"El
fin del contrato regular es también el del tiempo de la previsibilidad
del trabajo, de destinos certeros y de enraizamientos geográficos que
habilitan compromisos a largo plazo y asunción del riesgo en función de
un porvenir posible. Hoy el destino es de incertidumbre, configurando
un gran interrogante para todos y cada uno de los trabajadores y, el
compromiso en la lucha, una apuesta en el vacío, porque la lucha por el
futuro implica la certidumbre de que el futuro existe. Las nuevas
relaciones laborales han dado surgimiento a un tipo de trabajador
caracterizado por una "mentalidad precarizada". Al estar rota la
posibilidad de vivir una narrativa laboral de largo aliento, porque el
oficio que se ocupa tal vez dure sólo un año, algo menos o un poco más,
por el despido o la búsqueda de una ocupación más ventajosa, el
trabajador reconstruye simbólicamente esquemas de acción fragmentados y
superpuestos, que anulan la posibilidad de una articulación estratégica"
Iñaki Gil de San Vicente
Iñaki Gil de San Vicente
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