Por Acratosaurio Rex

Estamos en Semana Santa, el viernes es ejecutado Dios, tras su agitada detención en el Huerto. Veamos algunos puntos oscuros del asunto. El primero, que la doctrina cristiana está deslegitimada, porque Pedro fue un violento, que cuando detenían al predicador, cogió la espada y le cortó la oreja a Malco (1), colaborador de la policía y mayordomo de Caifás.  

Exacto. Si por tirar una botella de agua vacía (plástico), o por increpar a un diputado de la Generalitat, los periodistas apesebrados juran que «la protesta ha perdido toda su legitimidad», aunque protesten sordomudos ciegos parapléjicos, ¿qué dirían sus excelencias de Pedro, si cogiera un cúter y le rebanase la pilila al señor Puig durante una de sus emisiones radiofónicas? La que se liaría sería floja. Porque, vamos, puede que Jesús fuese un experto cirujano en lo de coser orejas, pero en Cataluña, hoy día, aunque el carpintero de Nazaret le grapase tres mingas de rata al conseller de Interior pa resarcirle la pérdida, la antiterrorista se la aplicaban de seguido. Seguro. Doctrina Parot, atentado a la autoridad, resistencia a la detención, intento de homicidio contra un funcionario, empleo de armas de guerra…, treinta años de prisión.

En fin, la locura crece y parece que no tendrá fin. La Semana Santa, el Jueves Santo  y el Fantasma Santo, hay que recordar una vez más, de dónde vienen. Aquí, sabedlo, hay mucha veneración a esos ídolos, gracias al fascismo.

En España, tras el golpe de Estado, se reprimió a la población y se prohibieron sus organizaciones. Cárcel, torturas, fusilamiento, exilio, niños adoctrinados en la escuela, y el cura dando informes de todo el mundo: este es ateo, aquél desafecto, el de más allá es chusma republicana. Mátenlos a todos.

Así que, una vez eliminados los disidentes, los aterrorizados sobrevivientes solo tenían dos vías de escape para expresar su sociabilidad: el asociacionismo deportivo, y el religioso. El asociacionismo religioso tenía —además— la ventaja de ser un dato recomendable para las autoridades del Régimen, a la hora del curro, o de recibir el principesco racionamiento de 200 gramos de bacalao salado semanal en 1940.

Claro, antes del fascismo, la religiosidad popular era débil, los curas desacreditados, las iglesias vacías. Entonces las imágenes eran sacadas por estibadores a sueldo, y las gentes laboriosas celebraban bodas sin sacerdote y sin juez. Pero después del triunfo de los fachas, para estar bien visto, cuando llegaba el Viernes Santo, a ponerse un capirote («tonto de capirote») y hala, a hacer el gil llevando el paso y la estación de penitencia. Y una cosa lleva a la otra, y ahora, los nietos de los que fueron ejecutados, martirizados, torturados por los fachas, se apresuran para venerar los tótems de los caciques que masacraron física y mentalmente a sus abuelos. Tiene guasa la cosa.

Trompetas, tambores y siniestros capirotes. El paso, que lo lleven los soldados. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.


NOTA
(1) Nuevo Testamento Juan 18, 10. Arresto de Jesús. Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja derecha. El servidor se llamaba Malco.