martes, 1 de julio de 2014

Discursos hegemónicos y marcos de interpretación: el círculo vicioso de la dominación consumista

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 Koan



 Los discursos, de acuerdo a Bourdieu, hacen referencia a los habitus de los sujetos, a su capital -económico, social, cultural y simbólico- , a la situación social concreta y por ende a la estructura de lo decible que en ella se da. Estos dicursos, además, cuando están vinculados a una determinada ideología hegemónica, no solamente reproducen en sí mismos el orden establecido en esa determinada sociedad, sino que sirven para reproducir en lo concreto la forma con la que este orden establecido se reproduce, entre otras cosas, diferenciando a los diferentes grupos sociales existentes, especialmente entre aquellos que son considerados aliados del sistema y aquellos que pueden suponer un peligro para el normal funcionamiento del mismo, esto es, los “enemigos” del sistema.
La estrategia global de toda ideología hegemónica aparece así, a través de los discursos hegemómicos que dicha ideología produce, como una auto-presentación positiva de sí misma (y sus grupos aliados) y una presentación negativa del otro (el enemigo). Ese otro, en nuestro caso, es el antisistema, el raro, el loser, esto es, aquel que no es capaz de adaptarse eficientemente a las prácticas sociales propias de la hermenéutica de sentido consumista/capitalista, o que, directamente, trata de rebelarse contra ellas.
La clase dominante dispone de diferentes mecanismos para imponer, en las prácticas sociales y en la mentalidad de las clases dominadas, esa auto-presentación positiva de sí misma y de sus aliados, así como una presentación negativa del otro, principalmente a través de los discursos vinculados a la satisfacción, o no, de lo que la sociedad espera del sujeto consumista/capitalista, productor/consumidor, de nuestros días, así como de la reproducción por parte de éstos de los códigos de valoración aceptados de forma común por el conjunto de la sociedad, y que responden a un interés de clase: en concreto al interés de la clase dominante por no perder su hegemonía.
La marginación, por vía de la exclusión de la comunidad de “buenos ciudadanos”, de aquellas personas que, por una razón u otra, no reproducen fielmente la ideología de vida que es propia de la hermenéutica consumista/capitalista, así como sus valores, políticos y morales, asociados, es una constante en todo el ámbito discursivo consumista/capitalista, tanto de manera explícita -con mensajes expresamente destinados a tal fin-, como de manera implícita -a través de otros mensajes que inducen a que sea el propio sujeto el que así se considere cuando no es capaz de cumplir con lo que de él espera el sistema-.
Esto es, los discursos consumistas/capitalistas, por ejemplo, no solo te dicen abiertamente, a través de diversas formas de expresión y canales de comunicación, que si eres un desempleado, eres un perdedor, un loser, un fracasado, sino que, además, por otros mensajes más de tipo subjetivo y no tan explícitos, te hacen desarrollar los mecanismos para que seas tú mismo, desempleado, el que así lo perciba.
Eres tú, y no el sistema, el que ha fracasado en su intento por ser alguien dentro de la estructura social consumista/capitalista, y esto te es dicho tanto de manera explícita -directa y sin tabús-, como de manera implícita -escondida entre símbolos y significaciones sociales, relacionados con el éxito social, que así te lo hacen ver-. Para que tal hecho se convierta en una verdad absoluta para uno mismo, basta con que tal discurso, convertido en marco de interpretación, se apodere de tu capacidad para analizar e interpretar tu propia vida y el mundo que te rodea.
Podemos, por tanto, utilizar la teoría analítica de marcos como un modo de acercamiento a la mentalidad de los sujetos de las clases no dominantes que actualmente hacen suyos los mensajes ideológicos hegemónicos que son propios de la ideología de la clase dominante, en tanto que tal hecho nos permite llegar a comprender cómo es posible que tales sujetos no solo no se rebelen contra el sistema establecido, sino que, consciente e inconscientemente, reproduzcan con sus prácticas sociales la hegemonía de la clase dominante.
Inscritos en el paradigma constructivista, los llamados marcos, paquetes o esquemas interpretativos se han convertido en constructos ampliamente utilizados en sociología y en psicología cognitiva. Se emplean como instrumento de análisis metodológico de los discursos sociales, entre ellos, claro está, los de carácter político o propagandístico. Según lo que se desprende este conjunto de teorías analíticas, comprendemos el entorno cultural aplicando esquemas  o marcos de interpretación. Los propagandistas los emplearán para comprender y plantear discursivamente, en términos políticos, los sucesos que se van desarrollando en la realidad social en relación a un determinado tema de actualidad, mientras que el público al cual van dirigidos dichos mensajes propagandísticos los utilizará para comprender los mensajes y situar así sus referentes en una interpretación de tal realidad.
El concepto marco nos parece especialmente importante para analizar de qué modo los sujetos de las clase no dominantes asumen hoy como propios los enunciados ideológicos que vienen insertos en los mensajes lanzados hasta ellos desde los espacios discursivos controlados por las clases dominantes, así como para entender de qué manera funciona, en lo concreto, la hermenéutica de sentido consumista/capitalista –con su consecuencia influencia directa en las prácticas sociales de estos individuos de las clases no dominantes-.
Las clases dominantes, a través de su dominio absoluto sobre los principales medios de formación e información existentes (sistema de enseñanza y grandes medios de comunicación), han incorporado la ideología hegemónica consumista/capitalista no solo como hermenéutica de sentido, sino, por ello mismo, como marco interpretativo, individual y de acción colectiva, desde el cual las clases no dominantes analizan tanto su propia realidad subjetiva como el funcionamiento mismo de la realidad social.
Así, con sus prácticas sociales, impulsadas al amparo de esas previas creencias ideológicas consumistas/capitalistas constituidas en marcos interpretativos de la vida y la acción social e individual, los sujetos de las clases no dominantes no solamente reproducen la hegemonía de la clase dominante, sino que ellos mismos se marginan y se condenan a formar parte -de modo indefinido y casi sin posibilidad real de cambio- de las clases dominadas, en tanto que legitimadores de la existencia de tales clases dominantes, y, por tanto, de la existencia de un sistema social injusto donde ellos forman parte del grupo que sufre las injusticias, con todas las consecuencias que tal hecho puede tener a lo largo de sus vidas, tanto desde una perspectiva política y económica, como, sobre todo, desde una perspectiva existencial. Ellos mismos se ponen así una espada de Damocles sobre sus cabezas.
Cabe señalar también que, de acuerdo con el psicólogo Henri Tajfel, partimos del supuesto de que tanto la identidad individual como la identidad colectiva son identidades sociales y que ambas se refieren a autodefiniciones derivadas, entre otras fuentes de identidad, de la identificación de individuos o grupos con las características de determinados grupos o categorías sociales. La diferencia es que mientras la identidad individual se refiere a la autodefinición que caracteriza un individuo, la identidad colectiva se refiere a la autodefinición que refleja las características de un determinado grupo social.
El problema surje cuando tales identidades toman su base desde una misma realidad ideológica, y esta es, por principio, contraria a los intereses de la persona que adquiere su identidad por esa vía, subsumiéndose en una identidad colectiva que expresa no una posibilidad de realización de su potencial como persona, sino, justamente, la anulación de la misma. Tal es, en nuestra opinión, la situación en la que se ven inmersos en la actualidad los sujetos de las clases no dominantes en relación a la formación de su identidad, individual y colectiva, en base a criterios que se fundamentan en los intereses de clase de la alta burguesía hegemónica. El mensaje consumista/capitalista, entendido como hermenéutica de sentido, se mueve, pues, exactamente en estos términos.
Con ello, problematiza el mundo según una determinada visión ideológica de la realidad social, acorde a los intereses de la clase dominante. Con ello también, por un lado, pretende legitimar su visión maniquea del mundo, divido entre aquellos que siguen y respetan las normas que son propias a tal hermenéutica de sentido, y aquellos que lo atacan o, simplemente, no son capaces de satisfacerlas, donde estos últimos son automáticamente señalados como excluidos del normal funcionamiento de la sociedad consumista/capitalista, y, por tanto, como objetivos de ataque por parte de los discursos hegemónicos que se emiten por medio de los canales de comunicación en manos de esas mismas clases dominantes, y, por otro, pretende influir en aquellos ciudadanos y ciudadanas a los que va dirigido tal mensaje, en tanto que pueda servir para condicionar la actitud mental con la que tales ciudadanos interpretan el mundo, y, en consecuencia, para que la imagen que del mismo tienen vaya sumando nuevos adeptos entre las nuevas generaciones que inician su proceso de socialización: nuevos sujetos consumistas/capitalistas dispuestos  a convertir esta imagen mental en una guía para la acción y la práctica social, en una reproducción fiel de los intereses de la clase dominante y de su hegemonía ideológica.
Es lo que podemos denomionar como “el círculo vicioso de la dominación consumista/capitalista”: las clases dominantes, a través de los medios de comunicación y el sistema de enseñanza, crean discursos hegemónicos destinados a generar marcos de interpretación en las mentes de los sujetos de las clases no dominantes acordes a los intereses de clase de tales clases dominantes. Una vez estos discursos son introducidos de tal manera en la mente de los sujetos de estas clases no dominantes, serán ellos mismos quienes, de acuerdo a su propia manera de interpretar su propia vida en el contexto de la sociedad consumista/capitalista que los circunscribe, reproduzcan con sus prácticas sociales los valores propios de la ideología de la clase dominante, y, con ello, finalmente, estarán reproduciendo un modelo de sociedad, un orden social, donde su papel como sujetos oprimidos y explotados en favor de los intereses de la clase dominante, de la cual ellos no forman parte, quede garantizado.
Así, con más o menos conciencia de ello, son los propios sujetos de las clases dominadas los que garantizan el mantenimiento de su propia dominación, convirtiéndose en sus propios esclavizadores, pero al servicio de un amo que no son ellos mismos, sino la clase dominante al servicio de la cual está puesto el funcionamiento del orden establecido. Es el reflejo en la historia de la total pérdida de autonomía del sujeto consumista/capitalista de nuestros días.
Es el sujeto histórico, propio de las sociedades postmodernas de nuestros días, que ha “devorado” a su amo y lo ha interiorizado como una forma de vida, generando una implosión del antiguo amo burgués con la personalidad y el carácter social del trabajador/proletario actual, hasta el punto de convertirse (simbólica y psicológicamente) en su propio amo, pero no de forma autónoma, como pretenden hacernos creer algunos pensadores postmodernos, no por la propia relación de servidumbre consigo mismo (que también), sino como reflejo de las relaciones de poder, vinculadas a las relaciones de clase, que siguen estando presentes en nuestra sociedad capitalista contemporánea. Esto es, como reflejo del orden burgués.
Es esta, además, la forma con la que la sociedad consumista/capitalista se garantiza y se asegura que cada nuevo sujeto que haya de integrarse en ella esté predispuesto a respetar los códigos sociales establecidos y, en consecuencia, a no ir contra el orden establecido, esto es, a someterse, ya desde su propia individualidad, a un estricto control social garante del status quo.

Fuente:La Gran Lucha

Subordinaciones de diversa índole (entre ellas el futbol)

mundialPara estos días que nos esperan, en el que los que dirigen el cotarro han prometido de manera indignante una prima estratosférica a esa banda de multimillonerios abanderados, habilidosos en dar patadas a un balón (la clase dirigente sabe dónde se encuentra el moderno pan y circo, aunque tantas veces falte el primero para tantos), viene al caso recuperar un par de reflexiones sobre la enajenación, esta vez protagonizada por el deporte.
En estos días de (irritante) sumisión al desenvolvimiento deportivo de un grupo de multimillonarios abanderados representantes de la nación/Estado, me vienen a la cabeza una serie de reflexiones sobre diversas aspiraciones libertarias, entre ellas la deseada (y olvidada por tantos, los intereses son muchos) fraternidad universal. Porque si Patria o Dios son abstracciones especulativas que tienen detrás diversas formas de dominación, la noción de fraternidad universal solo adquiere sentido para el anarquismo, al igual que cualquier otra teoría, en la práctica. Ya se ha debatido en no pocas ocasiones, y sin llegar la mayor parte de las veces a ningún lugar, sobre el concepto de nación, el cual tal vez tenga muchas interpretaciones, pero que se indigesta en cualquier caso para el que subscribe. Tal vez puedo ser reduccionista, pero para mí resulte plenamente identificable con un gobierno, con la independencia de un territorio e, incluso y con toda la flexibilidad que se quiera, con una identidad. Es por eso que los términos "nación" y "nacionalismo" son claramente vinculables, y solo la estrategia política de la clase política, de diversos pelaje e intereses, pretende diferenciarlos para desprestigiar a sus rivales (los otros nacionalistas).

Al anarquismo le repele toda forma de patriotismo (solo en el ámbito afectivo podría ser salvable el asunto, pero resulta indisociable de los aspectos jurídicos, clasistas e históricos). Creo que fue Rilke el que dijo que la verdadera patria es la infancia, algo bello y literario que podemos subscribir en nuestro pretendido equilibrio entre la libertad más íntima y el afán de hermanamiento entre todos los seres humanos (un ideal que seguro que no pertenece exclusivamente al anarquismo, ya que se manifiesta a lo largo de toda la historia, pero solo él se muestra intransigente con todo lo que lo bloquea). Pero no hay que olvidar la permanente crítica a toda abstracción, incluso la que se llama Humanidad o Pueblo, no hay culto posible porque no sería más que caer en una nueva religión (llámese quizá populismo). Mantener la lucidez es denunciar todo aquellos que impide el progreso, acercarse a las más nobles aspiraciones de los seres humanos, y estaremos de acuerdo en que existe una estrecha relación entre los diversos ámbitos de desenvolvimiento humano; si se apela a la "nación", de la manera que fuere, es por cuestiones sociales y políticas. A estas alturas, hablar de "opio del pueblo" es otra cosa que parece añeja, aunque hay que preguntar si ese afán de otorgar a las personas "tranquilidad existencial" (y creo que era esto lo que Marx quería decir con su famosa frase) no adquiere hoy en día una realidad con múltiples caras.

Son dos cosas diferenciadas, el deseo vulgar de que la adoración a un equipo deportivo, representativo de la nación, actúe como cohesión social (se apela, de esa manera, también a la religión) y el esparcimiento que suponen esos eventos para que las personas olviden sus problemas y manifiesten alguna que otra "alegría". Pablo Carbonell, en su debut como director de cine en Atún y chocolate, expresaba de esta hilarante manera aquellos que mantienen dividida a la humanidad: "los partidos políticos, las religiones y los equipos de fútbol". El gran Javier Krahe, en uno de sus impagables temas denominado "En las Antípodas" (que es, en realidad, el mundo en que vivimos), nos relata los grandes males que sufre la humanidad, la mayoría con evidentes causas políticas y económicas, para acabar su canción del siguiente modo: "Pero es fantástico, martes y miércoles, jueves y sábados, lunes y vísperas, dan espectáculo con el esférico, y allí, al unísono, arman escándalo y es como un bálsamo para sus ánimas". Diré, para los que vayan a quedarse solo con la superficie de las cosas, que puedo disfrutar perfectamente de un evento deportivo (fútbol incluido). Dejando el humor, que es tan necesario también para denunciar y para dilucidar, quiero subrayar mi deseo de no caer en la simpleza ni en un análisis pobre e injusto. Solo deseo mostrar el fanatismo inhibidor que está detrás de determinadas aficiones, que vivimos en un país en el que la gente sale a la calle para celebrar los éxitos de su equipo, mientras gran parte es incapaz de movilizarse para defender sus más elementales derechos. Por otra parte, es evidente la vinculación de la nación (llámese también "dominación política") y de sus símbolos coloristas con pretendidos factores emocionales de cohesión. Lo siento, pero no conozco mayor elemento de cohesión que la solidaridad con todos los seres humanos (sea cual fuere el lugar donde han nacido), esa idea de fraternidad universal que permanece obstaculizada por fronteras políticas, económicas y religiosas.

Se me dirá que todo esto es otra forma de abstracción, un ideal muy bello inalcanzable (o, para ponernos filosóficos, situado en una realidad superior), pero mi forma de entender el anarquismo y el internacionalismo solo adquiere sentido en el análisis de las condiciones materiales actuales. Tal vez es lo que quería decir Herbert Read cuando aludía a "tensión mística" dentro del anarquismo, sus ideales espirituales tan elevados (que parten, según Bakunin, de la realidad material), los cuales pueden ocupar el lugar de cualquier otra creencia, pero sin olvidar que la idea solo adquiere sentido y desarrollo en la práctica. El anarquismo es sinónimo de ética comunitaria, de reconocimiento permanente en el otro y de predominancia del factor solidario (apoyo mutuo), y obviamente la comunidad no queda delimitada de manera artificial ni interesada, ni es símbolo tampoco de una mundo dividido en clases; por otra parte, si gran parte del anarquismo histórico considera que la libertad se conquista, y se completa, en la cooperación social y en ese reconocimiento de la libertad del otro, es muy bella también la consideración de que cada ser humano es "único" y de que el desarrollo de cada persona es algo inalienable para tener una vida plena. Es una confianza en nuestra propia individualidad, un rechazo del colectivismo más vulgar que nos convierte en miembros de un rebaño (metáfora religiosa que puede extender también a cuestiones "nacionales").

Factores de enajenación y control social
No creo que haya muchas personas que puedan discutir, a poco que reflexionen un poquito, que son muchos los que trabajan en el mundo para provecho solo de unos pocos. Es el sistema económico en que nos encontramos, el cual parece encontrar su base más sólida en el conformismo, la resignación o incluso la aprobación de gran parte de las personas. Podemos hablar también de enajenación, concepto que creo que se ha agravado y sofisticado con el paso de las décadas y el desarrollo de la tecnología y la información, o lo que es lo mismo, nos encontramos frente a un mundo ilusorio ajeno a nosotros (a nuestra condición social y humana). Puede que muchos discutan esto, y cuestionen qué es eso de nuestra condición o incluso consideren que es más bien la misma la que nos ha llevado a la situación actual. Frente a esto, que en mi opinión es producto de no desear reflexionar y profundizar demasiado en ninguna cuestión (algo que nos caracteriza en la sociedad actual), hay que volver a recordar que el mundo continúa estando ferozmente jerarquizado y siendo terriblemente injusto y desigualitario: una minoría es la que toma las decisiones y la que se aprovecha económicamente a costa de la mayoría. Los medios de comunicación se ocupan apenas de los síntomas de un sistema enfermo, cada vez más a modo de espectáculo que contemplar a través de un velo irreal, confirmando por lo demás el mundo en que vivimos. Muchos pensadores materialistas del pasado, con tanta razón en considerar las relaciones productivas tan importantes, serían incapaces de concebir el grado de sofisticación que tendría un sistema económico, basado en la explotación masiva, estrechamente vinculado a una tecnología y otros mecanismos sociales alienantes. Entre esos fenómenos de masas, se encuentra el deporte y, más concretamente en ciertas sociedades "desarrolladas", el fútbol. Es tal vez una de los ejemplos mejores del mundo en que vivimos: las personas sustentando a las empresas económicas más poderosas (los clubes de fútbol) con toda suerte de acciones y con todo tipo de excusas "patrióticas", que a su vez sirven muy bien como respiro o alivio ante la aflicción de los males personales y como apaciguamiento ante una posible rebelión social. No se trata de culpabilizar, ni de ofender sin más, porque además la enajenación es algo de lo que todos participamos, se trata de profundizar y dilucidar por qué pensamos y actuamos de cierta manera, y hacerlo es liberarnos un poquito; me parece eso lo más importante, todos tenemos esas capacidades para una conducta racional, por lo que no hay tratar a unas personas diferentes de otras cual si fueren un rebaño.

El fútbol es, al menos desde un punto de vista materialista (no hace falta recordar que le doy un sentido filosófico, y no vulgar, a esta palabra), algo parecido a la religión. Se trata de una especie de alivio, como dijo el clásico acerca de la religión "el alivio de los que sufren", pero en ambos casos aludiendo a un alivio enajenante. Por supuesto, al menos en esta sociedad actual, esa enajenación tiene un lado útil, aunque sigue siendo el síntoma de una patología; lo importante es que se comprenda que si subsanamos los males del mundo, estrechamente vinculados a los males sicológicos individuales, el fenómeno de la enajenación irá disminuyendo y nuestra conciencia, moral e ideas serán muy diferentes. No es así en la concepción del progreso actual, con más problemas que soluciones. Los viejos despotismos no tienen, apenas, cabida hoy en día, pero a costa de un concepto de la libertad falso, de mera apariencia para decidir: en tener cualquier fe irracional, en ser un consumidor acrítico, en sentarse frente al televisor, en ir a despotricar a un estadio deportivo... Hay muchas más cosas en la vida de un individuo, algunas de ellas seguramente adoptarán formas menos alienantes, pero todas esas decisiones aparentemente libres antes mencionadas son producto, o están muy vinculadas, al mundo socioeconómico en el que vivimos. No desdeño otros factores en la vida social, pero sí creo que la enajenación es una de las características más evidentes de la realidad actual de las sociedades "avanzadas" y tiene una base esencialmente material. Las ideas pueden ser encomiables, transgresoras respecto a situaciones irracionales, pueden contribuir a hacernos mejores, pero también suelen ser abstractas y alienantes; es éste último caso el que más prolifera y que adopta tal vez su expresión más vulgar y sintetizadora en el fútbol (los mecanismos enajenantes de la religión y el patriotismo).

Hay quien opinará que la visión es tremendista, que incluso esos fenómenos son positivos y sirven de cohesión social, además de canalizar un papanatismo que podría adoptar peligrosos dogmas religiosos o políticos; en mi opinión, aunque algo de real puede tener ese análisis, sigue siendo una consecuencia del problema, no la solución, por lo que es una visión meramente superficial cautivada por símbolos y colores que pueden ser calificados de infantiles. Las energías de las masas, dirigidas a los grandes eventos deportivos (o de otra índole), podrían muy bien ser dirigidas a acabar con la pobreza, la guerra, la explotación y todos los males del mundo, pero para ello es importante analizar y profundizar, no seguir mirando hacia delante de forma ilusoria y acrítica. Somos un animal social, eso es ya indudable, desgraciadamente con cierta tendencia al gregarismo y al papanatismo; también seguramente, muy frágil, producto de esa dualidad de tener las capacidades de transformar nuestra realidad y, al mismo tiempo, estar muy condicionados por ella. Sin embargo, hablar de determinismo biológico o hablar de una naturaleza o esencia humana es claramente reducir las potencialidades; tenemos grandes capacidades intelectuales que, precisamente, pueden conducirnos a una mayor satisfacción y disfrute en la vida. Para ello, habría que empezar por cuestionar un mundo de apariencias, indagar en los problemas y no caer en las falsas soluciones; no se trata de hacer tabla rasa de uno mismo, ya que somos producto de muchas experiencias y resulta francamente difícil (e incluso, diría, está bien que así sea), pero sí es necesario para empezar un espíritu crítico. Es la base para desarrollar una conciencia, histórica, social y política, algo que es impensable en la sociedad actual de la enajenación.

Capi Vidal
http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com.es/

Escuela popular, escuela liberadora, incluso escuela libre, son eufemismos tales como denominar a las cárceles centros de reinserción y a los ejércitos humanitarios




Una mirada crítica a las pedagogías progresistas del capitalismo tecno-industrial. De cómo los pedagogos son capaces de ser sólo “revolucionarios” con altos salarios y creen cambiarlo todo mientras, en realidad, contribuyen a que todo siga igual.


Supuesto pedagogo de profesión, me he negado siempre a escribir de pedagogía. Quizá por no reconocer la miserabilidad de mi profesión y querer esconder, dejando así enterrado, el lado profesional –triste palabra, somos profesionales, técnicos, y, en suma, gestores del capitalismo– de mi vida. Han profesionalizado nuestras existencias, las han especializado, las han tecnificado hasta el límite. La división del trabajo, el fordismo salvaje, impuesto desde pequeñitos, nos hace ser perfectos autómatas programados. Elección magistral hecha en base a lo menos malo por no trabajar montando escenarios, cocinando cadáveres de animales asesinados para el consumo, o limpiando unos grandes almacenes (he aquí mi panóptico profesional).... En fin, no me expandiré aquí en una pléyade de excusas que poco os pueden interesar. No entiendo como alguien puede sentirse bien en su trabajo. No puedo comprender como alguien, prostituyéndose a los intereses produccionistas del Estado-capital, puede ser feliz. Me horroriza ver las sonrisas de quien, bajo el yugo del trabajo asalariado que compra horas de vida para producir plusvalía en beneficio de clase privilegiada que nos gobierna, permanece contento de tener lo que le imponen. Un ladrón, un criminal, un loco –denominados así por esta sociedad enferma– ¿son acaso peores que nosotros que permanecemos sumisos al mercado y sus imposiciones? No hay mayor ceguera que la que se excusa en la comodidad de sus actos. Jacob, miembro del grupo francés anarquista los Trabajadores de la noche defendió el robo escupiendo palabras en forma de bala para los bienpensantes de la República francesa:


«Llamáis a un hombre "ladrón y bandido", le aplicáis el rigor de la ley sin preguntaros si él puede ser otra cosa. ¿Se ha visto alguna vez a un rentista hacerse ratero? Confieso no conocer a ninguno. Pero yo que no soy ni rentista ni propietario, que no soy más que un hombre que sólo tiene sus brazos y su cerebro para asegurar su conservación, he tenido que comportarme de otro modo. La sociedad no me concedía más que tres clases de existencia: el trabajo, la mendicidad o el robo. El trabajo, lejos de repugnarme, me agrada, el hombre no puede estar sin trabajar, sus músculos, su cerebro poseen una cantidad de energía para gastar. Lo que me ha repugnado es tener que sudar sangre y agua por la limosna de un salario, crear riquezas de las cuales seré frustrado. En una palabra, me ha repugnado darme a la prostitución del trabajo. La mendicidad es el envilecimiento, la negación de cualquier dignidad. Cualquier hombre tiene derecho al banquete de la vida. El derecho de vivir no se mendiga, se toma.

El robo es la restitución, la recuperación de la posesión. En vez de encerrarme en una fábrica, como en un presidio; en vez de mendigar aquello a lo que tenía derecho, preferí sublevarme y combatir cara a cara a mis enemigos haciendo la guerra a los ricos, atacando sus bienes... Ciertamente, veo que hubierais preferido que me sometiera a vuestras leyes; que, obrero dócil, hubiese creado riquezas a cambio de un salario irrisorio y, una vez el cuerpo ya usado y el cerebro embrutecido, hubiese ido a reventar en un rincón de la calle. Entonces no me llamaríais "bandido cínico", sino "obrero honesto". Con halago me hubierais incluso impuesto la medalla del trabajo. Los curas prometen el paraíso a sus embaucados; vosotros sois menos abstractos, les ofrecéis papel mojado» (1)


Toda una declaración de principios. Algunos tememos dar ese paso, sólo la cobardía y el miedo a la cárcel, puede ser un planteamiento razonable para que un revolucionario no actúe de tal manera. Dista mucho el planteamiento de Jacob, atacando frontalmente los cimientos del capitalismo, que el de quien pretende progresar en su trabajo, felizmente convencido, autoengañado, hacia una supuesta revolución social. Sólo el saqueo y el ataque directo a la ley pueden destrozar el orden establecido. El resto, son quimeras parlamentarias ‑camufladas con las más variopintas caretas y tambores– al alcance de todos. Pero, he aquí, una rareza profesional no extinta: los maestros y pedagogos. Qué no sólo están orgullosos de servir al Estado, sino que pueden llegar a creer firmemente en propiciar un cambio social manipulando las maleables mentes de los niños, cuando, lo más que hacen, es inculcar dosis de democracia parlamentaria en estado puro.


La tecnificación no escapa al mundo educativo. Sus lacayos, los maestros y maestras, repiten sin parar el lenguaje creado artificialmente por las elites universitarias al servicio del poder. Así son muchos los maestros, mediadores socioculturales, psicólogos, equipos multiprofesionales, logopedas, pedagogos terapéuticos, monitores de ocio y tiempo libre, cuidadores, profesores, técnicos de enseñanza, incluso técnicos de acción directa (así se denomina a unos profesionales que trabajan en la cárcel de menores de Zambrana) quienes ponen en marcha con orgullo metodologías participativas, recursos polivalentes, materiales para primaria y secundaría; que crean herramientas constructivas, integradoras e inclusivas, que evalúan y autoevalúan, que no castigan sino que “implantan consecuencias”. Que destinan a los niños desobedientes a los equipos de orientación y recuperación, que profundizan en la miserabilidad de sus vidas e imponen veladamente dinámicas de grupo, juegos de rol y elocuentes debates que hacen apología –quizá sin pretenderlo- del intercambio de mercancías, de consumismo salvaje, de la sociedad espectacular.


Los trabajadores de la educación dan por incuestionable un axioma: los niños no poseen las capacidades mentales adecuadas y hay que reconducírselas. Parten de que si la conducta de los niños está por determinar, son ellos quienes lo harán magistralmente, atribuyéndose la verdad, la razón, la “creatividad” y por tanto aniquilándosela siempre al niño, que pequeño por edad, no puede valerse por si mismo. Esta autoatribución en sus funciones, este exceso de hedonismo, de poder completar a los otros siempre haciendo el bien, incluso propiciando el cambio social, siempre concebido como una verdad universal e incuestionable, es un mal endémico escolar ¿Quién determina esos parámetros? ¿Quién establece esos criterios? ¿Quién se cree más cabal que un niño?


Vemos a los niños avanzar con los años y se van contaminando por la influencia detestable de los adultos. ¿Somos las personas adultas más cuerdas que ellos? Sólo cabe echar un vistazo al caos mercantil que rige nuestras vidas para deducir que no. Pero ni si quiera se duda. Se establece un rol erróneo nefasto: el que sabe y el que no sabe. El que, de manera increíble, se atribuye el monopolio de la verdad y la va a trasmitir a los pequeños. Una superioridad camuflada en los criterios pedagógicos progresistas realmente reaccionaria. Se establecen relaciones de dominación y, por tanto, de obediencia. Entre adultos estaría mal visto. Pero hablamos de niños, y por sólo ese hecho, carecen de principios. Por su bien contaminamos sus vidas. Hay un rol escolar maestro-alumno plagado de historia impositiva que es en si mismo inevitable. Un alumno y un maestro en un aula juegan una disposición autoritaria en la que no caben parámetros de equidad por mucho que se pretendan. La relación de poder será siempre desigual por mucho que esta se camufle. De ahí es normal que los alumnos están siempre a la defensiva con el maestro, desconfíen siempre de él y hasta lo vean como un enemigo. Escuela popular, escuela liberadora, incluso escuela libre, son eufemismos tales como denominar a las cárceles centros de reinserción y a los ejércitos humanitarios. Los pedagogos progresistas no pueden oír de hablar de la destrucción de la escuela. No pueden soportar escuchar que la escuela – al igual que la fabrica y la cárcel- es algo muy reciente en la historia de la humanidad. No pueden entender que hay sociedades que hoy en día se rigen sin escuelas (aunque se las traten de imponer, por ejemplo, a los indígenas) y se trasmiten cultura, sensaciones y sentimientos de manera mucho menos impositiva que cualquier forma de escuela a través de diferentes formas artísticas. No quieren saber que la escuela nace de sus homónimos progresistas ilustrados que pretenden otorgar al estado el monopolio de la educación, alejados de la peculiaridad familiar y barrial, y sometidos a la homogeneización que el Estado realiza a través del ámbito escolar. Escuela y cárcel, dos instituciones que, como universales, no distan tanto en el tiempo. La una prepara productores para el capital, la otra encierra a quien no produce como le enseñaron y desobedece la imposición del mercado; la ley. No hay nada peor que un pequeño alumno que falta a clase, al igual que es intolerable para la patronal cuando un trabajador falta al trabajo. Norma burguesa infranqueable para los buenos ciudadanos, para los buenos pedagogos progresistas. Acto penado por la ley.


No quieren oír hablar de las teorías de la desescolarización porque.... ¿De que vivirían los maestros sin escuelas? ¿Dónde encontrarían ellos, progresistas y respetuosos humanistas, su espacio de dominación y superioridad? ¿Cuantos profesores pueden sentirse revolucionarios cobrando 40€ la hora en medio de la pasividad de sus vidas?


¡Cuantos monitores de ocio y tiempo libre, educadores sociales, técnicos del ocio, pueden ayudar a los demás sólo con altos salarios mientras son incapaces de involucrarse en la guerra social por el fin de las clases! ¡Qué sería de sus revoluciones sin el dinero que les proporciona el estado y el capital! ¡Que sería de sus cambios sociales sino fuera por la mercancantilización de su trabajo! ¡Que sería de sus dinámicas de grupo si no estuvieran pagadas como un salario “alto standing”!. No serían nada. Todo lo pueden dentro del trabajo asalariado, nada valen fuera de él. Contribuyendo al engorde de la maquinaria capitalista dicen poder combatirla. "Todo esta en la educación, es la base para cambiar las cosas", repiten mientras se suceden las generaciones y el orden establecido es cada vez más férreo. Contribuyen mejor que nadie a pagar la paz social. Pedro García Olivo explica la docilidad social emanada de los funcionarios del estado a la perfección:


«Ningún colectivo como el de los funcionarios para ejemplificar esta suerte de docilidad sin convencimiento, docilidad exánime, animal, diría que meramente "alimenticia": escudándose en su sentido del deber, en la obediencia debida o en la ética profesional, estos hombres, a lo largo de la historia reciente, han mentido, secuestrado, torturado, asesinado,... Se ha hablado, a este respecto, de una "funcionarización de la violencia", de una "funcionarización de la ignominia"... Significativamente, estos "profesionales" que no retroceden ante la abyección, capaces de todo crimen, rara vez aparecen como fanáticos de una determinada ideología oficial, creyentes irretractables en la filantropía de su oficio o adoradores encendidos del Estado... Son, sólo, hombres que obedecen...

Yo he podido comprobarlo en el dominio de la educación: se siguen las normas porque sí; se acepta la Institución sin pensarla (sin leer, valga el ejemplo, las críticas que ha merecido casi desde su nacimiento); se abraza el profesor al "sentido común docente" sin desconfiar de sus apriorismos, de sus callados presupuestos ideológicos; y, en general, se actúa del mismo modo que el resto de los "compañeros", evitando desmarques y desencuentros. Esta docilidad de los funcionarios se asemeja llamativamente a la de nuestros perros: el Estado los mantiene "bien" (comida, bebida, tiempo de suelta,...) y ellos, en pago, obedecen. Igual que nuestro perro, condiciona su fidelidad al trato que recibe y probablemente no nos considera el mejor amo del mundo, el funcionario no necesita creer que su Institución, el Estado y el Sistema participan de una incolumidad destellante: mientras se le dé buena vida, obedecerá ladino... Y encontramos, por doquier, funcionarios escépticos, antiautoritarios, críticos del Estado, anticapitalistas, anarquistas,..., obedeciendo todos los días a su Enemigo sólo porque éste les proporciona rancho y techo, limpia su rincón, los saca a pasear... Me parece que la docilidad de nuestros días, en general, y ya no sólo la "docilidad funcionaria", acusa esta índole perruna... » (2)


Educación y escuela se funden en el mismo concepto para los planteamientos pedagógicos de hoy en día. Nada más falso. La “importancia y necesidad” de la escuela es un mal endémico del capitalismo y del Estado que los pedagogos ya han asumido como suyo. Sólo las teorías de la desescolarización han acertado a arañar las imposturas de los progresistas pedagógicos. Teorías enterradas incluso por los propios libertarios. La escuela, por su propia concepción y estructura, nunca podrá propiciar una revolución social. Por mucho que se maquille el envoltorio, la escuela es una imposición del progresismo burgués.

Al inicio hicimos notar el surgimiento de la educación institucionalizada; de ahí a nuestra actual situación encontramos no solo a la escuela sino a la mayoría de los organismos de la sociedad con el virus de la institucionalización. Toda actividad humana está amenazada por una ley que rige el deber ser de cada uno de nosotros; nacimos para desempeñar una función que nos han de asignar a través del proceso de la escolarización. La planificación (la definición) se ha vuelto la esquizofrenia de la sociedad. La justificación más grande que ha usado la escuela para adoctrinar al niño desde temprana edad aparece con el pensamiento burgués (Locke). El niño es considerado un ser irresponsable, incapaz de la conciencia y por ende de la madurez que posteriormente le dará su libertad. El sometimiento (desplazando el aprendizaje extraescolar donde se da el conocimiento de mayor contenido) se presenta como necesario y forzoso. Los niños se convierten en ineptos desde el principio, dependientes de las instituciones. La transferencia de responsabilidad desde sí mismo hacia una institución garantizará el estancamiento social.


«Si no existiese una institución de aprendizaje obligatorio y para una edad determinada, la "niñez" dejaría de fabricarse. En el presente, la democracia cayó sobre los desposeídos, y con la ley de que todos deben tener acceso a los cuarteles escolares de gobierno, se les ha aplicado el sello de ignorantes igual que a la niñez privilegiada, ahora todos están iguales» Ivan Ilich. La sociedad desescolarizada.



Notas

1: Extracto sacado de la declaración de Alexander Marius Jacob en marzo de 1905 donde tiene lugar en la audiencia de Amiens (Francia) el proceso contra los Trabajadores de la noche. Detenidos desde 1903, detención que ponía fin a una actividad de tres años con más de 150 robos en domicilios, hoteles, castillos e iglesias.

2: Extracto del libro El enigma de la docilidad. Sobre la implicación de la Escuela en el exterminio global de la disensión y de la diferencia. Autor: Pedro García Olivo. Edita: Virus.

 

 

Por una estrategia anarquista ganadora: qué nos enseña el juego de Go

A través de la historia, la gente se ha unido para luchar contra la explotación y la injusticia. Se puede seguir un rastro de resistencia desde las revueltas de esclavos del antiguo Egipto, las protestas contra la Organización de Libre Comercio en Seattle, en un continuo hasta las luchas diarias actuales. Aunque hemos tenido reveses y pérdidas a lo largo de los milenios, también hemos logrado muchos avances. Del mismo modo que los poderosos han adaptado sus estrategias y tácticas para mantener su poder e influencia, hemos tenido éxito cuando también nos hemos adaptado, construyendo y aprendiendo de los éxitos y fracasos del pasado.
El juego del Go es otra lucha por el poder y la influencia, un juego estratégico donde los oponentes intentan expandir y mantener sus áreas de poder y usarlas para limitar las del otro. Podemos aprender de ello y aplicar estrategias del juego del Go para adaptar y hacer nuestras luchas más efectivas.

Anarquismo del siglo XXI
Con el fracaso del comunismo autoritario y la reciente extinción del movimiento antiglobalización, el siglo XXI es el momento para un nuevo comienzo. De la misma manera que en 1910 pocos podían predecir las turbulencias que les estaban deparadas, este siglo traerá sin duda tiempos donde lo impensable, lo imposible, se convierten súbitamente en el futuro innegable. Esta cambiante batalla requiere que desarrollemos nuevas estrategias y abandonemos ideologías fallidas, sin rehacer batallas pasadas inconscientemente, pero también sin cada generación partiendo de cero y rechazando la historia. En lugar de eso, necesitamos desarrollar una estrategia para desafiar al poder, aplicando honestamente las lecciones del pasado desde la resistencia pasiva a las realidades de las luchas del presente.

En cada trabajo que hacemos, necesitamos estrategias; para campañas tales como las luchas en el lugar de trabajo o apuntando a otras instituciones. También necesitamos conectar estas campañas estrategias de mayor escala y largo plazo, y por último, una estructura estratégica para el proyecto revolucionario completo de derrocar a la clase dominante y establecer una sociedad libre, justa e igualitaria.

Al desarrollar estas estrategias, debemos recordar que la teoría que no se basa en una lucha práctica es estéril e inútil, mientras que la acción sin estrategia y reflexión es un callejón sin salida inefectivo.

Esto requiere que rechacemos el color que nuestra ideología política imprime a nuestro juicio práctico. No debemos creer que una táctica será efectiva porque deseemos que sea así, o porque nuestra ideología nos diga que debe serlo.

En lugar de eso, debemos mirar el campo de batalla de forma honesta, juzgando nuestras propias fortalezas y debilidades así como la de nuestros adversarios. Conforme se desarrolla la lucha, debemos analizar la efectividad de las tácticas basándonos en nuestra experiencia directa. Y para ser efectivos, debemos entrenarnos a nosotros mismos y a los demás para tener las habilidades necesarias para conseguir nuestros objetivos, incluyendo las relacionadas con el pensamiento estratégico.


El juego del Go
Siglos antes de que comenzara la historia escrita, se inventó un juego para ayudar a la aristocracia china a practicar el pensamiento estratégico. Este juego se conoce comunmente como Go (procedente del nombre japonés) o WeiQi, su nombre chino actual, que significa literalmente “el juego envolvente”. Basado en reglas simples que han cambiado poco en miles de años, el Go sin embargo es un juego complejo. El estilo de juego ha cambiado constantemente, con jugadores expertos construyendo lecciones de jugadores pasados y continuamente analizando partidas antiguas o actuales en busca de nuevas estrategias.
Y, ¿qué juego es ese del Go? El Go se juega en un tablero con una cuadrícula (malla) de 19×19 (13×13 o 9×9 para principiantes). Dos jugadores se turnan para colocar “piedras” de Go blancas y negras en las intersecciones de la malla. Una vez colocadas, las piezas no pueden moverse. Cada punto o intersección tiene entre dos y cuatro “libertades” representadas por las líneas que salen del mismo. Una piedra con una o más libertades o conectada a piedras del mismo color con libertades se considera “viva”. Si un jugador llena las “libertades” de la piedra de su oponente, esa piedra es capturada y eliminada del tablero. Sin embargo, capturar no es el aspecto más importante del juego. Al final de una partida. cada jugador tendrá rodeadas diferentes partes del tablero de modo que sus piedras no puedan ser capturadas, Estas partes rodeadas del tablero son el territorio del jugador, y el jugador que tenga mayor territorio gana.

Go como herramienta revolucionaria
Pero el Go es más que un juego.

Puede ser una valiosa herramienta para desarrollar una estrategia anarquista revolucionaria. El Go ha durado miles de años porque es la esencia concentrada de estrategia real, lo suficientemente simple para moverse más allá de detalles históricos transitorios, reflejando en su lugar muchos conceptos estratégicos generales. Al mismo tiempo, no es tan simple como para ser irrelevante en la resolución de problemas estratégicos reales. Esto permite mostrar problemas complejos del mundo real en conceptos de Go y usar las técnicas del Go para ver fortalezas o debilidades estratégicas fundamentales. El Go proporciona un lenguaje y una estructura para la discusión de conflictos estratégicos y tácticos.

Al compararlo con otros juegos, podemos ver porqué el Go puede ajustarse mejor a luchas del mundo real. En el ajedrez, el objetivo es acorralar y matar el rey del contrario. En las luchas actuales, ya sea la guerra entre naciones, batallas por el poder político, luchas laborales, o la lucha revolucionaria en general, los oponentes nunca tienen un punto o cabeza de poder único. En su lugar, su poder está determinado por su influencia política, económica, militar o social, y este poder puede cambiar radicalmente durante el paso del tiempo. Estas diferentes esferas de influencia pueden verse reflejadas en puntos de un tablero de Go, y su éxito viene determinado a través de la expansión del territorio. La captura puede ser importante, pero es más una táctica para ganar territorio que un fin en sí mismo.

En el libro El juego extendido: Una interpretación según el Wei-Ch’i de la estrategia revolucionaria maoísta, Scott A. Boorman muestra una representación similar. Los bordes del tablero se corresponden con la casta más baja de campesinos en la China feudal. Hacia el centro, los puntos corresponden a posiciones más altas en el sistema de castas sociales, siendo el centro la clase política urbana. Mientras otras facciones atacaron directamente al único punto central, Mao usó la estrategia estándar del Go de construir territorio primero en las aisladas esquinas, luego a lo largo de los bordes. Mientras otros se concentraban en un punto, Mao y los comunistas se centraron en construir un territorio, dominando finalmente el tablero. Para nuestros propósitos, una representación menos precisa es a menudo más útil, sólo lo necesario para dotarnos de un puente entre conceptos estratégicos de Go y el conflicto práctico al nos enfrentamos.

Proverbios del Go
Una de las maneras en que el Go ha sido transmitido de generación a generación, es en la forma de proverbios simples. Cada proverbio resume una técnica o idea. Están pensados para sugerir posibles buenos movimientos, pero no para ser seguidos a ciegas. Una vez empiezas a usar el Go para pensar sobre estrategia. encuentras que muchos proverbios de Go pueden facilitar la comprensión de nuestras luchas.

· Pierde tus primeras 50 partidas tan rápido como sea posible.
Uno de esos proverbios para principiantes es “Pierde tus primeras 50 partidas tan rápido como sea posible”. Muchos jugadores juegan de forma lenta, analizando excesivamente sus movimientos, pero sin experiencia a la que recurrir. En vez de jugar rápidamente y aprender de sus errores, están atascados en una parálisis que les impide conseguir la experiencia que necesitan, El hecho es que si no sabes qué estás haciendo, perderás. Lo importante es aprender de ello, y no asumir riesgos mayores que lo que se quiere perder.

· No tires un huevo contra el muro
Otro que es especialmente relevante para anarquistas, casi literalmente, es “no tires un huevo contra el muro”. Este proverbio coreano es conocido más comúnmente como “juega lejos de la densidad” y advierte contra jugar fichas demasiado cerca de los puntos fuertes de nuestros enemigos, pero también que se mantenga una distancia útil de nuestra propia fortaleza. En Go, si tu oponente tiene un fuerte muro en el que no tienes ninguna esperanza de romper o capturar, jugar cerca del muro garantiza la captura de tu piedra y eso realmente refuerza al oponente. Lo mismo puede decirse a los anarquistas mal orientados que tiran un huevo a los policías antidisturbios sólo para acabar aplastados contra el suelo y detenidos. Lo contrario es también cierto: jugar demasiado cerca de nuestro propio grupo fuerte es un movimiento “seguro” desperdiciado que hace poco por conseguir territorio.

· Fortaleciendo tu grupo débil haces al oponente más débil.
Enunciando la ventaja estratégica de la solidaridad existe el proverbio “fortaleciendo tu grupo débil haces al oponente más débil”. Al tomar como objetivo las debilidades de tu oponente para atacar, tus propias debilidades te exponen al contraataque. Si puedes fortalecerlas primero, tu ataque tendrá más éxito. En el movimiento obrero, esta lección aparece cuando tienes divisiones en sus filas, con trabajadores vulnerables expuestos al ataque. Si puedes fortalecer a esos trabajadores vulnerables antes de la lucha, el jefe tendrá menos habilidad para contraatacar, y, básicamente, tu ofensiva tendrá más éxito.

· Conectando grupos
Una estrategia básica del Go es comenzar en las esquinas y los bordes, y luego saltar hacia el centro para conectar grupos de piedras separadas. Es más fácil crear territorio sólido en las aisladas esquinas. Más adelante, el territorio puede ser construido en los bordes, pero esto es más dificil. Finalmente, si uno de tus grupos de piedras es débil, salir repentinamente al centro puede permitirles conectarse con otros, aumentando las posibilidades de supervivencia. Como en el proverbio anterior, conectar los grupos débiles entre sí los fortalece, poniéndolos en una mejor posición para atacar a su enemigo común.

En el mundo real, los grupos pequeños aislados, como los grupos débiles de piedras en el tablero, deben establecer una base o coordinarse con otros grupos para sobrevivir y ser efectivos. Una base es una red organizativa y social capaz de sostenerse a pesar de los ataques y los contratiempos. Además de ser autosuficiente, la red debe permitir expandir la lucha a nuevo territorio. Pero incluso con una base sólida hay un riesgo de “vivir en modo pequeño”, o permanecer aislado sólo con la estructura suficiente para mantenerse pero sin habilidad para ir a la ofensiva. Mantener los grupos conectados y trabajar de forma conjunta puede prevenir esto.

En el mundo real esto puede aplicarse a numerosas situaciones, conectando grupos más allá de límites raciales y de género, conectando una variedad de grupos en la misma ciudad donde las luchas confluyan, como por ejemplo una lucha de clase y grupos ecologistas contra la misma corporación, o conectando demandas tales como grupos feministas apoyando luchas laborales para acortar las jornadas y obtener beneficios en el cuidado de los hijos.

· Un hombre pobre debe buscar pelea.
Un proverbio que es especialmente interesante a la luz de la naturaleza asimétrica de nuestra lucha es “un hombre rico no debe buscar pelea”. De forma paralela, si eres un hombre pobre, deberías más bien buscar peleas. Cuando juegas una partida, si notas que estás bien por delante de tu oponente en cuanto a territorio, querrás evitar luchas complicadas y en su lugar, consolidar tus ganancias. Por el contrario, si estás en desventaja y haces jugadas seguras que consolidan el status quo, estás abocado a perder. La única forma en que puedes ganar es haciendo movimientos más atrevidos, atacando las debilidades del oponente en un esfuerzo para negarle la posibilidad de consolidar sus ganancias.

En Go, se utiliza una limitación para equilibrar juegos entre jugadores con habilidades diferentes. El mejor jugador juega blanco y le da su oponente las piedras extras suficientes para compensar la diferencia de habilidad. Las piedras negras empiezan con piedras situadas en los puntos clave del tablero. Comienzan como un hombre rico, y su trabajo es, de forma simple y con seguridad, mantener todo con lo que comenzaron el juego. El jugador blanco, reflejando la asimetría de nuestra lucha, comienza el juego como un hombre pobre que no tiene más remedio que buscar pelea.

Desafortunadamente para nosotros, nuestra lucha es asimétrica, pero no porque hayamos venido al juego con mayor experiencia y habilidad natural que nuestro adversario. Aun así, de muchas maneras, los poderosos son lentos para responder a nuevas tácticas. Nuestra fortaleza es la estabilidad del sistema que controlan. Como activistas marginales organizándose desde cero, nos aproximamos a un oponente que está firmemente establecido, y aparentemente en control del tablero entero. Nuestra tarea es alterar esa estabilidad y exponer debilidades que nos proporcionen nuevas aperturas.

Conclusión
El juego de Go está basado en reglas simples y es fácil de aprender, pero al mismo tiempo que juegas y aumentas tu nivel, se convierte en un juego complejo con una estrategia enormemente profunda. Como jugadores de Go del siglo 21, tenemos fácil acceso a gran cantidad de información, desarrollada por numerosas generaciones de jugadores, cada generación construyendo sobre los logros de generaciones anteriores e ideando nuevos patrones y estilos de juego.

De forma similar, como anarquistas tenemos mucho que aprender de las luchas presentes y pasadas, aunque a menudo fallamos al evaluar de forma objetiva estrategias pasadas y al idear las nuevas. El Go nos proporciona una oportunidad de observar la estrategia reducida a su esencia más pura, y aplicar las lecciones que aprendemos a nuestra práctica revolucionaria.

Los proverbios y estrategias del Go mencionadas más arriba son solo el principio. Tanto en versión impresa como online, existe una gran variedad de recursos sobre estrategia en el Go, mucha de ella útil para el pensamiento estratégico general. Podemos combinar esos conceptos con nuestra experiencia práctica y el conocimiento de luchas históricas para conseguir comprensión para la estrategia práctica. Al mejorar como jugadores de Go, continuamos desarrollando una intuición estratégica y un lenguaje y estructura para analizar la estrategia en el mundo real.

Ray Jovana
Fuente original: http://juanjopina.fileaesir.com/go-por-una-estrategia-anarquista-ganadora.
Fuente: http://periodicoellibertario.blogspot.com.es/2014/06/por-una-estrategia-anarquista-ganadora.html

Contra la Copa Mundial de la FIFA y de las multinacionales

Texto de la Coordinadora de Solidaridad con los Insurgentes en Brasil, titulado “Contra la Copa Mundial de la FIFA y de las multinacionales de la explotación de los oprimidos y de la destrucción de su vida”.

mundialHace más de un año que en Brasil tiene lugar un conflicto de larga duración y de creciente intensidad. Es una guerra en la cual uno de los bandos es el Estado, que con motivo de la celebración de la Copa Mundial en junio de 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016, está intentando reestructurar todos los métodos de explotación y opresión de los de abajo. El otro bando está formado por cientos de miles de manifestantes, anarquistas e izquierdistas, personas sin hogar y marginadas, que se resisten con todos los medios que tienen a su disposición.
Desde el año 2008 el Estado intenta reestructurar las zonas que se encuentran en torno a los estadios en los que se celebrarán los partidos de la Copa Mundial, aplicando un plan de “pacificación”. Evacuando y destruyendo las favelas que se encuentran en las zonas aledañas de los estadios, pretende deshacerse de los que el mismo Sistema ha tirado a las favelas como una basura, a fin de crear zonas con edificios de lujo y altos alquileres. Las favelas, áreas que hasta hoy servían para limitar las agitaciones causadas por la miseria aguda sufrida por los marginados en Brasil, ya son una carga que tiene que quitarse de encima (desaparecer), incluso si esto supone la persecución de personas que no pueden estar quietas en ningún lugar, dado que su existencia por sí es un problema (molestia) para el Estado brasileño y la clase dominante.
El intento de someter a los que resisten es reforzado con las nuevas leyes antiterroristas que criminalizan cualquier protesta contra el Estado, así como con operaciones de tipo militar dentro de las ciudades. Para reprimir las protestas, el gobierno trajo para la Policía militar unos instructores especiales de Europa y EE.UU. Con una decisión del Congreso se van a  crear tribunales especiales, y los luchadores condenados serán encarcelados con la acusación del “terrorista”. Aproximadamente 55.000 soldados serán utilizados contra los manifestantes durante la Copa Mundial de Fútbol.
Un hecho indicativo (significativo) que muestra tanto la intensidad de la represión como la lucha tenaz llevada a cabo por los de abajo en Brasil es la manifestación que se realizó en Río de Janeiro el 2 de junio de 2014 contra el aumento de las tarifas de los billetes en el transporte público, en la cual tomaron parte más de 20.000 manifestantes. Se señala que en algunos casos, especialmente en las zonas turísticas, los precios han aumentado en un 400%. La intención de maximizar los beneficios de la afluencia de los turistas que llegarán a Brasil durante la Copa Mundial conduce a los pobres a una miseria aún mayor. Es un ejemplo ilustrativo de lo destructiva que es la celebración espectacular de la Copa Mundial de Fútbol para la vida de los miembros de las clases inferiores. Durante la manifestación un camarógrafo fue golpeado y herido gravemente cuando los maderos de la PMER (la Policía militar de Brasil) lo dispararon para asesinarlo, y actualmente está en estado de coma. Seis personas resultaron gravemente heridas, y veinte manifestantes fueron arrestados. Esta fue la represión más sangrienta después de las protestas masivas del pasado verano contra el aumento de los precios de los billetes en el transporte público.
Algunos acontecimientos ilustrativos de la fuerza con la que las fuerzas represivas atacan a los manifestantes son las cargas contra los manifestantes del Movimiento de los Agricultores sin Tierra (MST) el 12 de febrero de 2014, cuando ellos llegaron frente al palacio presidencial, donde los maderos dispararon gases lacrimógenos contra ellos, y utilizaron balas de goma contra la multitud. También, la evacuación de la Comunidad de la Paz en Vicente Pinzón, Fortaleza. La operación comenzó en la mañana del jueves 20 de febrero de 2014, con el fin de facilitar la construcción de edificios de lujo en el ámbito del desarrollo turístico y en general de la maximización de las ganancias obtenidas de la especulación sobre el alojamiento.
La resistencia de los habitantes (de esta zona) refleja el espíritu que prevalece. Durante todo el día la gente estuvo enfrentándose a la Policía, montando barricadas y tratando de evitar que los camiones entraran en sus casas. El 30 de marzo de 2014 la Policía militar, con el apoyo de unidades militares, invadió y ocupó la favela Maré en Río de Janeiro. De esta invasión de la Policía en este barrio de clase baja un joven más fue asesinado de los disparos de la Policía. Por último, el 22 de abril a la madrugada el 26añero Douglas Rafael da Silva Pereira fue asesinado a golpes por la Policía militar durante una operación policial. A la mañana del mismo día los vecinos insurgentes comenzaron a manifestar. Se montaron barricadas en las calles de las favelas, y una guerra comenzó entre los vecinos armados con palos, piedras y botellas y los maderos armados con granadas y armas automáticas. Durante el conflicto, el 27añero Edilson dos Santos Silva cayó muerto cuando fue disparado a la cabeza. Obviamente, los muertos de las balas y las palizas son más de dos. En varios casos de evacuaciones de favelas ha habido muertos, pero rara vez son publicados sus nombres, mientras que la mayoría de las veces las causas de su muerte no se hacen públicas. No es una coincidencia que hubiera que llegar a la semana anterior a la Copa Mundial para dar a conocer los nombres de decenas de niños que han sido víctimas de las operaciones de la Policía en las favelas.
Las planificaciones del Estado y de la patronal no difieren, ya se trate de Brasil, Grecia o Sudáfrica. Como en Grecia en 2004, en Brasil el Capital y el Estado se valen del atletismo comercializado para esconder tras las caras sonrientes y el ambiente festivo la intensificación del control, la represión, los obreros asesinados en las obras – calabozos, el deterioro creciente de la vida cotidiana de millones de oprimidos. El hecho de que las protestas y los enfrentamientos que tuvieron lugar en muchas ciudades de Brasil hace un año continúan hasta hoy, demuestra que los cientos de miles de oprimidos que se rebelaron contra las planificaciones del Estado brasileño, así como contra el Capital trasnacional, siguen luchando y se niegan a ceder (rendirse). Y hablamos de personas que adoran el fútbol.
Los insurgentes insisten en enfrentarse con el Ejército y la Policía, no cediendo ante los muertos y los heridos, exigiendo comida, alojamiento y asistencia sanitaria, y no los estadios modernísimos anunciados durante los partidos de fútbol en la televisión. La lucha tenaz de los oprimidos sólo nos puede inspirar y darnos esperanza de que los focos de la resistencia y la lucha no sólo no desaparecen sino que están aumentando. La lucha contra la ofensiva del Estado brasileño es nuestra lucha también. La lucha contra la Copa Mundial de Brasil es nuestra lucha también.
El texto en griego.
 
Fuente: http://verba-volant.info/es/coordinadora-de-solidaridad-con-los-insurgentes-en-brasil-contra-la-copa-mundial-de-la-fifa-y-de-las-multinacionales/

Solo se obedece cuando no se comprende, solo se comprende cuando se deja de obedecer.



Bandera

La gran mayoría de las gentes ven en la bandera el símbolo de sus partidos, de naciones, de sus dogmas, y la convierten en su ídolo, rindiéndoles honores especiales y hasta llegándose a matar por ella. El culto a la bandera se ejerce en todas partes. Cada partido político o secta filosófica tiene su bandera, sus emblemas, sus estandartes. A los anarquistas también se les atribuye una bandera: esta es negra. Los anarquistas son los únicos que no ven en la bandera un símbolo sagrado, sino un trozo de trapo que sirve para reunir o aglutinar a los compañeros en el curso de un paseo o una manifestación.

BANDERA ROJA.
 
 Aparte del uso que posteriormente se ha podido hacer de la bandera roja, en sus inicios representaba la enseña del proletariado internacionalmente unido por el socialismo sin distinción de patrias, razas o color. Al transcurrir el tiempo, la adulteracion al degenerar en la política de defensa y sustentación del sistema capitalista, por una parte, y la imposición por el terror dictatorial, por otra parte, se ha deshonrado una bandera que fue estandarte de lucha y aspiraciones sociales de los primeros internacionalistas.

A pesar de que socialistas y comunistas de estado la hayan acaparado e indebidamente hecho suya, para prácticamente repudiarla a la postre a cambio de los colores nacionales y con una dosis aun más acentuada de chovinismo que los propios partidos burgueses, la bandera roja representa la Primera internacional y su divisa: "Trabajadores del mundo, uníos".

Sin duda se debe al poco apego que los anarquistas tienen a las insignias y banderas, que la enseña haya pasado sin oposición alguna a las fracciones marxistas, y, con el apoyo de la historia, se puede demostrar que no se han servido de ella más que para cubrirla de lodo, terminando por desvirtuar totalmente lo que eran sus postulados. Así durante la guerra 1914-1918, los socialistas alemanes y de los demás países aliados al kaiser hacen causa común, salvo rara excepciones, con sus gobiernos respectivos. Contradicción flagrante a las ideas sociales o internacionales y traición a la causa del socialismo.

Y en cuanto el comunismo dictatorial, con su feroz tiranía y la total enajenación de la personalidad y dignidad del hombre, nada tiene que envidiar al más negro de los imperialismos.

Con todo ello, la bandera roja ha perdido ya todo su simbolismo revolucionario y reivindicativo.

BANDERA NEGRA.

Decir que la bandera negra es la enseña anarquista sería hablar precipitadamente. En ningún congreso internacional, ni nacional se ha llegado a tal conclusión, por la simple razón que nunca ha sido tratada esta cuestión. Hemos visto y vemos a los anarquistas en manifestaciones de diversa índole, enarbolando indistintamente la bandera roja, la negra y la roja y negra. (.../...)

La bandera negra empezó siendo un símbolo en las revueltas obreras en defensa de sus intereses de clase. Se sitúa su aparición en Reims, en 1831, en una huelga violenta de los obreros de la construcción que enarbolaban la bandera negra con el emblema ¿¿¿¿"¡Trabajo o muerte!"????...¡ups! (Koan). En febrero del mismo año, en Lyon, también se realizo una manifestación con banderas negras y en el mes de noviembre siguiente los canuts (tejedores) de Lyon le dan a su protesta un sesgo insurreccional, creando un estado y ambiente de franca revuelta, y como símbolo la bandera negra con la emblema ¿¿¿"vivir trabajando o morir combatiendo"??? ...(idem). Después de la matanza del 21 de noviembre de 1831, cuando los canuts levantaron de nuevo la bandera negra, le habían añadido al emblema una calavera. La bandera negra fue también la enseña de Bakunin en la insurrección de Dresde y de Luisa Michel en Clamart. Se empezó a considerar emblema anarquista en 1883 cuando en Francia adquirió gran valor el anarquismo. Parece que la figura de Luisa Michel influyó mucho en este fenómeno. Decía a este efecto un editorialista de l'Humanité, en 1921 : "Luisa Michel tenía al aire una bandera negra; con sus ropas flotantes alrededor de ella, como una tela en la punta de una asta". De hecho, después de la matanza de marzo de 1871, Luisa Michel llevaba un luto tiguroso: luto por todos los compañeros. El 18 de marzo de 1882, en ocasión del aniversario de la Comuna dijo: "¡No más bandera roja bañada en sangre de nuestro soldados! ¡Yo alzaré la bandera negra que lleva el luto de nuestros muertos y nuestros dolores!".

La bandera negra negra fue también la emblema de Nestor Majno y los anarquistas en la insurrección y la revolución de Ukrania, en 1917 y años sucesivos. Últimamente los estudiantes y obreros franceses también la izaron en las barricadas de mayo de 1968.

BANDERA ROJA Y NEGRA.

En España, por los años 1932-1933, se consideró que se debían sintetizar los dos emblemas -el rojo y el negro- en un denominador común: la bandera roja y negra, compuesta de dos bandas triangulares. Cabe decir que tampoco hubo, ni hay, acuerdo orgánico que refrende como enseña oficial la bandera rojinegra. Como sucedió con la bandera negra, fue la espontaneidad de la militancia la que la hizo suya.

En España, la bandera roja y negra tuvo la particularidad de ser adoptada por toda la militancia libertaria: con ella se consideran representados los anarquistas de la Federación Anarquista Iberica, las Juventudes Libertarias y los sindicalistas revolucionarios o anarcosindicalistas de la Confederación Nacional del Trabajo.

Diferentes agrupaciones y federaciones anarquistas y organizaciones sindicales afectas a las Internacionales y a la Asociación Internacional de Trabajadores, también han adoptado como señera la bandera roja y negra.

 
Artículo inédito de Pedro Flores Martinez "El malagueño" (1915-2001)
http://corinneflorescervantes.blogspot.com.es/2014/06/bandera.html

Los niños de Fukushima se están muriendo


Ecowatch.com


Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández



Treinta y nueve meses después de las múltiples explosiones de Fukushima, las tasas de cáncer de tiroides entre los niños que viven en los alrededores se han disparado más de cuarenta veces por encima de lo normal. Más del 48% de los 375.000 de los jóvenes –casi 200.000 niños- examinados por la Universidad Médica de Fukushima en los alrededores de los llameantes reactores sufren ahora trastornos precancerosos de tiroides, sobre todo nódulos y quistes. La tasa está acelerándose.
Se están registrando más de 120 cánceres infantiles donde antes se registraban sólo tres, dice Joseph Mangano, director ejecutivo del Proyecto Salud Pública y Radiación.
La industria nuclear y sus defensores continúan negando esta tragedia sobre la salud pública. Algunos han llegado incluso a afirmar que “ninguna persona” se ha visto afectada por las liberaciones masivas de radiación de Fukushima que, en relación con algunos isótopos, superó las de Hiroshima en un factor de casi 30.
Pero la mortal epidemia de Fukushima es consistente con los impactos sufridos por los niños que se encontraban cerca de Three Miles Island cuando ocurrió el accidente de 1979, y de la explosión de Chernobil de 1986, así como respecto a lo descubierto en otros comerciales reactores.
La Comisión de Seguridad Nuclear de Canadá ha confirmado la probabilidad de que la energía atómica pueda causar ese tipo de epidemias, afirmando que en caso de un desastre en un reactor se produciría “un aumento en el riesgo de cáncer de tiroides infantil”.
Al evaluar las perspectivas de construcción de un nuevo reactor en Canadá, la Comisión dice que la tasa “aumentaría en un 0,3% a una distancia de doce kilómetros” del accidente. Eso supone la distribución de pastillas protectoras de yoduro de potasio y una urgente y eficaz evacuación, nada de lo cual se produjo en los casos de Three Mile Island, Chernobil o Fukushima.
Mangano ha analizado las cifras. A partir de la década de 1980, ha venido estudiando los impactos de la radiación producida por un reactor sobre la salud humana; empezó sus trabajos con el legendario radiólogo Dr. Ernest Sternglass y el estadístico Jay Gould.
En las declaraciones hechas por Mangano para Green Power & Wellness Show en www.prn.fm, confirma también que la salud general de las poblaciones humanas situadas en la dirección del viento mejora cuando los reactores atómicos se cierran y va en declive cuando se abren o se vuelven a abrir.
Los niños de las cercanías de Fukushima no son las únicas víctimas. El operario de la planta, Masao Yoshida , murió a los 58 años de un cáncer de esófago. Masao se negó heroicamente a abandonar Fukushima en lo peor de la crisis, salvando probablemente millones de vidas. A los trabajadores del reactor empleados por contratistas independientes –muchos dominados por el crimen organizado- no se les controla en absoluto la exposición a la radiación. Y la indignación de la gente va en aumento a causa de los planes del gobierno para obligar a las familias –muchas con niños pequeños- a volver a la región fuertemente contaminada que rodea la planta.
Tras su accidente de 1979, los propietarios de Three Miles Island negaron que el reactor se hubiera fundido. Pero una cámara-robot confirmó más tarde lo contrario.
El estado de Pensilvania acabó misteriosamente con su registro de tumores, después dijo que “no había pruebas” de que nadie hubiera muerto.
Sin embargo, una amplia gama de estudios independientes confirma las aumentadas tasas de mortalidad infantil y de exceso de cánceres entre la población en general. El Departamento de Agricultura de Pensilvania y periodistas locales confirmaron también el exceso de muertes, mutaciones y enfermedades entre los animales locales.
En la década de 1980, la juez federal Silvia Rambo bloqueó una demanda colectiva presentada por 2.400 personas que vivían en zonas alcanzadas por la radiación trasladada por los vientos, afirmando que no se había liberado radiación importante como para causar daño a nadie. Y, después de 35 años, nadie sabe cuánta radiación escapó ni dónde acabó. Los propietarios de Three Mile Island han pagado calladamente millones a las víctimas a cambio del secreto de sumario.
En Chernobil, un compendio de más de 5.000 estudios ha arrojado una cifra de muertos de más de un millón de personas.
Los efectos de la radiación en los más jóvenes en las zonas situadas a favor del viento de Bielorrusia y Ucrania han sido horrendos. Según Mangano, alrededor del 80% de los “niños de Chernobil” nacidos desde el accidente en esas zonas han sufrido una amplia gama de impactos que van desde defectos congénitos y cáncer de tiroides a enfermedades coronarias, respiratorias y mentales de larga duración. Los resultados indican que sólo uno de cada cinco de los jóvenes puede ser considerado sano.
Médicos por la Responsabilidad Social y la rama alemana de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear han advertido de problemas parecidos en los alrededores de Fukushima.
El Comité Científico sobre los Efectos de la Radiación Atómica de las Naciones Unidas (UNSCEAR, por sus siglas en inglés) ha emitido recientemente varios informes restando importancia a los impactos humanos del desastre. El UNSCEAR está interconectado con la Agencia Internacional de la Energía Atómica de la ONU, cuyo mandato promueve la energía atómica. La AIEA tiene orden de secreto de sumario sobre los hallazgos de la ONU acerca de los impactos sobre la salud provocados por el reactor. Durante décadas, el UNSCEAR y la Organización Mundial de la Salud han impedido que se conozcan los extendidos impactos sobre la salud de la industria nuclear. Fukushima ha demostrado no ser una excepción.
Como respuesta, los Médicos por la Responsabilidad Social y la rama alemana de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear han refutado a través de diez puntos esas afirmaciones, advirtiendo al público de que la credibilidad de las Naciones Unidas ha quedado comprometida. El desastre “sigue avanzando”, dicen esos grupos y habrá que controlarlo durante décadas. “Las cosas podrían ir a peor” si los vientos que han estado soplando hacia Tokio se vuelven hacia el mar (y hacia EEUU).
Hay un riesgo en curso a partir de los productos radiados y entre los trabajadores del lugar porque no se están controlando ni las dosis de radiación ni su impacto sobre la salud. Las estimaciones de las dosis actuales no son fiables y hay que tener muy en cuenta los graves impactos de la radiación sobre el embrión humano.
Los estudios del UNSCEAR sobre la radiación de fondo son también “engañosos”, dicen los grupos, y deben llevarse a cabo nuevos estudios sobre los efectos de la radiación en la genética así como en las “enfermedades no cancerosas”. La afirmación de la ONU de que “no se esperan efectos discernibles sobre la salud relacionados con la radiación entre las personas expuestas” es “cínica”, aseguran los grupos. Añaden que las cosas pueden ir a peor por la negativa oficial a distribuir yoduro de potasio, que podrían haber protegido a las personas de los impactos en el tiroides de las liberaciones masivas del radioactivo I-131.
Además, las horribles noticias de Fukushima sólo pueden ir a peor. La radiación de los tres núcleos perdidos está aún vertiéndose en el Pacífico. El control de las barras de combustible gastadas en las piscinas suspendidas en el aire y esparcidas alrededor del lugar sigue siendo muy peligroso.
El régimen pronuclear de Shinzo Abe quiere reabrir los 48 reactores que quedan en Japón. Está presionando duramente a las familias que huyeron del desastre para que vuelvan a ocupar sus casas y ciudades irradiadas.
Pero Three Mile Island, Chernobil y la plaga de muerte y enfermedad que está surgiendo cerca de Fukushima dejan muy claro que el coste humano de esas decisiones sigue incrementándose y que son nuestros niños los que sufren primero y los que sufren lo peor.

Harvey Franklin Wasserman (1945) es periodista, escritor, activista por la democracia y defensor de las energías renovables. Ha sido uno de los estrategas y organizadores del movimiento antinuclear en Estados Unidos. Es editor de Nukefree.org y autor del libro Solartopia! Our Green-Powered Eart.

Fuente: http://ecowatch.com/2014/06/14/fukushima-children-dying/