viernes, 8 de octubre de 2010

MIS MOTIVOS PARA LA HUELGA

Encontre este escrito en el blog Quebrantando el silencio
Koan

Hay gente que sigue meditando acerca de la necesidad de una huelga general, no acaban de ver ningún problema sustancial en nuestra situación actual por el que valga la pena movilizarse y protestar. Muchas personas estiman que las medidas tomadas por el Gobierno son necesarias (la única duda que se plantean es si no habrán llegado demasiado tarde) tal vez por la incapacidad de ver más allá de las acciones de los políticos.
Solamente, tal y como dicen los sindicatos mayoritarios de este país, el recorte en los salarios de los empleados públicos, en las pensiones y en los derechos de los trabajadores con el abaratamiento del despido (porque eso es lo que es, digan lo que digan) sería suficiente motivo para una protesta masiva por parte de todos.

Sin embargo, y a pesar de que esos mismos sindicatos no digan nada al respecto, todo esto no es más que la punta del iceberg que se nos viene encima y que acabará por sumirnos en un estado demencial en el que la vida de los seres humanos no tendrá ningún valor. Para todos aquellos que crean que esto es exagerado, sólo tienen que reflexionar un momento sobre el valor que este sistema que nos imponen le da a la vida humana en la gran mayoría del planeta.
Esta huelga es algo más que disconformidad con unas decisiones gubernamentales, debe ser la expresión de un rechazo unánime contra un sistema capitalista que exprime hasta el último aliento a las personas para luego condenarlas a una vida de miseria y a una muerte lenta y dolorosa.
Esta huelga es contra todos aquellos tiranos que, al frente de sus grandes empresas, sólo sienten la preocupación de haber ganado un 5% menos de lo esperado sin tener ningún reparo en matar de hambre a millones de personas. Es contra todos aquellos banqueros sin escrúpulos que arruinan a millones de trabajadores del llamado primer mundo y luego dedican sus beneficios a la fabricación de armas para poder aniquilar al resto del planeta. Es contra aquellos políticos que nunca han sabido lo que significa ejercer esa profesión y sólo se han dedicado a arrimarse al árbol que mas sombra les ha hecho y, por supuesto, más dinero les ha ofrecido. Es contra todos aquellos periodistas que desconocen el valor del verbo informar y han optado por servir al poder repitiendo una y otra vez su mensaje hasta conseguir convertirlo en dogma de fe. Es contra todas aquellas instituciones que nacieron con el propósito de servir a la humanidad y acabaron confundiendo los términos y se dedican a servir al capital haciéndonos creer que eso es precisamente lo que la humanidad necesita. Es contra todos aquellos que creen que la verdadera razón reside en la fuerza y se dedican a imponer su verdad con las armas alrededor del mundo, sembrando muerte y desesperanza allá por donde pasan.
Pero, sobre todo, es contra nosotros mismos. Contra nuestra apatía y nuestra pasividad ante todo lo que sucede a nuestro alrededor. Contra nuestra manera cobarde de no afrontar la verdad y refugiarnos en un mundo de fantasía que nos han fabricado para ese propósito. Es contra todos los que pensamos que tenemos suerte de vivir tan bien como vivimos, contra todos los que no hemos aprendido nada de la historia, contra todos los que nos sentimos satisfechos pagando cuotas a cambio de caridad, en definitiva, contra todos los que sabemos que el mundo no camina en la dirección correcta y seguimos día a día viendo el televisor idiotizándonos un poco más a cada momento.

Esta huelga debería ser el principio de una nueva manera de pensar y actuar, debería servir para dejar de lado el miedo a perder la vida que llevamos porque esta vida no nos pertenece a nosotros sino que pertenece a ese sistema que tan bien nos la ha diseñado.
Porque este momento es el de la rebelión, el de decir que hasta aquí hemos llegado y que con nosotros no cuenten. Así que desde aquí les digo a los señores financieros, políticos, directivos, militares, medios de desinformación y demás piezas del sistema que hasta aquí hemos llegado, yo me apeo y, desde ya, no pienso permanecer callado y sumiso, no voy a seguir su juego y no voy a dejar de protestar hasta que su criminal sistema capitalista desaparezca.
 Raúl

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