Por Acratosaurio Rex
Por
supuesto, debe haber separación. La religión se ocupa de lo que está
fuera de la naturaleza; fantasmas, hombres lobo, dios… Ese es el ámbito
ante el que una persona religiosa se arroba. En cambio la ciencia
observa las cosas que existen: astros, plantas, neutrinos… La
religiosidad no es más que una faceta del comportamiento humano, dado
que hasta ahora no se han encontrado hormigas que desplieguen con sus
antenas culto a Buda, por ejemplo. Es decir, que la ciencia puede estudiar la religión como quien estudia a un microbio.
La
separación de la ciencia y la religión se llevó a cabo tras el proceso
de Galileo. La Iglesia católica quedó en ridículo obligando al primer
científico a retractarse de su afirmación de que la Tierra se movía
alrededor del Sol. No se piense en Galileo como en un hombre tranquilo
de espíritu sosegado. Era un tipo violento, acostumbrado a despedazar a
sus rivales en debates, y si no podía ser así, a hostias... Obligado a
callar ante el pavoroso juez instructor, morderse la lengua le hizo
tragar su propio veneno.
Pero
ese fue el fin de la primacía de la religión sobre la ciencia. Galileo,
católico fervoroso, afirmaba que el Universo era un libro, y que el
idioma del Universo era el de las matemáticas. Así que quien quisiera
leer, debía de aprenderlas. Él consideraba a Dios un matemático
consumado, un mecánico asombroso, un técnico de primer orden… Y cada vez
que era capaz de describir en una ecuación, tiempos de caída
relacionados con velocidades, órbitas de satélites y cosas así, el
hombre bailaba de alegría en torno a la mesa de trabajo. Él fundamentó
el método científico, mientras creía que aprendía el lenguaje de dios.
Son cosas que pasan.
Los
propios sacerdotes del 1633 que habían estudiado las matracas, sabían
que Galileo tenía razón. Le condenaron por cuestiones complejas: la
expansión protestante, no ser débiles con las herejías, Borgia que
quería envenenar al Papa Urbano, Urbano que se estaba volviendo loco… Y
es que mezclar religión y poder es mala cosa. En realidad mezclar el
Poder con cualquier película es muy malo. Tú mezcla poder con ciencia,
por ejemplo, y tendrás a un científico lameculos.
¿Qué
hubiera pasado de haber convencido Galileo a Urbano, y haber adoptado
la Iglesia como doctrina oficial el método científico? Peor, hubiera
sido mucho peor. Los curas hubiesen dominado la ciencia, y en cualquier
momento crítico haber matado a mucha más gente que los políticos.
Mezclar política con poder no es buena idea tampoco, porque la gente
está mucho más dispuesta a matar por cuestiones de principios, que por
comida. Qué raro, ¿verdad? En cambio sin poder, las amenazas de mandarte
al infierno son tan válidas como amenazar a una ostra con la condena
al ostracismo.
Ciencia,
camino del conocimiento, sin poder y sin dios. Lo que es de uno es de
todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.
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