miércoles, 29 de septiembre de 2010

Enric Duran…el regreso

Vuelvo del exilio preventivo, para participar en un movimiento social cada vez más masivo
(Extracto del periódico PODEMOS de Enric Duran)
Desde algún lugar de este pequeño planeta, y a medida que recibía noticias de lo que sucedía a partir del 17 de septiembre, mi punto de vista sobre el periodo que habría que pasar fuera del país iba cambiando rápidamente. Si al principio me había despedido pensando que al menos estaría un año fuera, pues este era el tiempo que juzgué necesario para preparar una hipotética vuelta a casa donde me esperaría un juicio seguro, pronto me di cuenta de que esto no estaba tan claro.
Mientras el impacto del 17-S me hacía pensar que habría muchas posibilidades de que el apoyo fuese demasiado grande como para que pudiesen llegar a encarcelarme, el estallido total de la crisis desde mediados de septiembre me motivaba a dedicar todas mis energías para aprovechar el momento. Tomó forma el pensamiento de que el motivo para volver quizá no sería ya el hipotético juicio, que no era tan seguro que se celebrase, sino las ganas de participar y aprovechar la oportunidad de cambio social que nos brinda la crisis y que había sido el origen de mi acción de expropiación.
Después de esta reflexión y cambio de planes, en el comunicado que escribí el 17 de octubre ya decía:
“Por mi parte, ante la falta de denuncias y para poder estar activo en las movilizaciones sociales en esta coyuntura histórica en la que nos encontramos, pronto saldré de la clandestinidad y volveré a la actividad pública.”
Después de aquel comunicado, los Mossos d’Esquadra afirmaron que “un total de 18 entidades financieras han presentado denuncias por retrasos en los pagos de los créditos concedidos al activista Enric Duran" […]
Pero si yo había dicho que pronto volvería a la actividad pública es porque pensaba hacerlo, con o sin denuncias. En realidad, los acontecimientos me habían obligado a cambiar mis planes a las pocas semanas de estar en el extranjero. A pesar de todo no podía precipitarme, porque si regresaba demasiado pronto no tendríamos tiempo de prepararlo. Así pues, bien pronto resonó en mi cabeza la fecha del 17 de marzo, seis meses después del 17-S, como el momento más adecuado para la vuelta pública a tierras catalanas para montar un nuevo día D, este el 17-M.
Meses después, en la fecha actual, el Juzgado de Instrucción nº 29 de Barcelona sólo ha recibido cuatro denuncias penales en mi contra, que me han hecho las siguientes entidades: La Caixa, Bancaja, Caixa Sabadell y Bankpime. La actuación del juez frente a este sumario ha sido el archivo provisional del caso. La causa de este archivo no ha trascendido. Para reabrir el caso haría falta que alguna de estas entidades que me acusan o el fiscal del estado lo reclamase.
No tenemos información del resto de las 18 denuncias penales que los Mossos d’Esquadra declararon frente a la prensa el pasado 17 de octubre, pero en cualquier caso, según mi abogado, es probable que si llegan más sean remitidas al mismo juez y archivadas en las mismas condiciones.
¿Por qué he vuelto?
Ahora que he regresado se me plantea la duda de si reabrirán o no el caso. No me importa. Que quede claro que no he regresado para enfrentarme a un juicio ni para rehuirlo. Que quieran o no quieran juzgarme no es importante. Lo que es importante es que está en juego nuestro futuro. Si estoy aquí es porque pienso que es en el entorno que conozco donde puedo ser más útil para la acción colectiva. Es aquí donde tengo más y mejores relaciones.
Que quede claro que, por muy espectacular que fuese aquella acción, no es a título individual que resulto útil para el cambio, sino como parte de un movimiento social cada vez más masivo. Por mucho que los medios de comunicación oficiales se queden con la anécdota personal y me pongan motes como el de 'Robin de los Bancos' (que simplifican la realidad, a menudo expresamente), no es la expropiación de bancos en sí lo que hace que sea respetado, sino los muchos años de activismo y trabajo serio compartido con muchísimas personas, como las que te han hecho llegar esta publicación que tienes en las manos, la cual es importante por todo su contenido y no por lo que diga en esta página 9.
¿Remordimientos? Ninguno. Considero que los medios utilizados han sido totalmente coherentes con los fines que perseguía, que no son otros que abrir camino para abolir el sistema actual y poner en marcha alternativas viables. Pienso que ha quedado demostrado que he actuado por el sentimiento de una situación de necesidad. Necesidad de la sociedad y las futuras generaciones. También he actuado por el cumplimiento de un deber, el deber de hacer lo que esté a mi alcance como activista social y como persona para sensibilizar sobre los aspectos más críticos de nuestro presente. Reitero mi compromiso en la desobediencia a la banca y al resto de poderes dominantes en nuestra sociedad, que movidos quién sabe por qué ambiciones o por qué falta de autoestima, siguen insistiendo en llevarnos a todos por el camino de la catástrofe ecológica, así como por la vía de la precariedad vital, la soledad y la competencia en las relaciones sociales.
Es el momento de alzarnos para cumplir con nuestro deber como personas y gritar que desobedecer a la banca, a los gobiernos y a todo el que pretenda obligarnos a continuar con este sistema económico destructor de vidas y futuros, no es una utopía, sino una clara muestra de sentido común y buena voluntad. Digan lo que digan jueces, políticos y banqueros, la naturaleza y la gran mayoría de la humanidad están de nuestro lado. Si realmente queremos ser libres, tenemos que ser partícipes del cambio. Tenemos que conseguir vencer el miedo, ser actores vivos y dispuestos de nuestras vidas, y ser nosotros mismos el cambio que queremos ver en el mundo. ¡¡¡JUNTÁNDONOS PODEMOS!!!
Hazte insumiso
¡Si quieres liberarte del sistema, pide créditos y no los devuelvas!
¿Cansada de trabajar 40 horas a la semana? ¿Agobiado por las cuotas de la hipoteca? ¿Estás segura de que el capitalismo está hecho para ti? Si te decides a abandonar la ilusión de la propiedad privada, si quieres recuperar el gusto por compartir, si quieres construir un proyecto de autogestión colectiva y te falta dinero para comprar las tierras, si quieres financiar una próxima publicación como esta… hazte insumiso a la banca.
Una persona especializada te propondrá un producto de deuda impagado a tu medida. Engordarás la creciente lista de millones de morosos bancarios. Si quieres, la discreción está asegurada. Una vez insolvente se acabarán los problemas y podrás compartir la alegría de vivir fuera del sistema.
* Sólo indicado para personas que aún no estén en registros de morosos.

La insolvencia es una forma de inmunidad a las multas
Dado que los incumplimientos del código civil están penados con multas económicas, quien se organiza para que no le puedan embargar pasa a ser una persona inmune al código civil, por ejemplo, a las leyes cívicas de carácter municipal, ya que si le multan no puede pagar. Es una persona blindada, que puede ir en metro sin pagar, que puede colgar carteles sin miedo, que puede dar su nombre para convocar una manifestación. Para las personas que queremos cambiar el sistema, la morosidad organizada puede ser una herramienta de lucha muy importante.
10 días en la cárcel por insumiso a la especulación y a las penas-multa
Y no es sólo una herramienta civil. En el ámbito penal, cada vez más se intenta reprimir a los movimientos sociales con penas-multa, que son formas de condena de delitos de carácter leve. En este caso, también la insolvencia activa es una respuesta adecuada.
Con la insolvencia sólo nos pueden llegar a penar si nos privan de libertad, pero si somos un movimiento fuerte no les resultará nada fácil. En esta línea, un activista en defensa de Collserola que se ha declarado insumiso a una pena-multa impuesta como resultado de una acción contra el proyecto urbanístico Plan Caufec en Esplugues de Llobregat, deberá ingresar en la cárcel durante 10 días.
Más información:

Campaña de insumisión a las penas-multa 
http://alespenespunyalades.blogspot.com/

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