jueves, 28 de marzo de 2013

De la educación, por Jiddu Krishnamurti

reajasEste texto es una recopilación de diversos fragmentos del libro Krishnamurti para principiantes. Los fragmentos a recopilar fueron aquellos que tuvieran relación con la educación. El motivo de la recopilación y de esta publicación es dar a conocer la visión revolucionaria en un sentido que Krishnamurti presenta al precisar que la educación como se conoce no es educación y nos da unos consejos para el real crecimiento de un humano libre y en constante estado de rebeldía interior y por reflejo de esto, rebeldía exterior.  Y nos habla y expone el verdadero propósito que debería tener la educación, así como la critica a la educación productora de humanos maquina que son producto de los intereses de quienes manejan esta educación.
Los sistemas educativos. Han fracasado por completo en todo el mundo porque hay algo radicalmente equivocado en el modo en que educamos a nuestros hijos.
Si nuestro objetivo es producir maquinas eficientes, es obvio que nos hace falta un sistema. Pero los sistemas solo pueden producir maquinas con ciertas respuestas. Ningún sistema fabrica individuos en estado alerta. Por esta causa, la actual civilización se está destruyendo a si misma.
La dificultad estriba en que la educación moderna enseña al niño lo que debe pensar, en lugar de enseñarle a pensar. Solo se puede hacer frente a la vida cuando se tiene la capacidad de pensar inteligentemente. Como a nuestros niños se les enseña a pensar en términos fragmentarios, no se convierten en seres integrados. No es posible educar a un niño para que se un individuo integrado, si uno no comprende la integración en uno mismo.
Profesor: ¿En qué podemos basar la educación si no en un sistema?
Krishnamurti: En que el propio maestro sea un ser integrado, para poder sacar a luz un individuo integrado.
Profesor: ¿En donde si no en la disciplina?
La disciplina. Una forma de disciplina que en realidad es una guía resulta necesaria. Nada de órdenes ni de prohibiciones rígidas, sino una especia de advertencia, de insinuación o de sugerencia susceptible de mostrarle al niño las dificultades. La dificultad surge cuando la disciplina no hace más que encajar al niño en un determinado molde de acción, mediante la compulsión y el miedo. De ese modo, un niño no puede llegar a ser inteligente.
Profesor: La ausencia de disciplina, ¿Puede volver al niño desenfrenado?
Krishnamurti: Si se le ajusta a un molde determinado, el niño se vuelve un mero producto de la disciplina. Cuando el corazón esta hueco, la disciplina ocupa el lugar del afecto... y da lugar a la necesidad de llenarlo con algo. ¡Necesidad de invenciones! ¡... y así hemos inventado a dios!
La educación verdadera es la creación de inteligencia y a eso no puede llegarse mediante la educación en masa, sino considerando a cada niño, estudiando sus dificultades, su idiosincrasia, sus tendencia, sus capacidades, cuidándolo con afecto.

El propósito de la educación
Krishnamurti esta convencido de que la mayoría de nosotros se aferra a una pequeña parte de la vida y piensa que, a través de esa parte, descubrirá lo total. Que a través de uno solo de sus rayos esperamos comprender la rueda; pero, como gusta repetir: "Un rayo no hace la rueda, ¿Verdad?. Insiste en que, desde niños tenemos que percibir el proceso total de vivir si es que realmente queremos comprender la vida. Y que la educación debe ayudar a comprender la vida. Y que la educación debe ayudar a comprender la totalidad de la vida y no preparar meramente a los seres humanos para que consigan un empleo y sigan el camino habitual del matrimonio, los hijos, el seguro y los "pequeños dioses".
Alumno: Todos hablan de paz, pero nadie educa para la paz... En el mundo educan para la competencia, y la competencia es el principio de cualquier guerra
Krishnamurti: Cuando uno hace algo con todo su ser, en eso no hay ambición ni competencia: uno no lucha con nadie por el primer lugar.
Los niños florecen cuando...
  • les ayudamos desde la infancia a no imitar a nadie, sino ser ellos mismos todo el tiempo.
  • les enseñamos a aprender cómo pensar y no qué pensar.
  • les permitimos liberarse de la acción egocéntrica.
  • les ayudamos a descubrir la vida y no a darla por sentada.
  • honramos su mente alerta, observadora, intensamente perceptiva.
  • les facilitamos aprender sin que la memoria sea lo predominante.
  • nos encargamos de que crezcan en una atmósfera de atención.
  • evitamos que la disciplina sea más importante que las personas que se ajustan a ella.
Y cuando...
  • les permitimos equivocarse y, ahí descubrir.
  • les hacemos comprender que los entusiastas del cambio exterior siempre dejan de lado los problemas fundamentales.
  • les facilitamos que el miedo surja en ellos bajo cualquiera de sus formas; para esto es indispensable que los maestros descubran las raíces de su propio miedo.
  • los fortalecemos para que nunca se sientan psicológicamente lastimados.
  • los estimulamos para que, en lo interno, en lo profundo, se encuentren en constante estado de rebelión; solo quienes se rebelan constantemente descubren lo verdadero.
Y cuando...
  • cultivamos en ellos esa confianza extraordinaria que da la inocencia, y que les impedirá ser absorbidos por lo colectivo y perderse en la mediocridad.
  • dejamos de prepararlos para que se amolden a este corrupto orden social, y les damos libertad: completa liberta para crecer y crear sociedades diferentes.
  • aprender a reconocer que la diferencia entre el conocimiento útil y el destructivo es el principio de la inteligencia.
  • no estudian solo para aprobar exámenes.
  • advierten que no estudia para llegar a alguna parte u obtener más provecho o mayores resultados, sino por amor a lo que hacen.
  • pueden desembarazarse de todas las influencias que pesan sobre ellos y los esclavizan.
Y cuando...
  • los educadores no son meramente informantes, maquinas que imparten un conocimiento particular, sino seres interesados por el bienestar de la totalidad.
  • no interferimos en su camino hacia lo que realmente ama y quieren hacer; así, desde el principio y hasta el final de su vida pueden trabajar en algo que sienten que vale la pena y que tienen para ellos una profunda significación.
  • los alentamos a expresar su energía y dejamos que estalle, que tenga continuidad, fuerza y pasión. Solo entonces esa energía se vuelve inmensa, ilimitada. Si arden con ella, ese calor, esa energía crecerá y producirá una sociedad nueva. No se disipará en meras revueltas contra la sociedad actual, que son como decoraciones en los muros de una prisión.
Krishnamurti: Ábranse paso por los muros de la tradición y la autoridad, quítense de encima el condicionamiento que sujeta a la mente.
Profesor: ¿Por qué no decirles eso a los niños?
Krihnasmurti: Primero, díganselo a ustedes mismos. La verdadera tarea de la educación es mostrar los muros de la prisión en que se halla recluida nuestra mente.
Para Krishnamurti, la educación no termina cuando uno cumple 18 ó 21 años sino cuando muere. Y hasta entonces, propone un camino que algunos han llegado a considerar propio de un poeta romántico. Quienes lo transitan saben que cuando él, en otros momentos menciona algún tipo de verdad, se refiere a preparar a los niños a este tipo de educación permanente.
"Cuando uno aprende realmente, lo hace a lo largo de su vida, y no hay un maestro especial del cual aprender. Entonces todo es enseñanza una hoja muerta, un perfume, una lagrima, el rico y el pobre, la sonrisa de una mujer, la arrogancia de un hombre."
Para Krishnamurti: este observar activo está directamente relacionado con el escuchar.

"Es porque somos tan secos nosotros mismos, tan vacíos y sin amor, que hemos permitido, que los gobiernos se apoderaran de la educación de nuestros hijos y de la dirección de nuestras vidas."
Jiddu Krishnamurti
Kreimer, Juan, C. y Arvallo M. (1999) Krishnamurti para principiantes. Buenos Aires, Argentina: Era naciente.

1 comentario:

  1. Perfecto,es un grande Maestro!!!!!
    Ana Lucia,San Pablo,Brasil

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