La personas venimos al mundo inhumanizadas, frágiles y dependientes
de unos cuidados de la familia o, subsidiariamente, del Estado.
Llegamos sin ideas. Pero en la sociedad hay muchas ideas, algunas son
dominantes. El niño adquiere la capacidad de absorber las ideas
dominantes en la sociedad.
Los grupos dominantes normalmente controlan los medios para imponer las ideas dominantes, que no cuestionan el modelo social. Durante siglos ese control se ejerció a través de la Iglesia, junto a la represión ideológica con la Inquisición. Hacían su labor en un contexto de silencio ideológico.
La escuela moderna o los medios de comunicación actúan de la misma forma en nuestras sociedades modernizadas. Desde allí se presiona para establecer una homogeneidad y sumisión en otro contexto de mucho ruido ideológico, donde el control ideológico se logra con un permanente, frenético y ubicuo juego de monitores, ruidos, letras, ... La televisión del salón, la radio del coche, las pantallas en el Metro, los periódicos en el kiosko, la publicidad en la calle, los video-juegos adaptados a diferentes lugares, los informativos, la publicidad, la música, el deporte, los juegos, ... La sociedad de la información y del espectáculo al servicio de la dominación.
Actualmente, mientras dura la instalación del capitalismo con derechos sociales en reducción y mayor autoritarismo, es muy común la añoranza del capitalismo que a los trabajadores occidentales obsequiaba un modo de vida muy inducido y con algunos caprichos de imitación del modo de vida burgués. Actualmente buena parte de los medios de comunicación de masas da alas a esa general indignación; los iconos más importantes seguramente sean Évole, Wyoming, Gabilondo, Escolar, Millás, Navarro, Baltasar Garzón, ... personas acomodadas en el negocio de proponer desde arriba una crítica dulce al sistema y con una trascendencia superior a la que puedan tener medios como el de la histórica CNT, con lo importante y ocultado que ha sido su papel en la Historia de España. Otra parte promueve la idea de una crisis que exige unas dolorosas reformas estructurales y unos lamentables recortes en derechos sociales en la configuración acostumbrada. Se trata de un espectro ideológico que comprende desde el lamento hasta la resignación.
Mientras abajo se indignan o se resignan, arriba mantienen el reparto de plusvalías con medidas de salvación pública en los sectores malparados en el fin del ciclo de endeudamiento, construcción, especulación, sobreproducción y sobreendeudamiento. Desde allí se promueven las dos actitudes de la multitud resignada, indignada, perpleja, añorante, desarticulada, ...
Abajo también hay algunas iniciativas que no miran hacia arriba, sino a sí mismos y a los lados. Crean su propia información. Pero las grietas del sistema son tan escasas que para su hallazgo es preciso una búsqueda inquieta y militante.
Muchas veces algunas personas se sorprenden de mi crítica a la SER, ELPAIS, PUBLICO, LA SEXTA y me preguntan cuáles son esos medios críticos de los que yo hablo. Les relaciono. Ya puestos, enlazo a una lista, que puede aturullar por lo variada y extensa que resulta. Sin embargo, el avance es escaso.
... Porque lo más difícil, con todo lo difícil que ya resulta, no es el hallazgo, sino el cambio de hábitos, así en esto de construir una ideología como en otras actividades como producir o consumir: apagar la televisión y la radio convencionales, cerrar el periódico de toda la vida; ver, escuchar, leer, estudiar en esos otros medios; conversar con el ánimo de buscar otras interpretaciones diferentes de las que promueven los mass media, someterse a un tratamiento intensivo de desintoxicación, ...
Igual que la vida cotidiana condiciona para comprar alimentos en la cadena de supermercado, para adquirir y usar un coche para vencer la prisa o la distancia entre residencia y trabajo, para participar en política sólo con el voto o con una manifestación de vez en cuando todo lo más, para escolarizar a la pequeña lo más pronto posible, para pensar que sin salario o pensión no hay subsistencia, ... También condiciona para el consumo y asunción de ideas directoras de nuestras vidas, sin conciencia de los males invisibles que produce para nuestras vidas, para la Humanidad y para la Naturaleza y con la sensación de que no alternativa. Encuentro razón cuando Holloway dice que el capitalismo lo afirmamos y lo hacemos constantemente en esos hábitos tan "naturales".
Rosa Luxemburgo explicaba que la revolución estaba cantada por las contradicciones internas del capitalismo, por las condiciones objetivas para la constitución de la clase obrera y por las condiciones objetivas para que esa clase adquiriera la noción de su misión histórica. Un siglo después podría decirse que la condiciones objetivas no son propicias para organizar un asalto al poder de la manera aceptada por el marxismo estatalista. En el corto plazo más bien se observa un condicionamiento de heterocontrol de las clases que no poseen el capital en el occidente.
Sin despreciar a quienes intentan extender la conciencia crítica (algunas veces orientada a reclamar unos derechos sociales al capitalismo incuestionado) y organizar el asalto al poder, en este periodo resulta muy importante mantener esos instrumentos de información y comunicación críticos y promover la revolución integral en muchas personas, que aprendamos a escamotear al capitalismo sus infinitos triunfos en las infinitas partidas de nuestras vidas; cada vez que abordamos una decisión por pequeña que sea deberíamos preguntarnos que haría el anticapitalismo profundo en ese trance y no dar por sentadas las conductas rutinarias y generalizadas.
Samuel García Arencibia
Los grupos dominantes normalmente controlan los medios para imponer las ideas dominantes, que no cuestionan el modelo social. Durante siglos ese control se ejerció a través de la Iglesia, junto a la represión ideológica con la Inquisición. Hacían su labor en un contexto de silencio ideológico.
La escuela moderna o los medios de comunicación actúan de la misma forma en nuestras sociedades modernizadas. Desde allí se presiona para establecer una homogeneidad y sumisión en otro contexto de mucho ruido ideológico, donde el control ideológico se logra con un permanente, frenético y ubicuo juego de monitores, ruidos, letras, ... La televisión del salón, la radio del coche, las pantallas en el Metro, los periódicos en el kiosko, la publicidad en la calle, los video-juegos adaptados a diferentes lugares, los informativos, la publicidad, la música, el deporte, los juegos, ... La sociedad de la información y del espectáculo al servicio de la dominación.
Actualmente, mientras dura la instalación del capitalismo con derechos sociales en reducción y mayor autoritarismo, es muy común la añoranza del capitalismo que a los trabajadores occidentales obsequiaba un modo de vida muy inducido y con algunos caprichos de imitación del modo de vida burgués. Actualmente buena parte de los medios de comunicación de masas da alas a esa general indignación; los iconos más importantes seguramente sean Évole, Wyoming, Gabilondo, Escolar, Millás, Navarro, Baltasar Garzón, ... personas acomodadas en el negocio de proponer desde arriba una crítica dulce al sistema y con una trascendencia superior a la que puedan tener medios como el de la histórica CNT, con lo importante y ocultado que ha sido su papel en la Historia de España. Otra parte promueve la idea de una crisis que exige unas dolorosas reformas estructurales y unos lamentables recortes en derechos sociales en la configuración acostumbrada. Se trata de un espectro ideológico que comprende desde el lamento hasta la resignación.
Mientras abajo se indignan o se resignan, arriba mantienen el reparto de plusvalías con medidas de salvación pública en los sectores malparados en el fin del ciclo de endeudamiento, construcción, especulación, sobreproducción y sobreendeudamiento. Desde allí se promueven las dos actitudes de la multitud resignada, indignada, perpleja, añorante, desarticulada, ...
Abajo también hay algunas iniciativas que no miran hacia arriba, sino a sí mismos y a los lados. Crean su propia información. Pero las grietas del sistema son tan escasas que para su hallazgo es preciso una búsqueda inquieta y militante.
Muchas veces algunas personas se sorprenden de mi crítica a la SER, ELPAIS, PUBLICO, LA SEXTA y me preguntan cuáles son esos medios críticos de los que yo hablo. Les relaciono. Ya puestos, enlazo a una lista, que puede aturullar por lo variada y extensa que resulta. Sin embargo, el avance es escaso.
... Porque lo más difícil, con todo lo difícil que ya resulta, no es el hallazgo, sino el cambio de hábitos, así en esto de construir una ideología como en otras actividades como producir o consumir: apagar la televisión y la radio convencionales, cerrar el periódico de toda la vida; ver, escuchar, leer, estudiar en esos otros medios; conversar con el ánimo de buscar otras interpretaciones diferentes de las que promueven los mass media, someterse a un tratamiento intensivo de desintoxicación, ...
Igual que la vida cotidiana condiciona para comprar alimentos en la cadena de supermercado, para adquirir y usar un coche para vencer la prisa o la distancia entre residencia y trabajo, para participar en política sólo con el voto o con una manifestación de vez en cuando todo lo más, para escolarizar a la pequeña lo más pronto posible, para pensar que sin salario o pensión no hay subsistencia, ... También condiciona para el consumo y asunción de ideas directoras de nuestras vidas, sin conciencia de los males invisibles que produce para nuestras vidas, para la Humanidad y para la Naturaleza y con la sensación de que no alternativa. Encuentro razón cuando Holloway dice que el capitalismo lo afirmamos y lo hacemos constantemente en esos hábitos tan "naturales".
Rosa Luxemburgo explicaba que la revolución estaba cantada por las contradicciones internas del capitalismo, por las condiciones objetivas para la constitución de la clase obrera y por las condiciones objetivas para que esa clase adquiriera la noción de su misión histórica. Un siglo después podría decirse que la condiciones objetivas no son propicias para organizar un asalto al poder de la manera aceptada por el marxismo estatalista. En el corto plazo más bien se observa un condicionamiento de heterocontrol de las clases que no poseen el capital en el occidente.
Sin despreciar a quienes intentan extender la conciencia crítica (algunas veces orientada a reclamar unos derechos sociales al capitalismo incuestionado) y organizar el asalto al poder, en este periodo resulta muy importante mantener esos instrumentos de información y comunicación críticos y promover la revolución integral en muchas personas, que aprendamos a escamotear al capitalismo sus infinitos triunfos en las infinitas partidas de nuestras vidas; cada vez que abordamos una decisión por pequeña que sea deberíamos preguntarnos que haría el anticapitalismo profundo en ese trance y no dar por sentadas las conductas rutinarias y generalizadas.
Samuel García Arencibia
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