El torturador es un funcionario. El dictador es un funcionario. Burócratas armados, que pierden su empleo si no cumplen con eficiencia su tarea. Eso, y nada más que eso.
No son monstruos extraordinarios. No vamos a regalarles esa grandeza.
Extracto del libro Días y noches de Amor y de Guerra, de Eduardo Galeano
Para varear una vez más en desacuerdo…
ResponderEliminarSon monstruos… Si, extraordinarios… Claro que no.
Muy de acuerdo con el contexto que se lee al pié de la letra, ellos sólo están en el lugar donde pueden darse cuenta y hacer sus chingaderas.
Nadie sabe cómo…:
_Deben de ser las cosas.
_Que es lo más justo.
_Como se le puede sacar mayor provecho a las cosas (con o sin ánimo de lucro)
Ni mil cosas más en los millones de frentes que tiene la vida y la sociedad, y la política, etc. Nadie… excepto los que se encuentran (por el motivo que sea) en el lugar indicado.
_Sólo a un verdadero delincuente se le ocurre una nueva forma de extorsionar a la gente.
_Sólo al que está detrás de un escritorio se le ocurre como enredar a su cliente.
_Sólo los que se dedican a la construcción saben cómo hacer casas basura.
_Solo los políticos saben cómo hacer valer leyes absurdas, sólo los monstruillos que se alían solapándose unos a otros para asegurar su supremacía sobre el resto del mundo saben cómo hacer alianzas en esos millones de frentes para mantener jodido a los millones de personas.
Y los que no están en ningún lugar (ni hacen por estar) que son la inmensa mayoría, ni siquiera están en posición de saber defenderse.
Es mi opinión… Saludos.