Más de una tercera parte de los
mexicanos consideran que el país no vive en democracia, y alrededor de
50 por ciento están dispuestos a sacrificar ese sistema de gobierno a
cambio de un mejor desarrollo económico, advierte la quinta Encuesta
Nacional sobre Cultura, Política y Prácticas Ciudadanas (Encup 2012).
La encuesta se realizó en el país después de los comicios federales
de julio pasado por iniciativa de la Secretaría de Gobernación y la
organización Friedrich Naumann Stiftung.Los resultados señalan que, en relación con la encuesta anterior, realizada en 2008, ha caído
gravementela confianza ciudadana en el Ejército, el presidente de la República, la Iglesia, los sindicatos, los partidos políticos, la policía y los diputados y senadores. Los legisladores ocupan el último lugar.
Al analizar los resultados –que se presentaron ayer en la Casa Lamm–, Rosa María Lince, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, destacó la preocupación que debe representar para la sociedad
que se haya derrumbado también la credibilidad del Instituto Federal Electoral, organismo que hace poco gozaba del reconocimiento nacional.
También,
el pesimismo ciudadanopor la escasa posibilidad que observan de poder incidir en las decisiones de los funcionarios, además de suponer que en un futuro
será aún peor.
A partir de 94 preguntas aplicadas a 3 mil 750 personas mayores de 18 años para conocer las prácticas, habilidades y hábitos políticos de la ciudadanía, este ejercicio revela también que 85 por ciento de los entrevistados encuentran la política en México complicada o muy complicada.
Lo anterior, de acuerdo con Manuel Gómez Morín, de la
Secretaría de Gobernación, debe llamar a la reflexión de autoridades y
partidos, ya que hay una evidente discrepancia entre lo que pareció ser
una amplísima participación ciudadana en los comicios de julio y la
forma en que se percibe la política.
Una de las respuestas que quizá más han inquietado a funcionarios de la Secretaría de Gobernación y de la organización Friedrich Naumann Stiftung es que cerca de 50 por ciento están de acuerdo en que un funcionario se aproveche de su cargo,
El análisis expone también que 56 por ciento de la población no cree posible un cambio en la política mexicana.
La catedrática universitaria enfatizó otro resultado del estudio: que cada vez más los ciudadanos perciben que el futuro del país no depende exclusivamente del presidente de la República y su gobierno, sino que demanda mayor participación ciudadana (lo que demanda es una revolución...Koan), lo que, consideró, marca un cambio en la forma tradicional en la que el mexicano promedio identifica el quehacer político.
Rosa María Lince destacó también que los ciudadanos consideran que 90 por ciento de los gobernantes no cumplen o cumplen poco con la aplicación de la ley, aunque ese porcentaje mejora cuando se trata de alcaldes o delegados, es decir, el nivel de gobierno más cercano a la población.
Fuente:La Jornada
Una de las respuestas que quizá más han inquietado a funcionarios de la Secretaría de Gobernación y de la organización Friedrich Naumann Stiftung es que cerca de 50 por ciento están de acuerdo en que un funcionario se aproveche de su cargo,
siempre y cuando haga cosas buenas, lo que en un primer análisis, convinieron los responsables del levantamiento, significa que
estarían de acuerdo en que para que haya eficacia en el ejercicio de gobierno se puede tolerar cierta corrupción.
El análisis expone también que 56 por ciento de la población no cree posible un cambio en la política mexicana.
La catedrática universitaria enfatizó otro resultado del estudio: que cada vez más los ciudadanos perciben que el futuro del país no depende exclusivamente del presidente de la República y su gobierno, sino que demanda mayor participación ciudadana (lo que demanda es una revolución...Koan), lo que, consideró, marca un cambio en la forma tradicional en la que el mexicano promedio identifica el quehacer político.
Rosa María Lince destacó también que los ciudadanos consideran que 90 por ciento de los gobernantes no cumplen o cumplen poco con la aplicación de la ley, aunque ese porcentaje mejora cuando se trata de alcaldes o delegados, es decir, el nivel de gobierno más cercano a la población.
Fuente:La Jornada
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