martes, 28 de octubre de 2014

Una historia inventada

“El tiempo no se acaba, se acaban las personas. El tiempo viene de muy lejos y sigue su camino hasta alláaaaaa, donde no lo podemos mirar. Y nosotros somos como pedacitos de tiempo, o sea que el tiempo no se puede caminar sin nosotros. Nosotros lo que hacemos es que el tiempo camine, y cuando nos acabamos viene otro y lo empuja otro tanto al tiempo, hasta que se llega a donde se tiene que llegar, (…) hay que mirar lejos, hasta donde no nos alcanza ni el tiempo ni la mirada. Comunicado Ellos y nosotros. Las miradas III, febrero 2013
TierrA
A través de dos décadas el misterio de la Selva Lacandona se mantuvo sobre todo para quienes a miles de kilómetros habitamos en mesetas tan al sur de esos verdes acontecimientos. La invitación publica y abierta a la Escuelita de la Libertad según lxs zapatistas decía que solo había que portar un corazón abajo y a la izquierda; y como invitadxs llegamos de a miles hasta esas tierras remotas.
Hubieran sido buenas unas alas para intentar con vista a vuelo de pájaro visualizar mejor el mapa del sureste mexicano que recorrimos en esas horas. Caminos barrosos que conducen, en camiones de cafetal, a familias y herramientas. Zigzag entre poblados autónomos, poblados estatizados, y los que son un parte y parte. Mosaicos de selva, surcos y senderos por tierras recuperadas para sí y otras que siguen en manos de los primeros kaxlanes1, esos que permanecen con el ánimo intacto de quinientos años o bajo las formas de militantes de los partidos de estado. Se ven los techos de escuelas de contenidos coloniales y capitalísticos y otros, de cátedras caminantes y aprendizaje a voluntad – escuelas tan reales como las ahora destruidas en La Realidad por la fuerza estado.partido.paramilitar.
“Cuando ocupamos en el 94 las cabeceras del estado de Chiapas dejamos marcado nuestro territorio” dijo una maestra en una de las clases. Chiapas es un territorio de cerca de 72mil km2 con gran biodiversidad, vista como recurso para megaproyectos energéticos, turísticos, de “desarrollo y combate a la pobreza” que se impulsan dentro del Plan Puebla-Panamá, a través del Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica acordado en 2008 por el gobierno mexicano2.
Con el pie en el mapa se abren las mil preguntas de su hacer. La de los porqués es tal vez la más sencilla de todas: por qué sino por las necesidades lejanas y vapuleadas por siglos: tierras donde vivir, escuelas, salitas de salud. Aunque ese no sea el verdadero porque. Estar en tierra rebelde es decir que allí desde hace treinta años mantienen la claridad y la decisión de tomar como propio lo necesario, y lo que ha de ser recuperado será sin permiso. Pero que no se entienda mal: las comunidades indígenas zapatistas no declaran guerra al estado, ni se comprenden dentro de una pretensión estatal propia, ni levantan un reclamo simbólico de territorios para los pueblos originarios. Las tierras son recuperadas para quienes las trabajan y ese trabajo se parece a la libertad con la que han dado propia forma y contenido a las nuevas escuelas rebeldes, a la educación, a la salud concreta en clínicas autónomas, a las colectivas de trabajo. Y aunque no cuenten las cuentas de los numeros_estad_isticos, se dice que treinta años después estarían por encima del promedio de vida de hace unas décadas. Sin embargo hay muchas necesidades entre las gentes del sureste, y les urge solucionar las cuestiones materiales de aquellas vidas que ya se quiso robar la historia del despojo.
Los viejos modelos de organización de la comarca indígena fueron puntos de partida para nuevas formas. Hoy la asamblea de cada pueblo es soberana y está en reconocida relación interdependiente con otras uniendo poblados en los recreados Caracoles y Juntas de Buen Gobierno. Es en este territorio donde rigen los Siete Principios del mandar-obedeciendo, se hacen leyes y aún no se levantan cárceles.
>Del tseltal> Hemos entendido que Kochelin jbahtik supone tomar la acción, al mismo tiempo, como derecho y obligación que nos damos en el seno de una comunidad; tukelin jbahtik supone el hacerlo como si lo hiciéramos solos y kuelin jbahtik supone hacerlo como un ejercicio de nuestro propio poder3.
TrAbajo
El trabajo de cada día, sembrar y cosechar, cocinar y llenar la mesa, es una de las manufacturas de autonomía que lxs campesinxs indígenas saben hacer como herencia de sabidurías y prácticas que garantizaron la pervivencia de las semillas y de su propia forma de vivir en el campo. Para lxs zapatistas es aún más: es resistencia económica. Como hijos de ese hacer esencial crecen los otros trabajos: formación de parteras, hierbateras y hueseros según los saberes más antiguos, apropiaciones contezzztuales de la alfabetización sumados a los saberes de la lucha clandestina de siglos y la de treinta años. La necesaria coordinación de las aéreas de la vida común es un trabajo hecho a voluntad y sin cobrar un peso, equilibrado con variadas reciprocidades comunitarias. El ejercicio del autogobierno requiere del tiempo necesario para lograr soluciones y acuerdos, y así sea mucho lo que demanden las consultas a los pueblos, no parecen tener apuro.
La expresión Kochelin Jbahtik significa que todos los miembros del grupo al interior de la colectividad tenemos responsabilidad y derecho, que todos otorgamos los recursos y definimos intersubjetivamente los fines, la actividad y los procesos. Puede decirse también
yochelin sba (por sí mismo o por su interioridad de él). Este concepto normalmente se traduce como autonomía, puede aplicarse a un individuo o a una sociedad.
En las horas de Escuela el trabajo colectivo era anunciado por megáfono y con tiempo suficiente para que cada quien termine su taza de café, la lave y se disponga a juntarse con lxs otrxs a levantar las paredes de un salón para reunirse a reparo de las lluvias y sin pedirle permiso a nadie. Al rato de picar la tierra al sol, descansamos juntxs y a la sombra de sudores tranquilos dibujamos, para el dialogo que florecía, un mapa de Sudamérica en la tierrita removida.
Trabajo sonaba a tantas cosas por allí. Una de las maestras me dio esta lección una mañana de moler maíz, mientras posaba la mirada larga en una cañada: Autonomía es trabajo_   Algo de estas palabras hacía cortocircuito con las políticas y las practicas construidas en torno a los conceptos de la vertiente industrialista occidental, esa que por la negativa define trabajo como Labor-leibor, viejo elemento de la economía política, trabajo plus valía, trabajo me roba el alma.
Palabras de Kaxlan
Lxs estudiantes del primer grado caminamos por allí como compas y kaxlanes. No somos los primeros güerxs4 acercándonos a las tierras rebeldes chiapanecas. Desde el surgimiento publico del zapatismo en el 94 la sociedad civil de México y el mundo se acercó con voluntad de apoyar, colaborar, aprender, enseñar, decir, acercar recursos como colectivos, ong, medios independientes; construyendo una relación cambiante y no siempre armónica entre necesidades y expectativas, entre ensayos dinámicos y decisiones internas del zapatismo.
Tampoco quienes llegaron desde el 94 son lxs primerxs. En la historiografía oral del ezln y por ahora tras una cortina de humo se inscriben rostros kaxlanes desde los ochenta. En un mural del Caracol I se retrata un Marcos con corcel y en las paredes de uno de los grandes dormitorios, al subcomandante Pedro que cayó en los combates de Ocosingo. Se los nombra a ellos y a otrxs en cuentos y canciones, homenajes a esos criollxs llegados de la ciudad que junto con los pueblos ya rebeldes comenzaron a caminar_se atravesados como ellxs por los siglos de historia opresiva que tampoco eligieron. Se sabe de entonces que propusieron y actuaron tácticas de organización conocidas en otras selvas, como casas de seguridad en las cañadas y vidas de clandestinos en el monte, juntando a las gentes que quisieran hacer otro ensayo en la historia larga de la resistencia campesina.
Pero para nosotrxs, quedarnos a vivir en una comunidad zapatista no era una posibilidad desde el comienzo de la convocatoria. Sencillamente porque cada quien tiene las luchas que le tocan en su tierra. Y en esta, estábamos de invitadxs.
Ich’el jbahtik ta muk’: Tomar la grandeza Palabras de un padre de Taniperla a su hijo: “Toma grandeza ¿Por qué? Porque al tomar la grandeza de todos, por eso mismo germinaras, procuraras magnificencia en tu y serás respetado. Cuando halles a un hombre toma de el la grandeza. Lo mismo con una anciana a un anciano, con un hermano mayor o con un hermanito menor, respétalos a todos, porque eso será aún mejor visto por los otros. Así mismo toma la grandeza de tu padre y de tu madre”
Las palabras del real o ficticio Marcos resultaban parecidas a la realidad que veíamos en las mentadas selvas lluviosas y las cañadas de tierra recuperada. En tseltal, tantas veces se usa la palabra corazón para referirse a las ideas y los haceres que Marcos deja de ser el poeta original para ser, como nosotrxs, un estudiante de ese caudal de lengua indígena, responsable de buena parte de la poesía que sonaba en los comunicados. Mejor: la voz del Sup se disgregó en polifonías de maestrxs, y las comandancias o subcomandancias del ezln se hicieron las de cada casa rebelde, las bases de apoyo zapatista, reales protagonistas de esta historia que inventaron. Y a diferencia de aquellos extensos monólogos, breves y precisas conversaciones tejieron las horas calmas en tierra autónoma.
Cuando llego el momento de cierre en una de las fiestas, escuchamos unos párrafos de la devolución de lxs maestrxs. Dijeron: ahora al fin sabemos que nuestro mensaje fue escuchado, tomen y lleven a los lugares donde ustedes son lo que de aquí pueda servirles, lleven nuestro mensaje de rebeldía solidaria.
Ya sabíamos por el comunicador Marcos que en sus reflexiones de la historia larga y las verdades de la práctica habían encontrado fácilmente a lxs enemigos. Que caminando encontraban el cómo de sus luchas. Pero esta vez escuchamos en otro castellano hablar de la necesaria rebeldía contra el neoliberalismo, la que viven ellxs que es concreta como autonomía de otro mundo que cabe en este.
Y la alegre rebeldía_ Compas y maestrxs de las tierras zapatistas se ven a vuelo de pájaro bailando. Mil cabezas con un ritmo parejo y propio, fiestas de noche entera de música en vivo en la selva. No han descuidado la importancia del encontrarse los pueblos y aliviarse el alma alegrando el espíritu. Aunque no lubriquen esos pasos de duranguense con una sola gota de alcohol, tal cual dicta la Ley Revolucionaria de Mujeres.
Esa Escuelita contó con más de una fiesta, cuadernos-libros, maestrxs de distintos tipos, compañerxs y trabajos pero ni un renglón sobre programas. Nada de unidades ficticias y homogeneizantes. Al partir de tierras autónomas, un saludo personal propio de lxs tseltales:
Te x awil aba: que tengas la capacidad de mirarte a ti mismo.
Una historia inventada
Aún vista desde el cielo la Selva Lacandona no es un territorio claro, o al menos no se parece a lo claro de las fronteras conocidas, determinantes y excluyentes de los estados nacionales. Más bien es muchos Territorio_s que en algunos puntos se pisa como tierra autónoma: los pueblos que se hicieron soberanos en la construcción lenta de los años, sinceramente autárquicos, históricos y humanos. Territorios trabajados con dinámica fluctuante, permeable, mixta, tomando y las haciendo formas de lo propio y los desafíos de lo inmediato. Otro mundo con un mapa creado por las relaciones del mandar obedeciendo.
Ningunx de lxs que hoy integran el ejército insurgente han de estar muy cómodos en la selva. Tampoco lxs zapatistas que llegan a las ciudades sin documentos estatales: son los riesgos asumidos para crear las nuevas formas de ser mujeres, hombres y niñxs que caminan en libertad dibujando líneas del mapa que imaginan como su paraíso en la selva libre.
Allí somos kaxlanes, y como tales cuánto podremos entender y para qué querer entender más de lo que nuestra propia subjetividad nos permita mirar y tomar como grandeza.
Ni muertos ni vencidos, su gran victoria es inventar la historia propia de la autonomía, haciendo caminar el tiempo con su propio reloj. No han sido los cincuenta años de Marulanda, que sí quiso ser líder guerrillero, heroico y ejemplar, sublevado en armas en el monte y que murió allí de viejo. No han sido tampoco treinta años de marchas y peleas electorales dentro de la democracia capitalística. Ni los dos o cinco que duran algunos de los amagues en los que nos metemos ensayando temporales pasitos a la izquierda. No son los treinta años de un partido sino una generación nueva que crecida en autonomía vimos protagonista en la base de la organización. Ya es más que tiempo para descartar sea un capricho espontaneísta, confundirlo con una palabra colgada en internet o suponerlo un invento de la CIA.
Los sentidos que encontramos rebalsaron las palabras de Marcos y la realidad “mar de nuestros sueños” estalló en nuestros corazones ¿Cómo podremos construir unas otras genealogías, cuántas líneas tejidas con otras maneras de vernos y verse, de tomar como propios tiempo, trabajo, territorio? Como dicen lxs zapatistas caminando, falte lo que falte.
Por clara membrilla
Desde Choele Choel, Valle Medio de Rio Negro_ estudiante de la escuelita zapatista en el pueblo tseltal Champa_ caracol La realidad_ territorio autónomo zapatista
Publicación Anarquista Parrhesia: http://laletraindomita.blogspot.com.es/
Notas
1 Kaxlan en tseltal refiere al verbo pasar. Traduce como el que está de paso, quien no es de las tierras, que
no le pertenecen.

2 Un recuento reciente sobre la profundización de la forma legal de despojo territorial y expansión del
modelo neoliberal en Chiapas se encuentra en: Entre la política sistémica y las alternativas de vida. Informe
sobre la situación de derechos humanos en Chiapas durante los gobiernos federal y estatal 2006-2012, del
Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, Chiapas, 2013.

3 Esta y las siguientes citas del tseltal se encuentran en el libro del Prof. Antonio Paoli: Educación, autonomía y lekil kuxlejal: aproximaciones sociolingüísticas a la sabiduría de los tzeltales (México, 2003). Disponible en internet.

4 En México güero refiere a quien carga el fenotipo criollo, mestizo o totalmente occidental.

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