Ya está a la venta. Y en el libro-entrevista con Peter Seewald, “Luz del Mundo”, que ayer llegó a las librerías, el Papa dice lo que se anunció, pese a los intentos por matizar sus palabras sobre el preservativo. Es más, Benedicto XVI recalcó ayer que sus opiniones “no necesitan matización”, de modo que lo publicado por distintos medios es cierto, y el Papa admite que “puede haber algunos casos” que justifiquen el uso del condón para la prevención del sida, como el caso de los “prostitutos”. El Sumo Pontífice, no obstante, aclaró por boca de su portavoz, Federico Lombardi, que se refería a “hombres, mujeres y transexuales”.
Más allá de la polémica del preservativo, el libro depara interesantes revelaciones del pontífice. Especialmente relevante es la referente al escándalo del pederasta Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo. En este punto, Benedicto XVI ha admitido que “se afrontó con lentitud y mucho retraso”, y que Maciel “fue encubierto” durante años por responsables vaticanos y de la propia Legión.
El pasado mes de abril, Público revelaba cómo al menos tres miembros de la Curia habían aceptado sobornos de Maciel a cambio de su silencio. Se trataba de Angelo Sodano (secretario de Estado vaticano entre 1990 y 2006); Stanislaw Dziwisz (secretario personal de Juan Pablo II y hoy cardenal) y el español Eduardo Martínez Somalo (camarlengo en el último cónclave).
El “efecto positivo” de Maciel
Para Ratzinger, la figura de Maciel es “un misterio”, y reconoce que “sólo a partir del año 2.000 se comenzaron a tener puntos de referencia concretos” para condenar al pederasta, que murió seis años después apartado de cualquier responsabilidad pastoral. “Era necesario tener pruebas ciertas para estar seguros de que las acusaciones tenían fundamento”, subraya el pontífice. “Es necesaria una estructura nueva” para la Legión de Cristo, afirma Ratzinger, quien muestra su perplejidad por cómo “un falso profeta (Maciel) ha podido tener un efecto positivo”.
Durante la presentación del libro en la Santa Sede, el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, ha instado a “investigar” quién encubría los desmanes de Maciel. “Teniendo en cuenta el tipo de vida que llevaba, creo que habría que verificar quién le preparaba los encuentros, quién dirigía su agenda, quién le llevaba en automóvil, etcétera, antes de buscar fuera”, subrayó el prelado italiano.
Junto a estas revelaciones, Luz del Mundo también recoge las reflexiones de Ratzinger sobre el escándalo de la pederastia. En este punto, el Papa admite que conocer la dimensión que alcanzó el escándalo de los abusos sexuales “fue un shock enorme” y que ver el sacerdocio improvisadamente “ensuciado” de esa manera, “y con él toda la Iglesia”, ha sido difícil de soportar. Pese a ello, en el libro critica la actuación de los medios, que a su juicio también buscaban “desacreditar a la Iglesia”.
A vueltas con la II República
Respecto a España, el Papa afirma que “es uno de los grandes países católicos”, aunque observa que su historia está marcada por “contrastes dramáticos”. “Pensemos dice Ratzin-ger en el contraste entre la República de los años treinta y Franco, o en el actual choque dramático entre secularismo radical y fe convencida. Es un país que continúa estando en un gran proceso histórico”.
Pero es, sobre todo, un país al que desea volver. “Si Dios quiere y me encuentro todavía con vida, entraré de nuevo en contacto con él [España] especialmente en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid”.
El machismo de Ratzinger
Las reflexiones de Benedicto XVI han recibido críticas de distintos colectivos y, en concreto, la visión machista del Papa sobre el papel de la mujer en la Iglesia no ha pasado desapercibido. La negación del sacerdocio a las féminas es visto por la presidenta del Fórum de Política Feminista, Nina Infante, como “la continuación del discurso rancio y antiguo de todos los tiempos”, informa Paula Díaz. “La Iglesia siempre ha tenido discriminada a la mujer y sigue haciéndolo. Debería ponerse a la altura de la sociedad actual”, continúa Infante. “¿Además, el Papa no es tan bueno y tan caritativo? ¿Por qué no sale a la calle para protestar contra la violencia de género?”, reflexiona.
Ratzinger alega también que “la homosexualidad no es compatible con la vocación sacerdotal porque el celibato no tendría ningún sentido como renuncia”. Desirée Chacón, secretaria general de la Federación de Gays y Lesbianas (FELGTB), matiza que “el celibato es una opción de no mantener relaciones que no tiene nada que ver con la opción sexual de cada uno”. “Mezclar el celibato con estas cosas es una auténtica perogrullada”, concluyó.
El Papa incluye además entre sus ideas una vinculación entre Islam y violencia que ha dolido a los representantes islámicos en España, que han vuelto a defender su religión ante la islamofobia que en su opinión agita Ratzinger. “Nosotros tenemos los textos claros y cualquier musulmán lo sabe. El uso político o cualquier otro uso no está aprobado por el Islam en sus corrientes de pensamiento y escuelas jurídicas”, señaló el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España, Riay Tatary.
Jesús Bastante / Público
Más allá de la polémica del preservativo, el libro depara interesantes revelaciones del pontífice. Especialmente relevante es la referente al escándalo del pederasta Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo. En este punto, Benedicto XVI ha admitido que “se afrontó con lentitud y mucho retraso”, y que Maciel “fue encubierto” durante años por responsables vaticanos y de la propia Legión.
El pasado mes de abril, Público revelaba cómo al menos tres miembros de la Curia habían aceptado sobornos de Maciel a cambio de su silencio. Se trataba de Angelo Sodano (secretario de Estado vaticano entre 1990 y 2006); Stanislaw Dziwisz (secretario personal de Juan Pablo II y hoy cardenal) y el español Eduardo Martínez Somalo (camarlengo en el último cónclave).
El “efecto positivo” de Maciel
Para Ratzinger, la figura de Maciel es “un misterio”, y reconoce que “sólo a partir del año 2.000 se comenzaron a tener puntos de referencia concretos” para condenar al pederasta, que murió seis años después apartado de cualquier responsabilidad pastoral. “Era necesario tener pruebas ciertas para estar seguros de que las acusaciones tenían fundamento”, subraya el pontífice. “Es necesaria una estructura nueva” para la Legión de Cristo, afirma Ratzinger, quien muestra su perplejidad por cómo “un falso profeta (Maciel) ha podido tener un efecto positivo”.
Durante la presentación del libro en la Santa Sede, el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, ha instado a “investigar” quién encubría los desmanes de Maciel. “Teniendo en cuenta el tipo de vida que llevaba, creo que habría que verificar quién le preparaba los encuentros, quién dirigía su agenda, quién le llevaba en automóvil, etcétera, antes de buscar fuera”, subrayó el prelado italiano.
Junto a estas revelaciones, Luz del Mundo también recoge las reflexiones de Ratzinger sobre el escándalo de la pederastia. En este punto, el Papa admite que conocer la dimensión que alcanzó el escándalo de los abusos sexuales “fue un shock enorme” y que ver el sacerdocio improvisadamente “ensuciado” de esa manera, “y con él toda la Iglesia”, ha sido difícil de soportar. Pese a ello, en el libro critica la actuación de los medios, que a su juicio también buscaban “desacreditar a la Iglesia”.
A vueltas con la II República
Respecto a España, el Papa afirma que “es uno de los grandes países católicos”, aunque observa que su historia está marcada por “contrastes dramáticos”. “Pensemos dice Ratzin-ger en el contraste entre la República de los años treinta y Franco, o en el actual choque dramático entre secularismo radical y fe convencida. Es un país que continúa estando en un gran proceso histórico”.
Pero es, sobre todo, un país al que desea volver. “Si Dios quiere y me encuentro todavía con vida, entraré de nuevo en contacto con él [España] especialmente en la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid”.
El machismo de Ratzinger
Las reflexiones de Benedicto XVI han recibido críticas de distintos colectivos y, en concreto, la visión machista del Papa sobre el papel de la mujer en la Iglesia no ha pasado desapercibido. La negación del sacerdocio a las féminas es visto por la presidenta del Fórum de Política Feminista, Nina Infante, como “la continuación del discurso rancio y antiguo de todos los tiempos”, informa Paula Díaz. “La Iglesia siempre ha tenido discriminada a la mujer y sigue haciéndolo. Debería ponerse a la altura de la sociedad actual”, continúa Infante. “¿Además, el Papa no es tan bueno y tan caritativo? ¿Por qué no sale a la calle para protestar contra la violencia de género?”, reflexiona.
Ratzinger alega también que “la homosexualidad no es compatible con la vocación sacerdotal porque el celibato no tendría ningún sentido como renuncia”. Desirée Chacón, secretaria general de la Federación de Gays y Lesbianas (FELGTB), matiza que “el celibato es una opción de no mantener relaciones que no tiene nada que ver con la opción sexual de cada uno”. “Mezclar el celibato con estas cosas es una auténtica perogrullada”, concluyó.
El Papa incluye además entre sus ideas una vinculación entre Islam y violencia que ha dolido a los representantes islámicos en España, que han vuelto a defender su religión ante la islamofobia que en su opinión agita Ratzinger. “Nosotros tenemos los textos claros y cualquier musulmán lo sabe. El uso político o cualquier otro uso no está aprobado por el Islam en sus corrientes de pensamiento y escuelas jurídicas”, señaló el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España, Riay Tatary.
Jesús Bastante / Público
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