jueves, 11 de agosto de 2011

Los Presos de la Necesidad

EL SISTEMA

De cada cien niños que nacen vivos en Guatemala o Chile, mueren ocho. Mueren ocho, también, en los suburbios populares de San Pablo, la ciudad más rica del Brasil. ¿Accidente o asesinato? Los criminales tienen las llaves de las cárceles. Ésta es una violencia sin tiros. No sirve para novelas policiales. Aparece, congelada,
en las estadísticas, cuando aparece. Pero las guerras reales no siempre son las más espectaculares y bien se sabe que los relámpagos de los balazos han dejado a más de uno ciego y sordo.
La comida es más cara en Chile que en Estados Unidos; el salario mínimo, diez veces más bajo. La cuarta parte de los chilenos no recibe ningún ingreso y sobrevive de puro porfiada. Los taxistas de Santiago ya no compran dólares a los turistas: ahora ofrecen
muchachas que harán el amor a cambio de una cena.
El consumo de zapatos se ha reducido en cinco veces, en el Uruguay, en los últimos veinte años. En los últimos siete, el consumo de leche, en Montevideo, cayó a la mitad.
Los presos de la necesidad, ¿cuántos son? ¿Es libre un hombre condenado a vivir persiguiendo el laburo y la comida? ¿Cuántos tienen el destino marcado en la frente desde el día en que se asoman al mundo y lloran por primera vez? ¿A cuántos se niega el sol y la sal?



Extracto del libro Días y noches de Amor y de Guerra, de Eduardo Galeano

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