Nº VI
- Estaba pensando en una cosa que a veces se oye decir a los que han pasado por los estudios (por las Universidades, por ejemplo). Una cosa que dicen al poco de que los colocan en trabajos. Me refiero a eso de que las cosas que les han hecho estudiar, después no las utilizan. Que los mecanismos y teorías complicadas que tanto les han hecho sufrir (por tener que estudiarlas para examinarse de ellas), que ahora en sus trabajos no lo usan para nada, y que se les convierten en cosas cada vez más lejanas.
- Sí, eso se oye mucho. Pero se le suele dar explicaciones.
- ¿Por ejemplo?
- Pues ya sabes: se dice que, aunque luego no se usen, para lo que sirven todos esos estudios es como base.
- Sí, eso dicen. Pero en cuanto se piensa un poco, pues no se le ve ningún sentido. Porque una base tendría que ser en lo que se apoya otra cosa (en este caso, a lo que se dediquen en el trabajo). Y si fuera en lo que se apoya su trabajo, en vez de cada vez más lejano, les sería algo cada vez más cercano. ¿Cómo se va apoyar uno en lo que cada vez está más lejos? ¡Menudo apoyo!
- Sí, es un poco assurdo. Lo único que se me ocurre, por decir algo, es que a veces de tanto saber algo (de tanto tener práctica) parece que se nos olvida la cosa tal y como la hemos estudiado.
- Ya. Dices, por ejemplo, como cuando se está aprendiendo a escribir en un teclado, que al principio tienes que ir pensando y aprendiendo dónde está cada tecla, pero que después, a medida que vas escribiendo mejor y más rápido, ya no tienes que pensar nada, sino que los dedos parece que van solos.
- Eso. Y no sólo es ya que uno no sea cosciente de esos detalles, sino que precisamente ser coscientes de ellos nos impediría hacer la cosa bien.
- Claro. Pero es que en casos así, las cosas aprendidas parece que en vez de a la consciencia -por usar la palabrota a que estamos acostumbrados-, se han ido a otro sitio. Por ejemplo, podemos decir que son los dedos los que saben dónde está la tecla "t".
- O sea, que nosotros no lo sabemos, pero nuestros dedos sí...
- Sí, así parece que empezaría a ser suficientemente chocante como para empezar a revolvernos contra la idea de "saber" y de "saber uno", por la vía de preguntarnos si mis dedos soy yo o no, o de otras preguntas que al hablar ingenuamente nos van saliendo (y siempre que no lo intenten convertir por ahí en Filosofía o cualquier otra cosa de ésas cultas). Pero dejando esa vía de momento, lo que me parece más inmediato es ver que esa declaración que se hace tantas veces de que no se usan las cosas que se estudiaron, no es precisamente un caso de esa especie de automatización. No. Lo que dicen es que lo estudiado ni lo usan coscientemente ni de ninguna otra forma. Que ni su cabeza, ni sus
dedos, ni nada, se acuerdan ya apenas de todo aquello. O sea, que las cosas que hacen en el trabajo las podían hacer igual sin haberlo estudiado (cosa que, por ejemplo, en el caso de escribir a máquina o tocar el violín no se podría decir).
- Sí. De hecho hay veces que en vez de oírse eso mismo con cierta nostalgia y pena -como diciendo: "con las cosas que sabía yo y ya no me acuerdo de nada"-, pues se oye la cosa vista por el otro lado: diciendo que, efectivamente, se enseñan muchas cosas inútiles, y que lo que deberían enseñarse es las cosas que luego piden hacer en los trabajos.
- Sí, en vez de tanta teoría -dicen- o algo así. En cualquier caso, lo que importa es que con esta postura que pasaría como "práctica", también están reconociendo que lo que se estudia no se usa en lo que hacen en los trabajos. Así que, eso: si en los trabajos no les pagan para usar lo que estudian: ¿para qué les pagan? O sea, ¿qué quiere el Dinero de ellos?
- Pues eso, las cosa que les mandan hacer ahora. No veo muy bien adónde va la pregunta. Parece simplemente el desajuste entre lo que hacen y lo que estudian, que esa postura "práctica" que decimos intentaría ir arreglando.
- Ya, pero esa postura "práctica", parece en el fondo un farol. Porque, siguiendo un poco la jerga, en el colmo de la practicidad, estaría el decir que no es que haga falta reajustar los estudios, sino que no hacen falta los estudios, ¿para qué, si se funciona, como se ve, igual antes de reajustarlos?
- Bueno, para que funcione todavía mejor.
- Sí, si por ahí va el engaño y la Fe. Desde luego sí trata el Dinero de que la gente esté muy formada en lo que tiene que hacer. Pero lo que vamos hablando descubre que el Dinero, con lo huraño y tacaño que se dice que es, no abandona (cuando en la práctica parece que podría) el empeño de crear y emplear titulados. O sea, quiere, sí, que la gente se dedique a hacer lo que hace ahora; pero no le basta con eso (¿por qué?). El Dinero quiere también que sean titulados, que son los que pasan por saber cómo son las cosas.
- ¿Y entonces?
- Entonces nos podemos dar cuenta de la posibilidad que queda: Que el cuento de la practicidad, y de los hombres de acción en los trabajos, de los resultados y todo eso, sea un truco. Que las cosas que tienen que hacer en los trabajos sean sólo entretenimientos para que no se den cuenta de que por lo que les pagan, que lo que el Dinero quiere de ellos, no es eso que hacen, sino lo que no hacen. Que el Dinero lo que quiera de ellos es que no hagan. Y el hacer fundamental, ya sabemos, es hablar. Que no hablen.
- Esto sí que da que hablar.
(Pablo. Salamanca, marzo 2013)
Fuente:hablarycallar
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar, puedes decir lo que quieras, solo trata de aportar.