sábado, 6 de julio de 2013

Crítica y autocrítica

Por Acratosaurio Rex
Tengo aquí a mi lado a un anarquista mosqueado… Le han pillado por banda tres sabihondos rojos de la izquierda alternativa, y le han dejado la cabeza caliente al describirle un anarquismo ineficaz, infantil, violento, drogadicto, contra-revolucionario, que quema contenedores en el país equivocado (en Grecia, en Brasil, en Turquía, en Egipto… Eso está bien, aquí no), y que come verduras, caga y no tira de la cadena. No sé si han pesado más los argumentos o las sesenta cervezas. De acuerdo. Esta es mi respuesta: mal de muchos, je, consuelo de esos tontos.

Hay algo que tienen los movimientos políticos en relación con la autocrítica, que me resulta curiosa: no existe a grandes rasgos, aunque prediquen sobre ella a todas horas. Mayormente, lo que se hace es… Criticar al prójimo. Hubo un momento, tras la caída de la URSS, la eclosión de nacionalismos derechosos, y el avance del islam, que pensó el Acratosaurio… «Ahora tendrán que recapacitar esos capullos». Pues no.

Me recuerdan a los jugadores de cartas que siempre pierden, pero que son capaces de explicar científicamente por qué no deberían haber perdido. A ver: ocuparon medio planeta y al final se les hundió el invento sin que la OTAN bombardease Moscú. ¿No fue la Gran Cagada del siglo XX esa? Yo diría que fue muy gorda, la de avanzar la URSS hacia el Capitalismo a través del Partido leninista. Es algo de mucho mérito.

Eso no estaba predicho en los libros de Marx ¿eh?. ¿Se fustigan los comunistas por ello y reconocen que montaron una ñorda de Gobierno? Para nada. No se sienten molestos, fueron cosas que pasaron, ajenas a ellos, ¿a qué huele la regla?... Y los descendientes de semejantes acémilas, ahora son la izquierda patriótica, multicultural, asamblearia, que sí que va a dar buen resultado: «Marx fue un genio, condenamos la violencia, apostamos por la vía política y democrática, somos la nueva izquierda, república e independencia, no tenemos nada que ver con el pasado, este es el nuevo tiempo político, esta la mayoría sindical, qué mala es la policía, y CIU es burguesa. Por favor obreros, a empoderarse tras la pancarta y voten nuestras candidaturas electorales». Ja.

Por el contrario, el ácrata se flagela. Los anarquistas (que critican como to dios) no hacen auto-crítica, sino que se auto-ponen a parir. O sea, no más algún libertario hace algo más o menos bien, inmediatamente el anarquista se lamenta profundamente, coge regla, nivel y plomada, y critica sin piedad: a este por reformista, al otro por muyahidín, al de más allá por descerebrado, a la que está allí arriba chillando por SCUM feminazi…, o a uno mismo por haberse dormido el 1 de mayo... Qué se le va a hacer.

Favor de un poco de corporativismo optimista. Bien de muchos, alivio de listos. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

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