancia.
Con lo cual, según dijo, se estaría violando el procedimiento para imputarlo, ya que hasta el momento, no se ha podido acreditar su vinculación a los hechos delictivos que se le imputan; dado que el lugar donde se efectuó su detención se produjo ya arriba del camión.
***
Hace tres días, la Limeddh ofreció una conferencia de prensa para anunciar una denuncia penal interpuesta en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), en contra del gobierno capitalino encabezado por Miguel Ángel Mancera, producto ante los delitos de tortura; en ella estuvieron presentes, entre otros, Ramírez López y el médico Ricardo Okie González.
En dicha presentación, acusaron que los elementos de la policía, que a Mario González le dieron descargas eléctricas en costillas y en la parte baja de la espalda del lado izquierdo, y mientras pasaba eso le decían insultos y amenazas.
A su vez, manifestaron que también lo golpearon en el rostro con la mano abierta, lo golpearon en las piernas y le pegaron en el estómago, después lo subieron a una patrulla con otras tres personas y ahí los policías le quitaron el teléfono.
Ambos recordaron que lo trasladaron a un hospital por General Anaya para revisarle el brazo ya que lo tenía muy hinchado, como producto de la tortura resultó con múltiples lesiones, principalmente en el brazo derecho (luxado) y la pierna izquierda; no obstante, estas lesiones no fueron certificadas por la autoridad ministerial, ni por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.
Bajo este alegato, esperan que no sólo la PGJDF atraiga el caso, sino en virtud de la omisión y la “criminalización de la protesta social”, lo haga la Procuraduría General de la república, ya que se tratan de “delitos graves”.
Fuente: http://revoluciontrespuntocero.com/
Más información:
http://www.abajolosmuros.org/
http://solidaridadmariogonzalez.wordpress.com/
Marketing religioso...
¡Wow!, no se si reir o llorar...PATÉTICO.
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Religión,
Sectas
El criminal es el votante
Eres el elector, el votante, el que acepta lo que hay; aquel que,
mediante la papeleta del voto, sanciona todas sus miserias; aquel que,
al votar, consagra todas sus servidumbres.
Eres un peligro para todas y todos nosotros, hombres y mujeres libres, anarquistas. Eres un peligro igual que los tiranos y los amos a los que te entregas, a los que eliges, apoyas, alimentas y proteges con tus armas y tus porras, a los que defiendes con la fuerza bruta, que exaltas con tu ignorancia, que legalizas con tus papeletas de voto y que nos impone tu imbecilidad.
Si candidatos hambrientos de mandatos y ahítos de simplezas, te cepillan el espinazo y la grupa de tu autocracia de papel; si te embriagas con el incienso y las promesas que vierten sobre ti los que siempre te han traicionado, te engañan y te venderán mañana; es que tú mismo te pareces a ellos.
¡Vamos, vota! Ten confianza en tus mandatarios, cree en tus elegidos. Pero deja de quejarte. Los yugos que soportas, eres tú quien te los impones. Los crímenes por los que sufres, eres tú quien los cometes. Tú eres el amo, el criminal e, ironía, eres tú también el esclavo y la víctima.
Eres un peligro para todas y todos nosotros, hombres y mujeres libres, anarquistas. Eres un peligro igual que los tiranos y los amos a los que te entregas, a los que eliges, apoyas, alimentas y proteges con tus armas y tus porras, a los que defiendes con la fuerza bruta, que exaltas con tu ignorancia, que legalizas con tus papeletas de voto y que nos impone tu imbecilidad.
Si candidatos hambrientos de mandatos y ahítos de simplezas, te cepillan el espinazo y la grupa de tu autocracia de papel; si te embriagas con el incienso y las promesas que vierten sobre ti los que siempre te han traicionado, te engañan y te venderán mañana; es que tú mismo te pareces a ellos.
¡Vamos, vota! Ten confianza en tus mandatarios, cree en tus elegidos. Pero deja de quejarte. Los yugos que soportas, eres tú quien te los impones. Los crímenes por los que sufres, eres tú quien los cometes. Tú eres el amo, el criminal e, ironía, eres tú también el esclavo y la víctima.
Octave Mirbeau (1888)
Acción directa y desobediencia civil: diferencias
Publicaba la otra semana un artículo sobre acción directa (que podéis leer de nuevo haciendo click aquí).
En aquel texto presentaba las ideas básicas de la acción directa, así
como ésta se relaciona directamente con el anarquismo. De pasada
mencionaba que acción directa y desobediencia civil no son exactamente
la misma cosa, lo que generó cierta reacción en algunes lectores. En
este artículo pretendo explorar de mejor manera las diferencias entre
estos dos elementos. [1]
Tomemos de nuevo el ejemplo que puse en el texto sobre acción directa. [2] Supongamos ahora que la función social que cumple la discoteca (es decir, la función de proporcionar diversión musical y un espacio para relacionarse con otras personas) es considerada como necesaria por el barrio. Ante esta situación les vecines pueden optar por un sinfín de acciones. Supongamos que deciden bloquear por la noche la entrada de la discoteca. Hasta aquí estaríamos ante un ejemplo de desobediencia civil en tanto que se está desobedeciendo la ley impuesta (bloquear la entrada a un establecimiento "correctamente" regulado). Sin embargo, el problema del ruido sigue presente.
Así pues, imaginemos que les vecines deciden no solamente bloquear la entrada, pero también cortar el suministro de electricidad de la discoteca (de esta forma el ruido cesa). Una vez más, teniendo en cuenta lo que hemos dicho de "la función social de la discoteca", estamos ante un ejemplo de desobediencia civil. ¿Por qué? Porque no se está supliendo la función social del establecimiento ahora bloqueado y "cortado" de la red eléctrica. No hay ruido, es cierto. Pero tampoco hay un espacio óptimo en el que divertirse, escuchar música, y relacionarse con otras personas.
Como se puede derivar del ejemplo anterior, la desobediencia civil simplemente desacata la normativa de la Administración (por la razón que sea), pero no cuestiona la autoridad legal y moral del Ayuntamiento y de la policía. La acción directa que proponemos les anarquistas es muy diferente: no solamente queremos bloquear y "cortar" a la ruidosa discoteca, sino que también proponemos suministrar (por nuestra propia cuenta) la misma función social que proporcionaba el establecimiento. Entonces, ¿qué sería acción directa? Siguiendo con el mismo ejemplo, acción directa sería bloquear la discoteca, "cortar" la música, y abrir una nueva discoteca que no haga ruido y cumpla solidariamente con las necesidades del barrio. Así de sencillo.
Me vais a permitir ahora un poco de disertación teórica para ahondar un poco más en la cuestión. Como hemos dicho, la desobediencia civil no cuestiona la autoridad del Ayuntamiento o del Estado. La desobediencia civil se limita a señalar y mostrar que cierto grupo de personas no está conforme con la legalidad vigente. No obstante, se deriva que este grupo de personas está a la espera de que la Administración predisponga de nuevas leyes que satisfagan las expectativas de dicho grupo movilizado.
Por otro lado, la acción directa planteada por el anarquismo no solamente señala las injusticias de la legalidad vigente, sino que además incita a las personas a vivir sus vidas como si no existiera ningún aparato estatal o administrativo que impongan leyes y normas de comportamiento. La acción directa nos hace ser libres, o mejor dicho, nos hace vivir nuestras vidas como si fuéramos libres. Si necesitamos un colegio público en nuestro barrio, la acción directa propone abrir uno (para satisfacer las funciones que proporciona un centro escolar) por nuestra cuenta. La desobediencia civil propondría bloquear el Ayuntamiento o acciones similares. La diferencia es más que clara: la desobediencia civil depende de la autoridad y poder de la Administración, mientras que la acción directa niega todo poder y autoridad vertical.
En conclusión, la desobediencia civil no llevará a las personas más allá de la reforma del sistema imperante. La acción directa, por su parte, no solamente bloquea el funcionamiento del sistema vigente, sino que además propone un marco de acción más libertador, pues se basa en la concepción del ser humano como un ente libre y creador de su propia realidad, sin necesidad de Administración, Estado, policía, o representantes. Lo que queremos, lo creamos nosotres mismes.
La Colectividad - Regeneración Fuente: http://www.regeneracionlibertaria.org/accion-directa-y-desobediencia-civil-diferencias
[2] Recordemos de manera rápida: en un barrio encontramos una discoteca con todos los permisos del ayuntamiento. No obstante, los niveles de ruido son insoportables (por mucho que la Administración diga que el nivel de decibelios cumple con la normativa). Ante esto, les vecines deciden cerrar la discoteca por la fuerza.
Tomemos de nuevo el ejemplo que puse en el texto sobre acción directa. [2] Supongamos ahora que la función social que cumple la discoteca (es decir, la función de proporcionar diversión musical y un espacio para relacionarse con otras personas) es considerada como necesaria por el barrio. Ante esta situación les vecines pueden optar por un sinfín de acciones. Supongamos que deciden bloquear por la noche la entrada de la discoteca. Hasta aquí estaríamos ante un ejemplo de desobediencia civil en tanto que se está desobedeciendo la ley impuesta (bloquear la entrada a un establecimiento "correctamente" regulado). Sin embargo, el problema del ruido sigue presente.
Así pues, imaginemos que les vecines deciden no solamente bloquear la entrada, pero también cortar el suministro de electricidad de la discoteca (de esta forma el ruido cesa). Una vez más, teniendo en cuenta lo que hemos dicho de "la función social de la discoteca", estamos ante un ejemplo de desobediencia civil. ¿Por qué? Porque no se está supliendo la función social del establecimiento ahora bloqueado y "cortado" de la red eléctrica. No hay ruido, es cierto. Pero tampoco hay un espacio óptimo en el que divertirse, escuchar música, y relacionarse con otras personas.
Como se puede derivar del ejemplo anterior, la desobediencia civil simplemente desacata la normativa de la Administración (por la razón que sea), pero no cuestiona la autoridad legal y moral del Ayuntamiento y de la policía. La acción directa que proponemos les anarquistas es muy diferente: no solamente queremos bloquear y "cortar" a la ruidosa discoteca, sino que también proponemos suministrar (por nuestra propia cuenta) la misma función social que proporcionaba el establecimiento. Entonces, ¿qué sería acción directa? Siguiendo con el mismo ejemplo, acción directa sería bloquear la discoteca, "cortar" la música, y abrir una nueva discoteca que no haga ruido y cumpla solidariamente con las necesidades del barrio. Así de sencillo.
Me vais a permitir ahora un poco de disertación teórica para ahondar un poco más en la cuestión. Como hemos dicho, la desobediencia civil no cuestiona la autoridad del Ayuntamiento o del Estado. La desobediencia civil se limita a señalar y mostrar que cierto grupo de personas no está conforme con la legalidad vigente. No obstante, se deriva que este grupo de personas está a la espera de que la Administración predisponga de nuevas leyes que satisfagan las expectativas de dicho grupo movilizado.
Por otro lado, la acción directa planteada por el anarquismo no solamente señala las injusticias de la legalidad vigente, sino que además incita a las personas a vivir sus vidas como si no existiera ningún aparato estatal o administrativo que impongan leyes y normas de comportamiento. La acción directa nos hace ser libres, o mejor dicho, nos hace vivir nuestras vidas como si fuéramos libres. Si necesitamos un colegio público en nuestro barrio, la acción directa propone abrir uno (para satisfacer las funciones que proporciona un centro escolar) por nuestra cuenta. La desobediencia civil propondría bloquear el Ayuntamiento o acciones similares. La diferencia es más que clara: la desobediencia civil depende de la autoridad y poder de la Administración, mientras que la acción directa niega todo poder y autoridad vertical.
En conclusión, la desobediencia civil no llevará a las personas más allá de la reforma del sistema imperante. La acción directa, por su parte, no solamente bloquea el funcionamiento del sistema vigente, sino que además propone un marco de acción más libertador, pues se basa en la concepción del ser humano como un ente libre y creador de su propia realidad, sin necesidad de Administración, Estado, policía, o representantes. Lo que queremos, lo creamos nosotres mismes.
La Colectividad - Regeneración Fuente: http://www.regeneracionlibertaria.org/accion-directa-y-desobediencia-civil-diferencias
Notas
[1] Convendría mencionar que la diferencia entre acción directa y desobediencia civil va más allá de los debates teóricos. Es decir, ésta también es una cuestión práctica.[2] Recordemos de manera rápida: en un barrio encontramos una discoteca con todos los permisos del ayuntamiento. No obstante, los niveles de ruido son insoportables (por mucho que la Administración diga que el nivel de decibelios cumple con la normativa). Ante esto, les vecines deciden cerrar la discoteca por la fuerza.
¿Qué es la acción directa?
Sin duda alguna, el concepto de acción directa es uno de los
más usados en el vocabulario anarquista. No obstante, ante la
creciente (relativamente) nueva actividad política de asambleas
vecinales, mareas, colectivos, y redes, creo conveniente definir una vez
más que es eso de la acción directa, sobre todo porque existe una
concepción negativa entre la gente y los grandes medios capitalistas de
comunicación sobre el proceder anarquista. Empecemos.
Acción directa y anarquismo van íntimamente de la mano. El anarquismo propone una forma distinta de participar en política y sociedad: les anarquistas no aceptamos la autoridad del Estado y su maquinaria institucional, así como tampoco nos contentamos con delegar nuestra voluntad y responsabilidad en terceras personas (como polítiques, representates, partidos etcétera). La filosofía anarquista propone la existencia de individuos libres, responsables, y autónomes. Actuar acorde con esta visión sería, en pocas palabras, acción directa, y se me hace difícil imaginar otra forma en la que actuar desde una filosofía anarquista.
La praxis anarquista reflejada en la acción directa apunta a la resolución de los problemas de une misme por une misme. Imaginemos que vivimos en un barrio donde una discoteca atormenta a les vecines por las noches con su música a todo volumen. Ante este problema tenemos dos opciones: 1) denunciar a la policía el excesivo ruido del establecimiento, o 2) resolver el problema por nosotres mismes. Si optamos por la segunda opción (seamos o no anarquistas) estamos actuando de manera directa. Ahora, como es obvio, existen muchas maneras de “resolver el problema por nosotres mismes.” Podríamos optar por hacerlo de manera individual (aunque en este caso no sería muy eficiente) o de manera colectiva (con el resto de vecines). Podríamos optar por hacerlo de manera pacífica (ir a hablar con el o la dueña de la discoteca, suponiendo que esto pone fin al problema) o de manera no-pacífica (entrar en el establecimiento, ocuparlo, bloquear el acceso, o hasta destruir el equipo de sonido). Sea como sea que actuásemos estaríamos haciéndolo de manera directa.
En el ejemplo anterior, optar por la segunda opción es el resultado lógico de aceptar nuestra autonomía como personas libres. Llamar a la policía o poner una denuncia en comisaria sería aceptar la autoridad legal y moral de las instituciones estatales. El anarquismo y la acción directa no ven en esta opción una solución moralmente óptima. ¿Por qué? Veámoslo con el mismo ejemplo. Supongamos que en la localidad en la que vivimos es legal el nivel de decibelios que atormenta a nuestra comunidad de vecines, por lo que esa discoteca que no nos deja dormir está operando dentro de la legalidad impuesta por la Administración. Además, supongamos que el establecimiento tiene todos los documentos y permisos necesarios para desarrollar su actividad en el barrio. Aun así, no podemos dormir por la noche porque escuchamos mejor su música que nuestra propia respiración en la cama. ¿Qué hacemos ante esto? La opción de presentar una denuncia sería inútil, y llamar a la policía terminaría en una medición de decibelios que cumple con la ley. Resultado: el problema no se soluciona. El anarquismo y la acción directa no ven autoridad alguna en la discoteca, en la policía, o en la ley burguesa, para decidir qué nivel de decibelios es aceptable o no. Son les vecines del barrio les que sufren de insomnio y son elles mismes les que han de decidir qué hacer al respecto. Así pues, cerrar la discoteca por la fuerza se convierte en una opción moral, afirmativa, y reconstitutiva de la libertad y autonomía de las personas del barrio.
A menudo los medios de comunicación del capital muestran una imagen destructiva, violenta, y caótica de la acción directa. Siguiendo con el ejemplo de la discoteca: imaginemos ahora que les vecines deciden cerrar la discoteca por su cuenta, ocupándola, desconectando el equipo de sonido, e impidiendo por las noches el acceso a la gente hasta que les responsables del establecimiento no decidan bajar el volumen de la música. Una decena de cámaras se traslada hasta el lugar y empieza a emitir imágenes de vecines enfurecides entrando en una “propiedad privada”, tirando los altavoces al suelo, y forcejeando con les clientes del local a sus afueras. Los titulares rezan: “masa enfurecida de vecinos arrasa propiedad privada y agrede a ciudadanos libres que quieren bailar.” Así, queda muy claro que esto de la acción directa es cosa de “vándales” y “radicales anti-sistema.” Lo que los medios de comunicación no muestran, en este ejemplo, es que la fuerza de las personas autónomamente organizadas y actuando acordemente es no solamente moralmente superior a la injusta ley de decibelios, sino que además es suficiente como para poner del revés la administración civil y económica de la localidad.
Si la acción directa está tan negativamente concebida en la democracia burguesa (y así lo internalizan las personas mediante procesos de socialización institucionalizados), es porque la autoridad del sistema requiere de personas sumisas y pasivas. Si tenemos un problema se nos enseña a denunciar, a llamar a la policía, a buscar la ayuda de una persona mediadora. En definitiva, se nos enseña aquello de “no tomar la justicia por nuestra mano.” ¿Pero qué hay más justo que buscar justicia por une misme? Actuar directamente es afirmar nuestra condición de seres humanos libres, sin reconocer la autoridad de instituciones o machotes en uniforme azul. Acción directa es solucionar nuestros problemas de forma digna.
Por otro lado, debido a que la acción directa deriva a menudo en confrontación física, los medios de comunicación y las personas complacientes de vivir sus vidas con obediente sumisión no encuentran problema para aborrecer la praxis de las personas autónomas y libres (que todes lo somos, pero algunes parecen no querer aceptarlo). La persona que decida actuar de forma directa (es decir, libre) tiene que aceptar que las probabilidades de conflicto físico son muy altas. Volvamos al ejemplo: hemos ocupado y bloqueado la discoteca, pero a la hora la policía se ha sumado a las cámaras de televisión. De buena fe decidimos hablar con les agentes de policía para anunciar nuestras demandas: no queremos tal ruido en nuestro barrio. No obstante, el sargento (o lo que sea) nos dice que la ley es la ley y nosotres la estamos incumpliendo (de hecho, como estos monos de azul no piensan mucho, nos demandarán que entreguemos a les líderes de la acción para que vayan a comisaria. ¡Como si un vecindario no pudiera organizarse sin representantes o voceres de turno!). Ante esta situación podemos actuar de dos maneras: 1) rendirnos ante la policía y cesar la acción, y 2) resistir y seguir con la acción. Si optamos por la primera opción estaríamos ante un caso de desobediencia civil. La segunda opción es la única manera consecuente de aceptar nuestra libertad y autonomía (además que muches vemos en esta opción una decisión mucho más digna).
La diferencia entre desobediencia civil y acción directa es más bien sutil, pero claramente la última lleva la búsqueda de justicia mucho más lejos, hasta las consecuencias finales de actuar libremente. Es por ello que decía que las personas que decidan actuar de manera directa tienen que tener claro que la confrontación física (y la represión estatal subsecuente) son consecuencias frecuentes de querer ser una persona libre. No obstante, han de tener también claro que el nivel moral de dichas acciones justifica tal confrontación (sea más o menos violenta). He aquí otro punto clave: el anarquismo, mediante la acción directa, aúna medios y fines en un mismo ente. La moralidad de nuestros medios ha de ser afín a la moralidad de nuestros fines. “Actuar de manera consecuente”, que diríamos. ¿Por qué un armario en uniforme azul tiene más autoridad moral para decidir con qué nivel de ruido puedo dormir por las noches? O para tal caso, ¿qué autoridad tiene un remilgado juez para imponer su criterio sobre mi sueño? Nosotres decidimos cómo queremos dormir, y el barrio decidió poner fin al ruido de la discoteca. Es por ello que la confrontación física con aquellas personas represoras que intenten imponernos su criterio es una opción moralmente aceptable. Y nadie debiera rechazar dicha confrontación.
Finalizando. Son muchos, sin embargo, los problemas a la hora de definir acción directa. Históricamente se ha desarrollado un intenso y grandísimo debate entorno a esta cuestión. Ya a principios del siglo veinte, muchas voces anarquistas afirmaban que una huelga, por ejemplo, no es acción directa por no mediar directamente con la fuente del problema (argumentaban que una huelga busca unos fines que no solucionan el problema, sino que lo reforman). Este texto solamente pretende presentar de forma sencilla la definición más laxa de acción directa. Dejemos para otro día estas otras cuestiones de mayor calado.
La Colectividad - Regeneración Fuente: http://www.regeneracionlibertaria.org/que-es-la-accion-directa
Acción directa y anarquismo van íntimamente de la mano. El anarquismo propone una forma distinta de participar en política y sociedad: les anarquistas no aceptamos la autoridad del Estado y su maquinaria institucional, así como tampoco nos contentamos con delegar nuestra voluntad y responsabilidad en terceras personas (como polítiques, representates, partidos etcétera). La filosofía anarquista propone la existencia de individuos libres, responsables, y autónomes. Actuar acorde con esta visión sería, en pocas palabras, acción directa, y se me hace difícil imaginar otra forma en la que actuar desde una filosofía anarquista.
La praxis anarquista reflejada en la acción directa apunta a la resolución de los problemas de une misme por une misme. Imaginemos que vivimos en un barrio donde una discoteca atormenta a les vecines por las noches con su música a todo volumen. Ante este problema tenemos dos opciones: 1) denunciar a la policía el excesivo ruido del establecimiento, o 2) resolver el problema por nosotres mismes. Si optamos por la segunda opción (seamos o no anarquistas) estamos actuando de manera directa. Ahora, como es obvio, existen muchas maneras de “resolver el problema por nosotres mismes.” Podríamos optar por hacerlo de manera individual (aunque en este caso no sería muy eficiente) o de manera colectiva (con el resto de vecines). Podríamos optar por hacerlo de manera pacífica (ir a hablar con el o la dueña de la discoteca, suponiendo que esto pone fin al problema) o de manera no-pacífica (entrar en el establecimiento, ocuparlo, bloquear el acceso, o hasta destruir el equipo de sonido). Sea como sea que actuásemos estaríamos haciéndolo de manera directa.
En el ejemplo anterior, optar por la segunda opción es el resultado lógico de aceptar nuestra autonomía como personas libres. Llamar a la policía o poner una denuncia en comisaria sería aceptar la autoridad legal y moral de las instituciones estatales. El anarquismo y la acción directa no ven en esta opción una solución moralmente óptima. ¿Por qué? Veámoslo con el mismo ejemplo. Supongamos que en la localidad en la que vivimos es legal el nivel de decibelios que atormenta a nuestra comunidad de vecines, por lo que esa discoteca que no nos deja dormir está operando dentro de la legalidad impuesta por la Administración. Además, supongamos que el establecimiento tiene todos los documentos y permisos necesarios para desarrollar su actividad en el barrio. Aun así, no podemos dormir por la noche porque escuchamos mejor su música que nuestra propia respiración en la cama. ¿Qué hacemos ante esto? La opción de presentar una denuncia sería inútil, y llamar a la policía terminaría en una medición de decibelios que cumple con la ley. Resultado: el problema no se soluciona. El anarquismo y la acción directa no ven autoridad alguna en la discoteca, en la policía, o en la ley burguesa, para decidir qué nivel de decibelios es aceptable o no. Son les vecines del barrio les que sufren de insomnio y son elles mismes les que han de decidir qué hacer al respecto. Así pues, cerrar la discoteca por la fuerza se convierte en una opción moral, afirmativa, y reconstitutiva de la libertad y autonomía de las personas del barrio.
A menudo los medios de comunicación del capital muestran una imagen destructiva, violenta, y caótica de la acción directa. Siguiendo con el ejemplo de la discoteca: imaginemos ahora que les vecines deciden cerrar la discoteca por su cuenta, ocupándola, desconectando el equipo de sonido, e impidiendo por las noches el acceso a la gente hasta que les responsables del establecimiento no decidan bajar el volumen de la música. Una decena de cámaras se traslada hasta el lugar y empieza a emitir imágenes de vecines enfurecides entrando en una “propiedad privada”, tirando los altavoces al suelo, y forcejeando con les clientes del local a sus afueras. Los titulares rezan: “masa enfurecida de vecinos arrasa propiedad privada y agrede a ciudadanos libres que quieren bailar.” Así, queda muy claro que esto de la acción directa es cosa de “vándales” y “radicales anti-sistema.” Lo que los medios de comunicación no muestran, en este ejemplo, es que la fuerza de las personas autónomamente organizadas y actuando acordemente es no solamente moralmente superior a la injusta ley de decibelios, sino que además es suficiente como para poner del revés la administración civil y económica de la localidad.
Si la acción directa está tan negativamente concebida en la democracia burguesa (y así lo internalizan las personas mediante procesos de socialización institucionalizados), es porque la autoridad del sistema requiere de personas sumisas y pasivas. Si tenemos un problema se nos enseña a denunciar, a llamar a la policía, a buscar la ayuda de una persona mediadora. En definitiva, se nos enseña aquello de “no tomar la justicia por nuestra mano.” ¿Pero qué hay más justo que buscar justicia por une misme? Actuar directamente es afirmar nuestra condición de seres humanos libres, sin reconocer la autoridad de instituciones o machotes en uniforme azul. Acción directa es solucionar nuestros problemas de forma digna.
Por otro lado, debido a que la acción directa deriva a menudo en confrontación física, los medios de comunicación y las personas complacientes de vivir sus vidas con obediente sumisión no encuentran problema para aborrecer la praxis de las personas autónomas y libres (que todes lo somos, pero algunes parecen no querer aceptarlo). La persona que decida actuar de forma directa (es decir, libre) tiene que aceptar que las probabilidades de conflicto físico son muy altas. Volvamos al ejemplo: hemos ocupado y bloqueado la discoteca, pero a la hora la policía se ha sumado a las cámaras de televisión. De buena fe decidimos hablar con les agentes de policía para anunciar nuestras demandas: no queremos tal ruido en nuestro barrio. No obstante, el sargento (o lo que sea) nos dice que la ley es la ley y nosotres la estamos incumpliendo (de hecho, como estos monos de azul no piensan mucho, nos demandarán que entreguemos a les líderes de la acción para que vayan a comisaria. ¡Como si un vecindario no pudiera organizarse sin representantes o voceres de turno!). Ante esta situación podemos actuar de dos maneras: 1) rendirnos ante la policía y cesar la acción, y 2) resistir y seguir con la acción. Si optamos por la primera opción estaríamos ante un caso de desobediencia civil. La segunda opción es la única manera consecuente de aceptar nuestra libertad y autonomía (además que muches vemos en esta opción una decisión mucho más digna).
La diferencia entre desobediencia civil y acción directa es más bien sutil, pero claramente la última lleva la búsqueda de justicia mucho más lejos, hasta las consecuencias finales de actuar libremente. Es por ello que decía que las personas que decidan actuar de manera directa tienen que tener claro que la confrontación física (y la represión estatal subsecuente) son consecuencias frecuentes de querer ser una persona libre. No obstante, han de tener también claro que el nivel moral de dichas acciones justifica tal confrontación (sea más o menos violenta). He aquí otro punto clave: el anarquismo, mediante la acción directa, aúna medios y fines en un mismo ente. La moralidad de nuestros medios ha de ser afín a la moralidad de nuestros fines. “Actuar de manera consecuente”, que diríamos. ¿Por qué un armario en uniforme azul tiene más autoridad moral para decidir con qué nivel de ruido puedo dormir por las noches? O para tal caso, ¿qué autoridad tiene un remilgado juez para imponer su criterio sobre mi sueño? Nosotres decidimos cómo queremos dormir, y el barrio decidió poner fin al ruido de la discoteca. Es por ello que la confrontación física con aquellas personas represoras que intenten imponernos su criterio es una opción moralmente aceptable. Y nadie debiera rechazar dicha confrontación.
Finalizando. Son muchos, sin embargo, los problemas a la hora de definir acción directa. Históricamente se ha desarrollado un intenso y grandísimo debate entorno a esta cuestión. Ya a principios del siglo veinte, muchas voces anarquistas afirmaban que una huelga, por ejemplo, no es acción directa por no mediar directamente con la fuente del problema (argumentaban que una huelga busca unos fines que no solucionan el problema, sino que lo reforman). Este texto solamente pretende presentar de forma sencilla la definición más laxa de acción directa. Dejemos para otro día estas otras cuestiones de mayor calado.
La Colectividad - Regeneración Fuente: http://www.regeneracionlibertaria.org/que-es-la-accion-directa
Competencia y mercado: mentiras y pobreza
Que la competencia y el mercado son una mentira lo sabemos todos,
pero a pesar de ello los gobernantes las utilizan como base y
justificación de sus políticas, y sobre todo como si fueran beneficiosas
para la sociedad.
La Comisión Europea multa en diciembre de 2013 a los grandes bancos europeos y americanos con 1.712 millones de euros, por manipulación de los tipos de interés, que sirven de referencia a los préstamos hipotecarios y los préstamos en general, la sanción es por prácticas anticompetitivas. La sanción no va a llegar ni al uno por ciento de lo que han obtenido con la manipulación de los precios. El negocio, el robo y la mentira son muy rentables, seguirán en ello, pero con más cuidado.
Sirva también como ejemplo la manipulación de los precios de la electricidad en España, tan escandaloso que el gobierno el 20 de diciembre de 2013 ha anulado las prácticas de fijación de precios de la electricidad, por manipulación de los precios por las compañías eléctricas y por prácticas anticompetencia.
El capitalismo tiene en la competencia y el mercado su base ideológica para argumentar que es una doctrina económica, y justificar sus políticas económicas como las únicas eficaces para gestionar la actividad económica. La competencia nos la definen como el mecanismo que actuando en el mercado asigna eficazmente los recursos económicos, fija por medio de las reglas de la oferta y la demanda los precios de los bienes y servicios.
Sin embargo, la realidad se encarga de demostrar todo lo contrario. El Capitalismo funciona sin las reglas de la competencia, y tiende a funcionar en régimen de monopolio y de oligopolio, como lo demuestran las constantes y generalizadas sanciones a todas las empresas de todos los sectores económicos por actuaciones anticompetencia. Sobre todo porque el capitalismo funciona como una estructura de poder económico, donde la fuerza de la jerarquía económica determina la posición y actuación de cada uno.
El principio de la competencia es utilizado por los gobernantes y el capitalismo para justificar sus políticas económicas antisociales, situando los dogmas doctrinarios ideológicos del capitalismo (es decir sus privilegios, poder y riqueza) por encima de las necesidades y derechos económicos de la sociedad. A pesar de que la realidad se encarga de demostrar todo lo contrario, que ni el mercado ni la competencia existen, y mucho menos que sirvan para fijar los precios y asignar eficazmente los recursos. La competencia es un artilugio ideológico que no existe en la realidad por ser contranatura: su puesta en práctica destruiría a quien lo realizara.
El mayor ejemplo de cinismo e hipocresía del capitalismo ha sido la infinita ayuda recibida de los estados en la crisis global del capitalismo de 2007 a la actualidad, donde llegaron a establecer la suspensión temporal de los principios del capitalismo, competencia y mercado, para una vez recibidas las millonarias ayudas estatales volver a refundar el capitalismo.
Un ejemplo evidente de creación de pobreza por el mercado y la competencia, son los millones de parados forzosos despedidos para que las empresas sean más competitivas, junto a las rebajas salariales y pérdidas de derechos sociales económicos para que otra vez las empresas sean más competitivas. Cuando el objetivo real no es la supuesta competitividad sino acrecentar la injusta distribución de la riqueza.
La discusión de la ciencia económica sobre el capitalismo tiene que ocupar un lugar similar al que la ciencia y la razón han realizado sobre la religión y sus mentiras, evidenciar todas sus falsedades y manipulaciones. El capitalismo tiene los mismos fundamentos que la religión, la mentira pura y podrida, el cinismo y la hipocresía de sus propuestas que siempre tienen el efecto social contrario de lo que pretenden, el dogmatismo doctrinario y los autos de fe en unas ideas que son constantemente desmentidas por la realidad económica y social: las políticas de creación de empleo se transforman en fabricas de parados forzosos, los incentivos económicos en reducciones salariales, los derechos a la vivienda en desahucios permanentes, el derecho a la vida como personas en la negación de los mas mínimos recursos para vivir…
El capitalismo como la religión es un dogma de fe, es una doctrina ideológica sin ningún apoyo en la ciencia económica y social, sin ningún dato estadístico ni real que lo sustente, donde la realidad desmiente una a una todas las manifestaciones ideológicas del capitalismo. Hoy en día solo creen en el capitalismo, como solo creen en la religión, los que viven de sus privilegios de poder y riqueza: la clase política, empresarial, religiosa y burocrática.
José Luis Velasco Periódico CNT nº 407 - Enero 2014 http://www.cnt.es/noticias/competencia-y-mercado-mentiras-y-pobreza
La Comisión Europea multa en diciembre de 2013 a los grandes bancos europeos y americanos con 1.712 millones de euros, por manipulación de los tipos de interés, que sirven de referencia a los préstamos hipotecarios y los préstamos en general, la sanción es por prácticas anticompetitivas. La sanción no va a llegar ni al uno por ciento de lo que han obtenido con la manipulación de los precios. El negocio, el robo y la mentira son muy rentables, seguirán en ello, pero con más cuidado.
Sirva también como ejemplo la manipulación de los precios de la electricidad en España, tan escandaloso que el gobierno el 20 de diciembre de 2013 ha anulado las prácticas de fijación de precios de la electricidad, por manipulación de los precios por las compañías eléctricas y por prácticas anticompetencia.
El capitalismo tiene en la competencia y el mercado su base ideológica para argumentar que es una doctrina económica, y justificar sus políticas económicas como las únicas eficaces para gestionar la actividad económica. La competencia nos la definen como el mecanismo que actuando en el mercado asigna eficazmente los recursos económicos, fija por medio de las reglas de la oferta y la demanda los precios de los bienes y servicios.
Sin embargo, la realidad se encarga de demostrar todo lo contrario. El Capitalismo funciona sin las reglas de la competencia, y tiende a funcionar en régimen de monopolio y de oligopolio, como lo demuestran las constantes y generalizadas sanciones a todas las empresas de todos los sectores económicos por actuaciones anticompetencia. Sobre todo porque el capitalismo funciona como una estructura de poder económico, donde la fuerza de la jerarquía económica determina la posición y actuación de cada uno.
El principio de la competencia es utilizado por los gobernantes y el capitalismo para justificar sus políticas económicas antisociales, situando los dogmas doctrinarios ideológicos del capitalismo (es decir sus privilegios, poder y riqueza) por encima de las necesidades y derechos económicos de la sociedad. A pesar de que la realidad se encarga de demostrar todo lo contrario, que ni el mercado ni la competencia existen, y mucho menos que sirvan para fijar los precios y asignar eficazmente los recursos. La competencia es un artilugio ideológico que no existe en la realidad por ser contranatura: su puesta en práctica destruiría a quien lo realizara.
El mayor ejemplo de cinismo e hipocresía del capitalismo ha sido la infinita ayuda recibida de los estados en la crisis global del capitalismo de 2007 a la actualidad, donde llegaron a establecer la suspensión temporal de los principios del capitalismo, competencia y mercado, para una vez recibidas las millonarias ayudas estatales volver a refundar el capitalismo.
Un ejemplo evidente de creación de pobreza por el mercado y la competencia, son los millones de parados forzosos despedidos para que las empresas sean más competitivas, junto a las rebajas salariales y pérdidas de derechos sociales económicos para que otra vez las empresas sean más competitivas. Cuando el objetivo real no es la supuesta competitividad sino acrecentar la injusta distribución de la riqueza.
La discusión de la ciencia económica sobre el capitalismo tiene que ocupar un lugar similar al que la ciencia y la razón han realizado sobre la religión y sus mentiras, evidenciar todas sus falsedades y manipulaciones. El capitalismo tiene los mismos fundamentos que la religión, la mentira pura y podrida, el cinismo y la hipocresía de sus propuestas que siempre tienen el efecto social contrario de lo que pretenden, el dogmatismo doctrinario y los autos de fe en unas ideas que son constantemente desmentidas por la realidad económica y social: las políticas de creación de empleo se transforman en fabricas de parados forzosos, los incentivos económicos en reducciones salariales, los derechos a la vivienda en desahucios permanentes, el derecho a la vida como personas en la negación de los mas mínimos recursos para vivir…
El capitalismo como la religión es un dogma de fe, es una doctrina ideológica sin ningún apoyo en la ciencia económica y social, sin ningún dato estadístico ni real que lo sustente, donde la realidad desmiente una a una todas las manifestaciones ideológicas del capitalismo. Hoy en día solo creen en el capitalismo, como solo creen en la religión, los que viven de sus privilegios de poder y riqueza: la clase política, empresarial, religiosa y burocrática.
José Luis Velasco Periódico CNT nº 407 - Enero 2014 http://www.cnt.es/noticias/competencia-y-mercado-mentiras-y-pobreza
miércoles, 12 de febrero de 2014
Erotismo y Recuperación de lo Humano - Félix Rodrigo Mora
Padecemos la destrucción de lo humano y del ser
humano real, la aniquilación programada de la esencia concreta humana. Todo eso
está siendo devastado, para crear criaturas posthumanas hiper-sumisas a las
instituciones y a los amos de la economía.
El sujeto medio no sabe pensar, ha perdido casi todo
contacto con lo real, es incapaz de emitir juicios autónomos y decidir. Carece
de emociones auténticas y de pasiones humanas. No sabe utilizar el lenguaje,
estando reducido a una mudez escalofriante. Es inepto para convivir y estar con
sus semejantes, hacia los que profesa una espantosa mezcla de afán de dominar,
temor y rencor. No posee vida espiritual ni sentido estético. La palabra moral,
o virtud, le encolerizan. Resulta experto en odiar e incapaz de amar. Obedece
siempre al poder en todo. El epicureísmo de Estado le ha hecho un vegetal y un auto-agresor.
Es mediocre, aburrido, previsible, deprimente.
No sabe trabajar como ser libre, y ya tampoco como
neo-siervo de los oligarcas, por causa del salariado. No conoce la alegría ni
sabe divertirse. No tiene conexiones con la naturaleza, salvo las del consumo
visual. Ha perdido la capacidad de sufrir y todo malestar le aterra. Es un
espantadizo que se acobarda con nada. Resulta inútil para estar consigo mismo,
en reflexión y silencio. No sabe alimentarse de un modo humano. Es inhábil para
cuidar de sí. Sus facultades corporales están en quiebra. Vive confinado en la
cárcel del ego, hecho verdugo de sí. Lo ignora todo al ser un hiper-adoctrinado,
por tanto también un fanático. Está dominado por obsesiones, terrores,
angustias, ansiedades, maldades, dolencias, dependencias y estados depresivos.
En lo intelectivo es una nulidad, en lo conductual
un adoctrinado, en lo convivencial un autista, en lo físico un alfeñique, en lo
emocional un cadáver, en lo espiritual un bruto, en lo corporal un enfermo, en
lo laboral un inútil, en lo ético un pérfido. Esto han hecho de nosotros, y
esto nos hemos dejado hacer.
¿Cuál es la vida erótica de esta criatura suma de
negaciones y extravíos con aspecto humano que habita en la sociedad aberrante, de este ser
nada?
Puntualicemos. Los animales tienen sexo y los seres
humanos, mientras sigamos siéndolo, erotismo. Es muchísimo más que sexo, y es la
forma concreta que adopta éste en la persona. Nos es imposible vivir una
sexualidad meramente fisiológica, o simplemente mecánica, o trivialmente
cuantitativa, o torpemente solipsista, o neciamente higiénica, o comercialmente
sanativa, o tristemente promiscua. Y si lo hacemos, nos dañamos y mutilamos, llegando
a sentir repugnancia hacia lo libidinal.
En una proporción u otra, nuestra sexualidad es
siempre erotismo, porque va unida a emociones, pasiones, impulso, afectos, cavilaciones,
fantasías, ensimismamientos, enajenaciones, encariñamientos, preferencias y
técnicas amatorias específicamente humanas. Cuanto más cargada esté el sexo de
elementos trascendentes más satisfactorio será.
Pero cuanto más simplificado, fisiológico, mecánico,
carente de afectividad y vacio de deseo, cuanto más exento de pasión, empuje,
acometividad y ardor, cuanto más sin apego, entrega, proximidad espiritual, amor
y efusión, más insatisfactorio será y menos se practicará.
La “revolución
sexual” de los años sesenta aunque acertó al enfrentarse con la represión
de lo sexual humano falló en la formulación de un nuevo erotismo. Desconoció la
dimensión sublime, pasional, espiritual e integral del Eros. Su propuesta, que
aún aletea, era cuantitativa (muchos coitos), simplificada (lograr el orgasmo,
en tanto que espasmo agradable), hedonista (el erotismo es placer, sí, pero
muchísimo más que placer), mutiladora (ignoró la creación de vida), libresca (a
menudo se practicaba sexo porque un panfleto decía que era progresista y “liberador”,
vale decir, por imposición), sin pasión ni impetuosidad ni afectividad, por
tanto, sin lo más decisivo. Con todo ello degradó el sexo en una rutina
trivial, frívola, repetitiva, sin grandeza, tediosa e incluso nauseabunda[1].
En la experiencia erótica ha de entrar lo humano en
su triple dimensión. Somos al mismo tiempo: 1) hembras y machos, 2) mujeres y
hombres, 3) seres humanos. Al ser mamíferos el sexo humano es siempre coito de
mamíferos. Nuestra dimensión animal es magnífica y no puede ser ninguneada.
Pero al mismo tiempo somos humanos, mujeres y hombres, con necesidad de simpatía,
devoción, cariño, belleza, fantasía, compañía, convivencia, cortesía, entrega, éxtasis
espiritual y mutuo servicio.
Existen las necesidades sexuales y también las
necesidades emocionales y afectivas, espirituales en suma. Ambas se unifican en
nuestro existir y se han de unificar en la práctica erótica todo lo posible. Tenemos
que vivir el erotismo como una experiencia salvaje y apasionada, dado que sin
ardor y enloquecimiento el Eros naufraga. Han de fijarse en los pactos eróticos
que hagan los amantes, dos o más, en tanto que adultos responsables, los
contenidos y atrevimientos de su hacer amatorio.
Hay que respetar (y hacer respetar a los nuevos
represores, ellas y ellos), la inmensa variedad de las prácticas eróticas
naturales humanas, que no pueden ser reducidas a una norma única, ni siquiera a
unas cuantas. En el erotismo la libertad (con responsabilidad), la variedad y
la pluralidad han de ser la norma. Por eso hemos de combatir toda forma de
biopolítica, de derechas o de izquierdas, carca o progresista.
No nos dejemos deserotizar, castrar. Esto es una
argucia más para aniquilar lo humano y convertirnos en esclavos perpetuos del
poder constituido. Mantengamos intacta nuestra feminidad o nuestra virilidad,
elevándolas a la categoría de atributos esenciales. Hoy pocas cosas son tan
subversivas como el amor, y el Eros siempre es, en más o en menos, amor.
Salvo en sus manifestaciones inferiores el erotismo es
un “nosotros”, una fuerza unitiva que atrae y acerca a los seres humanos. Lo
erótico nos socializa, nos hace sentir la grandeza y belleza del otro, la
alegría de estar juntos, la fuerza de mantenernos unidos, la magnificencia de
la fusión interpersonal. No hay asociación mayor entre dos personas que la que
se logra en la coyunda, cuando se integran físicamente la una en la otra, desmoronándose
las barreras que en condiciones normales separan a los humanos.
Si el encuentro amatorio, además, está bien cargado
de elevación, afinidad, devoción, identificación emocional, mutua entrega,
olvido de sí, compartirlo todo y éxtasis, si es una fuga de la cárcel del ego
para dar y darse, entonces se convierte en una experiencia revolucionaria, al
militar contra un orden social sustentado en el egoísmo posesivo, el odio
mutuo, la soledad patológica, la impotencia emocional, las relaciones de dominio
y la imposibilidad de desplegar el componente colectivo de nuestra naturaleza, un
modo de impedir el desarrollo del aspecto individual del yo.
Una sociedad colectivista y comunal, en la que el
horror de la propiedad privada concentrada haya desaparecido para que podamos
vivir compartiéndolo todo, no puede conquistarse ni construirse sin afirmar una
y otra vez lo colectivo, el nosotros, en todas sus manifestaciones, sin superar
las barreras del yo, sin salir de sí mismo y entregarse al otro. Esto es lo
propio, también, del acto amatorio, que es o debería ser siempre, en más o en
menos, acto amoroso.
La “revolución
sexual”, de facto, ha sido la más eficaz ofensiva contra la libertad
erótica. Antaño la represión se hacía desde fuera del sujeto, hoy se ha logrado
que éste se perciba como criatura desexuada que evita y condena por motivos
variados, siempre sofísticos además de autodestructivos, las practicas
eróticas. De ese modo se auto-reprime. Así ha sido creada la nueva gazmoñería o
pudibundez, una versión perfeccionada de la vieja, impuesta por el franquismo,
la Iglesia y la Sección Femenina.
Ahora padecemos lo que se ha llamado el síndrome de
la Inhibición del Deseo Sexual (IDS), y el quehacer amoroso es tildado, a
menudo, de “aburrido” e indeseado.
Desde el Ministerio de Igualdad, las organizaciones empresariales y las
corrientes feminicidas por ellos subvencionadas, se nos adoctrina en un nuevo
credo represivo, persecutor y mojigato. Vivimos una catástrofe del Eros.
El viejo puritanismo victoriano, como descubrió
Freud, hizo de las mujeres su víctima principal. Al ser privadas de sexo,
afectividad, pasión, intimidad y éxtasis amoroso las féminas de las clases
altas de entonces enloquecían, enfermaban del cuerpo y del espíritu. Hoy está
sucediendo lo mismo pero a una escala muy superior, al ser muchísimo mayor la
ofensiva contra la libertad en lo libidinal y amatorio. Son tiempos de miseria
erótica, de lo que se ha calificado como “anorexia
sexual”[2].
Por eso millones de féminas, esta vez de las clases
populares, se sienten desfallecer de soledad física, frustración anímica,
fragilidad de los vínculos y necesidades libidinales insatisfechas,
desarrollando numerosas patologías, sobre todo la ansiedad depresiva pero
también la ruina de su corporeidad. La situación de las mujeres hoy es tan
desesperada que se están creando varias ramas de negocios para supuestamente
tratarlas, una de ellas la de la “sanación”. Lo necesario es un renacimiento
espontaneo y popular del Eros por deseo, del galanteo, cortejo y seducción
mutuas, de la afectuosidad erotizada, la cortesía insinuante, el amor-pasión y
el amor al amor, pero no nuevos negocios.
Ciertamente, en la
sociedad infierno convivencial no puede haber ni sexo ni amor dignos de tal
nombre, por tanto no hay lugar para el erotismo. Ésta es una situación
gravísima, que está literalmente triturando a numerosas mujeres (también a
muchos varones) y que demanda, para ser resuelta, una transformación social y
personal integral, una revolución.
Nos corresponde ahora no sólo resistir y denunciar a
las nuevas y los nuevos perseguidores del Eros sino hacer algo más, a saber,
iniciar la reconstrucción de la vida erótica, ir promoviendo una renovada
sensibilidad y una rehecha emocionalidad, para reaprender lo amatorio y
amoroso, para recomponernos como seres humanos. Igual tendremos que hacer con
otras cuestiones axiales, el acto de alimentarnos, el lenguaje, la convivencia,
la salud, la reflexión, la voluntad, la virtud, la afectividad, la belleza,
etc.
Por durísimo y dramático que sea, una vez que hemos
sido aniquilados como personas, reducidos a meros despojos y parodias, tenemos
que iniciar el camino de la recuperación y la reconstrucción. Hoy la propuesta
es hacerlo con lo erótico. Por eso trabajo en un libro, que ya he titulado “Erótica”, he acuñado el lema “Estetizar y erotizar la vida” y me afano
en cursos, conferencias y charlas con estos contenidos. Porque el erotismo tiene
un componente innato y dado pero también otro necesitado de ser reflexionado y
aprendido, siendo mi intención ofrecer más herramientas que soluciones, más
reflexiones fundantes que recetas de manuales.
[1] Quienes diseñaron tal “revolución”, en verdad una potente anti-revolución, se
fundamentaron en la noción de lo sórdido y no en la de lo sublime. Por eso no
funcionó. Para aprehender ésta es recomendable leer reflexivamente “Sobre lo sublime”, Longino. Hay
comentario en el blog de Félix Rodrigo Mora.
Lista la ley represora y asesina...LEY ANTITERRORISTA EN MÉXICO
Esta nota es de lo más tibia. Como ya lo sabemos, ni aún los supuestos medios de izquierda se atreven o les importa hacer una real crítica radical y valiente de lo que realmente persiguen las reformas y leyes que se estan aprobando a montones en nuestra cara. Es muy importante y pronto haré un utopodcast analizando esta infame ley que por otro lado siempre ha existido (solo que ahora la hacen más descarada) y sobre todo es importante percatarnos que (como lo dejan ver las entradas con los audios anteriores), no solo va a suceder en México, sino que en España va lo mismo y en muchas partes del mundo igual.
Ojo con esta ley, es de aquí, de donde a muchos nos pueden reprimir tan solo por denunciar y hacer un llamado más radical que los mediocres y cobardes medios de "izquierda"...
Koan
Se trata de reformas al Código Penal Federal, a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada y otras leyes en materia de seguridad pública, que sancionan hasta con 40 años de cárcel actividades terroristas, e incluye entre éstas el “apoderarse” o “ejercer control de plataformas marítimas e instalaciones aeroportuarias.
“Se busca criminalizar cualquier protesta contra instalaciones petroleras, quizá en previsión de que a futuro serán privadas”, recalcó la senadora Dolores Padierna, mientas que el también perredista Alejandro Encinas, hizo notar que se trata de una minuta con serias imprecisiones, que no define claramente el delito de terrorismo, por lo que todo se deja a la discrecionalidad de los jueces. Se restablece, recalcó, el delito de disolución social, principal elemento con el que el gobierno mexicano persiguió a los opositores en décadas pasadas
Se trata de una iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto que pasó ya por la Cámara de Diputados, donde se eliminó el último párrafo del Artículo 139 del Código Penal Federal , en el que se se establecía que: “no se considerarán como un acto terrorista las manifestaciones realizadas por grupos sociales en ejercicio de los derechos humanos, sociales o cualquier otro ejercicio derivado de un derecho constitucional”. Aunque ese párrafo se eliminó, en la exposición de motivos se mantiene como excluyente del delito de terrorismo. El panista Roberto Gil Zuarth, quién defendió el dictamen –aprobado un día antes en una sesión a puerta cerrada- dijo que fue precisamente para que no se generalice y haya excepción alguna que dé pie a sancionar la protesta social.
Senadores del PRD y PT pidieron que no se aprobara con tanta celeridad, que se abra un debate público, en el que participen expertos y defensores de derechos humanos, pero Gil Zuarth respondió que se debe aprobar hoy mismo, ya que el jueves hay reunión del GAFI (Grupo de Acción Financiera contra el blanqueo de capitales) y es necesario que se sepa que se modificó ya la legislación para cumplir con sus recomendaciones.
La minuta se aprobó en lo general con 83 votos a favor y 22 en contra. Estos último de las bancadas del PRD y PT. Los perredistas reservaron dos artículos el 139 y 148 bis del Código Penal federal, a fin de restituir la aclaración de que las protestas de organizaciones y movimientos sociales no pueden considerarse como actos terroristas, pero fueron rechazados por la mayoría PRI-PAN.
La minuta pasó al Ejecutivo federal para su promulgación.
Fuente:La Jornada
Ojo con esta ley, es de aquí, de donde a muchos nos pueden reprimir tan solo por denunciar y hacer un llamado más radical que los mediocres y cobardes medios de "izquierda"...
Koan
Aprueba Senado reformas antiterrorismo; criminalizan la protesta social.
México, DF. Con el voto en contra del PRD y PT, el Senado de la República aprobó reformas a diversos ordenamientos, a fin de crear un nuevo tipo penal de terrorismo, que, a juicio de la perredistas y petistas, criminaliza la protesta social y posibilita que los grupos de autodefensas de Michoacán, los trabajadores de Mexicana o los maestros disidentes sean considerados como terroristas.Se trata de reformas al Código Penal Federal, a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada y otras leyes en materia de seguridad pública, que sancionan hasta con 40 años de cárcel actividades terroristas, e incluye entre éstas el “apoderarse” o “ejercer control de plataformas marítimas e instalaciones aeroportuarias.
“Se busca criminalizar cualquier protesta contra instalaciones petroleras, quizá en previsión de que a futuro serán privadas”, recalcó la senadora Dolores Padierna, mientas que el también perredista Alejandro Encinas, hizo notar que se trata de una minuta con serias imprecisiones, que no define claramente el delito de terrorismo, por lo que todo se deja a la discrecionalidad de los jueces. Se restablece, recalcó, el delito de disolución social, principal elemento con el que el gobierno mexicano persiguió a los opositores en décadas pasadas
Se trata de una iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto que pasó ya por la Cámara de Diputados, donde se eliminó el último párrafo del Artículo 139 del Código Penal Federal , en el que se se establecía que: “no se considerarán como un acto terrorista las manifestaciones realizadas por grupos sociales en ejercicio de los derechos humanos, sociales o cualquier otro ejercicio derivado de un derecho constitucional”. Aunque ese párrafo se eliminó, en la exposición de motivos se mantiene como excluyente del delito de terrorismo. El panista Roberto Gil Zuarth, quién defendió el dictamen –aprobado un día antes en una sesión a puerta cerrada- dijo que fue precisamente para que no se generalice y haya excepción alguna que dé pie a sancionar la protesta social.
Senadores del PRD y PT pidieron que no se aprobara con tanta celeridad, que se abra un debate público, en el que participen expertos y defensores de derechos humanos, pero Gil Zuarth respondió que se debe aprobar hoy mismo, ya que el jueves hay reunión del GAFI (Grupo de Acción Financiera contra el blanqueo de capitales) y es necesario que se sepa que se modificó ya la legislación para cumplir con sus recomendaciones.
La minuta se aprobó en lo general con 83 votos a favor y 22 en contra. Estos último de las bancadas del PRD y PT. Los perredistas reservaron dos artículos el 139 y 148 bis del Código Penal federal, a fin de restituir la aclaración de que las protestas de organizaciones y movimientos sociales no pueden considerarse como actos terroristas, pero fueron rechazados por la mayoría PRI-PAN.
La minuta pasó al Ejecutivo federal para su promulgación.
Fuente:La Jornada
Populismo punitivo, criminalización de la protesta y políticas de encierro
Defensa del territorio y crítica antidesarrollista, por M. Amoros
Un Resquicio Para Levantarse. Historia Subjetiva Del APRE. Por Javier Ávila Navas
La guerrilla y la esperanza: Lucio Cabañas
Aparece uno que otro cobarde ex o pseudo izquierdoso, ex guerrilleros, que más allá de ya no haber luchado, se recrean en risitas y descalificaciones cínicas a lo que tanto dolor y lucha supuestamente le costo. En fin, pobres imbéciles que creen que porque a ellos los jodieron, sus ideales estan jodidos. Incluso hay uno, a quien dejaron sin poder caminar, que se regodea en alabanzas para decir que gracias a luchas como la de Lucio, "ahora podemos disfrutar de la democracia"...pobre pendejo. Con todo, creo que el documental vale la pena para recordar al valiente y heróico Lucio Cabañas...
Koan
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"El arte Románico" - Félix Rodrigo Mora
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