La acción directa desarrolla el sentimiento de la personalidad humana, a la vez que el espíritu de iniciativa.
En contraste con la apatía democrática, que se conforma con gregarios y seguidores, la acción directa saca a los individuos de su supor y les eleva a la conciencia.
No alista ni matricula a las masas, ¡al contrario! despierta en ell@s el sentido de su valor y su fuerza, y las agrupaciones que forman inspirándose en ella son uniones vivas y vibrantes en las que el número no prevalece sobre el valor bajo el peso de su simple gravedad, de su inmobilidad inconsciente.
La iniciativa de las personas no se anula, y las minorías, que son (y han sido siempre) el elemento de progreso, pueden explayarse sin obstáculos y, con su esfuerzo de propaganda, llevar a cabo la labor de coordinación previa a la acción.
Por consiguiente, la acción directa posee un valor educativo inigualable: enseña a reflexionar, a decidir, a actuar.
Se caracteriza por cultivar a autonomía, exaltar la individualidad, impulsar la iniciativa de la cual es fermento.
Y esta super abundancia de vitalidad, de expansión del "yo", no se contradice en absoluto con la solidaridad que une a las personas, porque, lejos de ser opuesta a sus intereses comunes, los concilia y refuerza: la independencia y la actividad del individuo sólo pueden alcanzar todo su esplendor e intensidad si hunden sus raíces en el suelo fecundo del acuerdo solidario.
La acción directa saca al ser humano del pantano de pasividad y apatía en que tiende a confinarle e inmobilizarle el democratismo, le enseña a querer, en vez de limitarse a obedecer, a ejercer su soberanía, en vez de delegar su porción de ella. Por eso cambia el eje de orientación social, de modo que las energías humanas, en vez de agotarse en una inactividad perniciosa y deprimente, hallan en una expansión legítima el alimento necesario para su continuo desarrollo.
La acción directa como herramienta contra los estados y el capital. Una herramienta imprescindible, llena de vida,de solidaridad y sobre todo de efectividad manifiesta.
El movimiento anarquista no puede prescindir de la acción directa nunca, siendo uno de los valores fundamentales en la praxis anárquica. La acción directa también depende del grado de compromiso que el sujeto tenga con La Idea. Lo que puede dar una idea de quién es cada uno y lo que de verdad pretende.
Viva la Anarquía
Fdo:Amig@s de Cloratita Fuente: http://ratasanarkas.blogspot.com.es/2012/12/accion-directaamigs-de-la-kloratita.html
En contraste con la apatía democrática, que se conforma con gregarios y seguidores, la acción directa saca a los individuos de su supor y les eleva a la conciencia.
No alista ni matricula a las masas, ¡al contrario! despierta en ell@s el sentido de su valor y su fuerza, y las agrupaciones que forman inspirándose en ella son uniones vivas y vibrantes en las que el número no prevalece sobre el valor bajo el peso de su simple gravedad, de su inmobilidad inconsciente.
La iniciativa de las personas no se anula, y las minorías, que son (y han sido siempre) el elemento de progreso, pueden explayarse sin obstáculos y, con su esfuerzo de propaganda, llevar a cabo la labor de coordinación previa a la acción.
Por consiguiente, la acción directa posee un valor educativo inigualable: enseña a reflexionar, a decidir, a actuar.
Se caracteriza por cultivar a autonomía, exaltar la individualidad, impulsar la iniciativa de la cual es fermento.
Y esta super abundancia de vitalidad, de expansión del "yo", no se contradice en absoluto con la solidaridad que une a las personas, porque, lejos de ser opuesta a sus intereses comunes, los concilia y refuerza: la independencia y la actividad del individuo sólo pueden alcanzar todo su esplendor e intensidad si hunden sus raíces en el suelo fecundo del acuerdo solidario.
La acción directa saca al ser humano del pantano de pasividad y apatía en que tiende a confinarle e inmobilizarle el democratismo, le enseña a querer, en vez de limitarse a obedecer, a ejercer su soberanía, en vez de delegar su porción de ella. Por eso cambia el eje de orientación social, de modo que las energías humanas, en vez de agotarse en una inactividad perniciosa y deprimente, hallan en una expansión legítima el alimento necesario para su continuo desarrollo.
La acción directa como herramienta contra los estados y el capital. Una herramienta imprescindible, llena de vida,de solidaridad y sobre todo de efectividad manifiesta.
El movimiento anarquista no puede prescindir de la acción directa nunca, siendo uno de los valores fundamentales en la praxis anárquica. La acción directa también depende del grado de compromiso que el sujeto tenga con La Idea. Lo que puede dar una idea de quién es cada uno y lo que de verdad pretende.
Viva la Anarquía
Fdo:Amig@s de Cloratita Fuente: http://ratasanarkas.blogspot.com.es/2012/12/accion-directaamigs-de-la-kloratita.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar, puedes decir lo que quieras, solo trata de aportar.