¿Crítica legítima o montaje parapolicial?
Por Félix Rodrigo Mora
[1] He de concretar, aunque sólo sea para reírnos un rato, que el panfleto que me demoniza es una copia sin imaginación de los contenidos que el ahora diario más importante al servicio del par Estado y capital (durante años propiedad de PRISA, en ese tiempo en manos del hombre más rico de España, Jesús de Polanco, y ahora de una multinacional USA con buenas relaciones con el sionismo) desarrolla en su edición de, por ejemplo, 1-5-2011.
Fuente:Esfuerzo y servicio desinteresados
Por Félix Rodrigo Mora
Siempre he defendido que la libertad de crítica, manifestación social de la libertad de conciencia, es intocable y sagrada. Por eso he ofrecido mi página a quienes han realizado críticas, incluso las más agrias e inamistosas, a mis ideas.
La aparición de un libelo sin firma contra las formulaciones que defiendo (por lo demás, amañadas y deformadas sin ética) pero sobre todo contra mi persona, sin respetar una de las prerrogativas naturales de todo ser humano, el derecho a la intimidad y al honor, plantea una situación nueva.
Al insultar, calumniar y agredir sus autores se descalifican, pero la cuestión decisiva no es esa. Reside en que su naturaleza anónima, tirar la piedra y esconder la mano, en unas circunstancias como las actuales lleva a la sospecha de que estamos ante un montaje de los servicios especiales de seguridad del Estado dedicados a la contrainformación, la intoxicación ideológica y política, el hostigamiento de personas molestas para el orden constituido y la acción antisubversiva.
Si cuelgo en mi página todo lo crítico que me llega (que es muy poco, pues sobre todo recibo un número grande y creciente de manifestaciones de apoyo y adhesión, o bien de críticas amigables y constructivas), nadie necesita situarse en la “clandestinidad”, máxime cuando lo que preconiza es la más zafia apología de las religiones políticas (“antirracismo” neo-racista, feminismo de Estado, alianza de civilizaciones, etc.), el credo oficial y obligatorio hoy del par Estado-capital, todos los días repetidos por la prensa burguesa, el diario El País en primer lugar, cuyos editoriales copia el libelo, adobados con una jerigonza muy crispada y amenazante.
Su naturaleza policíaca se manifiesta también en los procedimientos de que se vale. Dado que no tiene argumentos ha de acudir a la violencia verbal, para intimidad, ya que convencer no puede. La agresión de palabra, sobre todo la de este libelo, tan desmesurada, es la antesala de la violencia física. Eso también pone en evidencia a sus autores en tanto que sujetos policiales, esto es, habituados al ejercicio de la fuerza contra las personas.
Esas cuatro características: anonimato, loa fanatizada de las religiones políticas, agresión continuada a mi persona en vez de crítica a mis ideas y violencia verbal extrema, apuntan hacia los servicios especiales del Estado. La cosa está clara: no voy a colaborar con un montaje parapolicial dándole difusión. No voy a colgarlo.
Pero si, con todo, no fuera así, si sus urdidores se presentan en público de manera que puedan ser reconocidos, en ese caso sí lo colgaré. De ellos depende. Aunque es imposible razonar con las y los creyentes de las religiones políticas, entre las más fanáticas y oscurantistas de la historia, les invito a un debate abierto y público, con una única condición, que garanticen mi integridad personal.
La intervención de los servicios especiales del Estado/Estados y de la gran empresa en la vida política, cultural, social, sindical, etc. no es nueva. Ahí está el libro de Alfredo Grimaldos, “La CIA en España”, que aporta datos sobre la íntima vinculación existente entre esa temible institución del Estado de EEUU y el PSOE. Muchos visos de credibilidad tienen los rumores de que el financiero George Soros probablemente esté detrás de ciertos movimientos de masas habidos en EEUU en 2011. Aquí se ha alcanzado un consenso casi general acerca de que alguno de los grupos “dirigentes” del 15-M es una máscara de uno o varios servicios secretos.
Bastante credibilidad suscita el artículo “Financiado la disidencia: Quien paga, manda”, de M. Chossudovsky, que acusa al Foro Social Mundial, a las ONGs y a otras organizaciones de similar estofa de estar financiados por las grandes empresas multinacionales, para crear un pseudo-radicalismo capaz de controlar mental y orgánicamente a las masas.
Los defensores de las religiones políticas se sirven siempre de la misma artimaña: impedir el debate sereno y amistoso, libre y plural, en el cual todas las posiciones puedan expresarse, sin demonizar a nada ni a nadie, sin amedrentar. Lo hacen porque saben que en tal debate nada tienen que hacer, pues sus argumentos son pobres y fuleros, lastimosos y reaccionarios. Desean hacer creer en sus formulaciones por la fe del carbonero, buscan que las personas se pongan de rodillas ante las religiones políticas y reciten el nuevo Credo del régimen estatal y capitalista. Por eso han de promover la violencia y el miedo, esto es, el silencio y el asentimiento pasivo y acrítico.
Por el momento no sé a quién en concreto sirven mis anónimos calumniadores y perseguidores, pero sí que son parte del bloque de la nueva reacción española. En ellos se junta, como digo, la repetición de los editoriales de El País[1], la copia de lo elaborado por la Fundación Alternativas, que dirige Felipe González, y el calco de todos los tópicos socialdemócratas de los partidos de izquierda. Hoy todo va mezclado, aparatos policiales, Fundaciones de las multinacionales, pseudo-radicalismo, izquierdismo residual, anarquismo de Estado y así por el estilo.
Una particularidad de este hiper-criticismo es el uso a gran escala del anticlericalismo burgués. Al parecer, algún gurú del laicismo izquierdista más carca pretende hoy ser la reencarnación de Alejandro Lerroux. Éste, el gran comecuras de nuestra historia, fundó el Partido Republicano Radical y estaba financiado por el Ministerio de la Gobernación para crear una corriente populista ultra-reaccionaria de masas en Cataluña, a fin de ahogar el ascenso del movimiento libertario y CNT. En 1934, siendo Presidente del Gobierno de derechas en la II República, fue quien llamó a Franco para reprimir a sangre y fuego la heroica insurrección del proletariado asturiano.
En Lerroux se aúnan las cuatro características del anticlericalismo burgués: financiación por el fondo de reptiles del Estado, usar la denuncia de la Iglesia como pretexto para ensalzar la política e ideología del capital, caricaturización de la crítica legítima-necesaria de la religión y servicio al ejército, que es el núcleo del Estado. Hoy los comecuras imponen a las clases populares las religiones políticas, nuevas fes obligatorias construidas para sustituir las viejas religiones, en desintegración.
Por encima de todo, no debemos consentir que se nos prive del derecho a debatir y pensar libremente por medio de la intimidación, la violencia contra las personas, la colocación de sambenitos y el abandono de las normas éticas que deben regir la civilizada controversia de las ideas. Las religiones políticas se refieren a asuntos complejos, poco y mal conocidos por falta de estudios suficientes, lo que exige un análisis sereno y una reflexión colectiva cuidadosa y prudente, de larga duración. Todo lo que vaya contra lo uno y lo otro nos niega la libertad de conciencia.
Es grotesco que el anticlericalismo pro-capitalista apoye el Estado laico y ¡se llame “libertario”!, del mismo modo que se diga “sin religión” al mismo tiempo que se despepita en pro de las religiones políticas, como se observa en el libelo que dirige contra mi persona. Los anticlericales estatal-burgueses de ayer y hoy sólo tienen una meta: defender al Estado y promover el capitalismo so pretexto de “denunciar” a la religión católica y a la Iglesia. Su meta es hacer imposible la revolución.
Llama la atención que los comecuras de oficio “olviden” siempre criticar al ejército (además de al capital), que es quien más está interesado hoy en el ascenso de las religiones políticas. Su militarismo les pone en evidencia. Pero todos los ataques citados van, en realidad, contra la idea de revolución integral, que preconizo.
La revolución es necesaria, y la vamos a hacer, Ningún Lerroux viejo o nuevo, de derechas o “libertario”, la va a impedir. Las religiones políticas no la frenarán porque las vamos a refutar y denunciar hasta su definitivo descrédito y extinción, que ya no está lejana.
[1] He de concretar, aunque sólo sea para reírnos un rato, que el panfleto que me demoniza es una copia sin imaginación de los contenidos que el ahora diario más importante al servicio del par Estado y capital (durante años propiedad de PRISA, en ese tiempo en manos del hombre más rico de España, Jesús de Polanco, y ahora de una multinacional USA con buenas relaciones con el sionismo) desarrolla en su edición de, por ejemplo, 1-5-2011.
Fuente:Esfuerzo y servicio desinteresados
creo que hubo error de dedo en el título...
ResponderEliminarSaludos, mandame la liga de tu entrada a mi correo, no la encontré.
Gracias por la observación, corregido.
EliminarAguantame tantito, jeje, todavía no lo subo, esque esta un poco largo y me falta lo último por leer. Seguro te lo envío.