lunes, 17 de junio de 2013

El trabajo en la anarquía

Por Acratosaurio Rex

Bueno, esta pregunta se la hacen muchos recién iniciados en las ideas. ¿Tendremos que trabajar en la anarquía? Y responden que no, que lo que se hará en la anarquía no será trabajar, sino que los humanos llevarán a cabo «tareas no alienadas al servicio de la comunidad». Bueno, el Acratosaurio lo desmiente. En la anarquía habrá que trabajar, y será un rollo, como siempre lo ha sido.
Desalentado, el joven continúa y piensa que a pesar de todo alguna diferencia habrá con el ahora. Y, pues claro. Os lo explico. En la actualidad la pirámide social está bien clara. Una inmensa masa de trabajadores mexicanos, pakistaníes, indonesios, nigerianos… Producen comida, ropa, tornillos. Un poco más arriba están los trabajadores occidentales, que se dedican a los servicios de unos a otros, que si camareros, que si oficinistas, que si profesores, que si médicos... A partir de ahí la pirámide se estrecha y encontramos a un pequeño número de parásitos, ricos hasta la podredumbre, que no dan palo al agua porque se dedican a cosas extrañísimas de especulación, dinero virtual y negociaciones de alto nivel. Esa pequeña casta es la que dirige el mundo de la política, la economía y la religión. Evidentemente, una pirámide de este tipo, es una barbaridad. Hay que cambiarla. ¿Cuál será la tendencia en la anarquía?
Si tenemos en cuenta que los anarquistas son los que en el aquí y ahora construyen el anarquismo, podemos intuir por dónde van a ir los tiros. Y por ello ilustro este asunto con dos fotos. El Acratosaurio solo describe.
En la primera podéis ver a cinco sujetos, con gesto triste. Se han tragado el marrón de la reforma del local. Han perforado, derribado, arrancado, roto lo viejo. Han desescombrado y limpiado. Y han levantado, construido y renovado. Todo ello, sin cobrar. Voluntariosamente. El rostro de los pavos es entre cansado y resignado. Podéis comprobar que los cinco tienen colocadas las manos sobre los genitales, diciéndonos sin ningún género de dudas, que estarían mucho mejor tocándose las pelotas, pero que qué se le va a hacer. El ambiente es gris y siniestro.

 La segunda foto muestra a más de cincuenta personas de todas las edades, alegres y contentas, celebrando que el local está nuevecito. Han ido a zamparse el copioso, nutritivo y artístico ágape, sonríen y se han puesto sus mejores ropas. Todo es de colorines.


¿Qué quiere decir esto? Que en la anarquía habrá que trabajar, pero que la pirámide estará invertida. Trabajarán cinco para mantener a cincuenta, y todos seremos felices.
Cinco fuerzas bien dirigidas para trabajar el mundo, y nada podrá detenernos. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

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