En México la elite económica y política está haciendo un truco de
prestidigitación propagandístico parecido al de jalar rápido un mantel y
dejar la mesa desnuda sin mover los platos.
Con el regreso del PRI a Los Pinos, inició una propagandística Cruzada Nacional contra el Hambre que servirá para la contrainsurgencia en territorios zapatistas, como lo dejó claro Peña Nieto iniciando su programa en Las Margaritas el 21 de enero de 2013, desafiando implícitamente al EZLN que se movilizó recién en diciembre. Para que el mensaje no se pierda, apenas el 20 de abril acaban de hacer un acto de propaganda de esa cruzada, con la participación del ex presidente de Brasil, supuesto icono de la izquierda y referente al que debería emular la izquierda electoral mexicana, Luiz Inacio Lula da Silva, de nuevo en Chiapas, ahora en Zinacantán, tristemente célebre por los ataques de paramilitares del PRD a bases zapatistas en 2004, con resultado de 35 heridos, 18 de ellos por arma de fuego, como denunció la Junta de Buen Gobierno de Oventik.[1]
Por otro lado, la Cruzada contra el Hambre fue desnudada por políticos del PAN como una inmensa operación tamal, es decir, compra de votos. Con videos y audios de políticos connotados de Veracruz mostraron como ahora los recursos de la Secretaría de Desarrollo Social se usan para conseguir votos para el PRI, con programas como Oportunidades (antes usado para lo mismo por el PAN) y de la Cruzada contra el Hambre, donde la ex perredista hoy peñanietista Rosario Robles está usando el dinero para meter las manos incluso en el PRD, y además lo muestra como “prueba” de su apartidismo, mientras quienes llevaron al poder a gobernadores neoperredistas como Gabino Cué en Oaxaca padecen ahora en manos de su ex candidato la represión y son tentados por la cooptación política a cargo de la ex presidenta del PRD.
En un tercer nivel del círculo, la Cruzada contra el Hambre es operada con empresas transnacionales que intentan lavar su imagen con un baño de filantropía. Pepsico y Nestlé, como botones de muestra. Son las mismas corporaciones que han elevado con sus azucarados productos los índices de muertes por diabetes de los mexicanos, a niveles por encima de los 60 mil y algunos señalan incluso 100 mil decesos anuales, dejando atrás a la mortífera guerra de Calderón que para dejar una estela de luto equivalente se tomó 6 años. Ahora esas empresas tratan de hacer aparecer su labor de desnutrición, enfermedad y muerte como filantrópico combate al hambre. Una nota de prensa reciente informó que Nestlé arruina a los productores de café veracruzanos, ¿cuenta en su récord contra el hambre arruinar a los cafetaleros?[2]
Pero la vuelta de tuerca más perversa de la Cruzada contra el Hambre es que se simula preocuparse por los desnutridos mientras la política económica deliberadamente destruye la soberanía alimentaria (hoy ya una utopía) arruinando la economía campesina, arrasando al campo y a los productores rurales mexicanos. Sigue en operación la entrada en el mercado de las tierras por la abolición de las leyes que protegían al ejido, la entrega del territorio y recursos naturales a empresas extractivas mineras y a todo tipo de megadesarrollos que despojan a las comunidades, les roban su agua, destruyen la biodiversidad y dejan la tierra contaminada e inservible, llevando las ganancias a capitales canadienses, estadunidenses, españoles, brasileños (de ahí la aparición de Lula en México) y de otras nacionalidades.
Esta situación ha provocado y acentuado la pobreza de más de 50 millones de mexicanos, la emigración (20 mil mexicanos viven en Estados Unidos, haciéndonos el país con más pobladores expulsados de su suelo en el mundo), el hambre y la vulnerabilidad de las y los pobres ante toda clase de mafias, las políticas y las mafias a secas. La Cruzada contra el Hambre no va paliará semejante injusticia, ni es su propósito, menos aún cuando el Estado mexicano promueve una política de mayor entrega del territorio y los recursos naturales a los capitales transnacionales, por ejemplo, con la privatización, camuflada bajo el nombre “modernización”, del 15% que queda de Pemex, ya que el otro 85%, de hecho, ya es privado.
La puntilla de esta política de avasallamiento por hambre de la población es el sometimiento que, junto con la violencia, ha doblegado a un gran sector de la población, parte del cual vendió su voto por un plato de lentejas en dinero electrónico, llamado sopa Soriana. El clímax de esta colonización viene con la destrucción de la base alimentaria del país desde los tiempos prehistóricos: el maíz. Así como los colonos europeos mataban en masa a los bisontes americanos para dejar sin su alimento a los indios de América del Norte y “liberar territorio” para introducir su ganado vacuno, la base de las hamburguesas de todos los Burger negocios, hoy Monsanto y otros intereses en el ramo (incluidos Bill Gates y Carlos Slim) están destruyendo el maíz mexicano.
Ya en todo el país ha sido registrada la contaminación transgénica. Como lo ha denunciado la experta en esos temas del Grupo ETC, Silvia Ribeiro, se trata de una Cruzada transgénica contra los hambrientos.[3] En otras palabras, una profundización del hambre por la pérdida de la autonomía campesina y por el control monopólico transnacional de la semilla, es decir, su subordinación como esclavos financieros de quienes han biopirateado sus semillas y ahora ostentan la propiedad intelectual sobre las especies genéticamente modificadas.
La inundación de las mesas mexicanas con tortillas transgénicas, y de los campos del país con todo tipo de cultivos genéticamente manipulados, amenaza a todos con una destrucción como la que ha padecido Argentina (niñas y niños corriendo detrás de avionetas que esparcen Round Up Ready que les causará cáncer y males parecidos). Las personas enferman y mueren, mientras los beneficiarios de las patentes hacen estudios a modo para “demostrar” que sus engendros de laboratorio son inocuos.
En resumen, el truco de manos que practican los gobernantes de México, de todos los partidos, bajo el Pacto por México que opera como Pacto contra México, es más sofisticado que tirar del mantel sin mover los platos; se trata de tirar el mantel con todo y platos servidos para cambiarlo por platos de comida chatarra, hecha principalmente de azúcar y harinas refinadas, ahora transgénicas.
El PRI de antes de la transición daba al electorado atole con el dedo, pero después de dos sexenios que el PAN le sostuvo la papa caliente del poder, regresa más astuto y, con manos entrenadas en el PRD y alguna vez presumidas de “feministas”, le ofrece al televidente cautivo Sopas Maruchan con el dedo.
La resistencia ante esta devastación alimentaria, ambiental, social y política es aún pequeña pero ya existe: En próximas fechas se realizarán algunas pre audiencias del Tribunal Permanente de los Pueblos Capítulo México sobre el eje dedicado al tema del maíz mexicano y la agresión transgénica. Se trata de documentar y denunciar ante el mundo el crimen de destruir la base civilizatoria de Mesoamérica.
Asimismo, del 25 al 30 de abril se desarrollará una Jornada contra el Maíz Transgénico, cuyo cartel ya circula en internet y lo postearemos con este texto en Zapateando. En el programa está incluida la participación de Vandana Shiva, científica y feminista de La India, defensora de la diversidad como expresión de la vida en una tierra amenazada por la tendencia del colonialismo capitalista a destruir a todo lo diferente.[4]
Los transgénicos, la biopiratería, los derechos de propiedad intelectual y el monopolio de las semillas son el más refinado mecanismo de robo del capitalismo mundial. Hoy el tesoro a saquear es la diversidad, al igual que el territorio y hasta nuestro genoma. Y uno de los campos de batalla está en nuestras mesas, los tenemos hasta en la sopa.
Fuente: Zapateando
Con el regreso del PRI a Los Pinos, inició una propagandística Cruzada Nacional contra el Hambre que servirá para la contrainsurgencia en territorios zapatistas, como lo dejó claro Peña Nieto iniciando su programa en Las Margaritas el 21 de enero de 2013, desafiando implícitamente al EZLN que se movilizó recién en diciembre. Para que el mensaje no se pierda, apenas el 20 de abril acaban de hacer un acto de propaganda de esa cruzada, con la participación del ex presidente de Brasil, supuesto icono de la izquierda y referente al que debería emular la izquierda electoral mexicana, Luiz Inacio Lula da Silva, de nuevo en Chiapas, ahora en Zinacantán, tristemente célebre por los ataques de paramilitares del PRD a bases zapatistas en 2004, con resultado de 35 heridos, 18 de ellos por arma de fuego, como denunció la Junta de Buen Gobierno de Oventik.[1]
Por otro lado, la Cruzada contra el Hambre fue desnudada por políticos del PAN como una inmensa operación tamal, es decir, compra de votos. Con videos y audios de políticos connotados de Veracruz mostraron como ahora los recursos de la Secretaría de Desarrollo Social se usan para conseguir votos para el PRI, con programas como Oportunidades (antes usado para lo mismo por el PAN) y de la Cruzada contra el Hambre, donde la ex perredista hoy peñanietista Rosario Robles está usando el dinero para meter las manos incluso en el PRD, y además lo muestra como “prueba” de su apartidismo, mientras quienes llevaron al poder a gobernadores neoperredistas como Gabino Cué en Oaxaca padecen ahora en manos de su ex candidato la represión y son tentados por la cooptación política a cargo de la ex presidenta del PRD.
En un tercer nivel del círculo, la Cruzada contra el Hambre es operada con empresas transnacionales que intentan lavar su imagen con un baño de filantropía. Pepsico y Nestlé, como botones de muestra. Son las mismas corporaciones que han elevado con sus azucarados productos los índices de muertes por diabetes de los mexicanos, a niveles por encima de los 60 mil y algunos señalan incluso 100 mil decesos anuales, dejando atrás a la mortífera guerra de Calderón que para dejar una estela de luto equivalente se tomó 6 años. Ahora esas empresas tratan de hacer aparecer su labor de desnutrición, enfermedad y muerte como filantrópico combate al hambre. Una nota de prensa reciente informó que Nestlé arruina a los productores de café veracruzanos, ¿cuenta en su récord contra el hambre arruinar a los cafetaleros?[2]
Pero la vuelta de tuerca más perversa de la Cruzada contra el Hambre es que se simula preocuparse por los desnutridos mientras la política económica deliberadamente destruye la soberanía alimentaria (hoy ya una utopía) arruinando la economía campesina, arrasando al campo y a los productores rurales mexicanos. Sigue en operación la entrada en el mercado de las tierras por la abolición de las leyes que protegían al ejido, la entrega del territorio y recursos naturales a empresas extractivas mineras y a todo tipo de megadesarrollos que despojan a las comunidades, les roban su agua, destruyen la biodiversidad y dejan la tierra contaminada e inservible, llevando las ganancias a capitales canadienses, estadunidenses, españoles, brasileños (de ahí la aparición de Lula en México) y de otras nacionalidades.
Esta situación ha provocado y acentuado la pobreza de más de 50 millones de mexicanos, la emigración (20 mil mexicanos viven en Estados Unidos, haciéndonos el país con más pobladores expulsados de su suelo en el mundo), el hambre y la vulnerabilidad de las y los pobres ante toda clase de mafias, las políticas y las mafias a secas. La Cruzada contra el Hambre no va paliará semejante injusticia, ni es su propósito, menos aún cuando el Estado mexicano promueve una política de mayor entrega del territorio y los recursos naturales a los capitales transnacionales, por ejemplo, con la privatización, camuflada bajo el nombre “modernización”, del 15% que queda de Pemex, ya que el otro 85%, de hecho, ya es privado.
La puntilla de esta política de avasallamiento por hambre de la población es el sometimiento que, junto con la violencia, ha doblegado a un gran sector de la población, parte del cual vendió su voto por un plato de lentejas en dinero electrónico, llamado sopa Soriana. El clímax de esta colonización viene con la destrucción de la base alimentaria del país desde los tiempos prehistóricos: el maíz. Así como los colonos europeos mataban en masa a los bisontes americanos para dejar sin su alimento a los indios de América del Norte y “liberar territorio” para introducir su ganado vacuno, la base de las hamburguesas de todos los Burger negocios, hoy Monsanto y otros intereses en el ramo (incluidos Bill Gates y Carlos Slim) están destruyendo el maíz mexicano.
Ya en todo el país ha sido registrada la contaminación transgénica. Como lo ha denunciado la experta en esos temas del Grupo ETC, Silvia Ribeiro, se trata de una Cruzada transgénica contra los hambrientos.[3] En otras palabras, una profundización del hambre por la pérdida de la autonomía campesina y por el control monopólico transnacional de la semilla, es decir, su subordinación como esclavos financieros de quienes han biopirateado sus semillas y ahora ostentan la propiedad intelectual sobre las especies genéticamente modificadas.
La inundación de las mesas mexicanas con tortillas transgénicas, y de los campos del país con todo tipo de cultivos genéticamente manipulados, amenaza a todos con una destrucción como la que ha padecido Argentina (niñas y niños corriendo detrás de avionetas que esparcen Round Up Ready que les causará cáncer y males parecidos). Las personas enferman y mueren, mientras los beneficiarios de las patentes hacen estudios a modo para “demostrar” que sus engendros de laboratorio son inocuos.
En resumen, el truco de manos que practican los gobernantes de México, de todos los partidos, bajo el Pacto por México que opera como Pacto contra México, es más sofisticado que tirar del mantel sin mover los platos; se trata de tirar el mantel con todo y platos servidos para cambiarlo por platos de comida chatarra, hecha principalmente de azúcar y harinas refinadas, ahora transgénicas.
El PRI de antes de la transición daba al electorado atole con el dedo, pero después de dos sexenios que el PAN le sostuvo la papa caliente del poder, regresa más astuto y, con manos entrenadas en el PRD y alguna vez presumidas de “feministas”, le ofrece al televidente cautivo Sopas Maruchan con el dedo.
La resistencia ante esta devastación alimentaria, ambiental, social y política es aún pequeña pero ya existe: En próximas fechas se realizarán algunas pre audiencias del Tribunal Permanente de los Pueblos Capítulo México sobre el eje dedicado al tema del maíz mexicano y la agresión transgénica. Se trata de documentar y denunciar ante el mundo el crimen de destruir la base civilizatoria de Mesoamérica.
Asimismo, del 25 al 30 de abril se desarrollará una Jornada contra el Maíz Transgénico, cuyo cartel ya circula en internet y lo postearemos con este texto en Zapateando. En el programa está incluida la participación de Vandana Shiva, científica y feminista de La India, defensora de la diversidad como expresión de la vida en una tierra amenazada por la tendencia del colonialismo capitalista a destruir a todo lo diferente.[4]
Los transgénicos, la biopiratería, los derechos de propiedad intelectual y el monopolio de las semillas son el más refinado mecanismo de robo del capitalismo mundial. Hoy el tesoro a saquear es la diversidad, al igual que el territorio y hasta nuestro genoma. Y uno de los campos de batalla está en nuestras mesas, los tenemos hasta en la sopa.
[1] Emboscada contra simpatizantes del EZLN deja decenas de heridos, http://www.nodo50.org/raz/municipios_auto/com_municipi/den040415.htm
[2] Noé Zavaleta, Proceso, Nestlé ‘sepulta’ al café de Veracruz, acusan productores, http://www.proceso.com.mx/?p=338553
[3] Silvia Ribeiro, Cruzada transgénica contra los hambrientos http://www.jornada.unam.mx/2013/04/20/opinion/027a1eco
[4] Zapateando, La diversidad como un mal a eliminar: biopiratería, https://zapateando.wordpress.com/2012/12/26/la-diversidad-como-un-mal-a-eliminar-biopirateria/
Fuente: Zapateando
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