Nepomuceno vino, exigió, denunció y lo asesinaron; ¿Venganza de Calderón y el PAN?
Por Pedro Echeverría
1. Leopoldo Valenzuela, de Durango denunció la desaparición de su hijo, colaboró con las investigaciones, terminó asesinado. Marisela Escobedo de Chihuahua que exigió justicia por el asesinato de su hija Rubí, recorrió todas las “instituciones de justicia”, también fue asesinada. Asimismo Álvaro Sandoval (el “héroe de Juárez”) también de Chihuahua, fue ejecutado, y ahora Nepomuceno Moreno que al ser asesinado su hijo exigió justicia, participó además en las caravanas de la paz con justicia y dignidad, encabezada por Sicilia, fue asesinado ayer. Pero así como los gobiernos del PRI, los del PAN usan el mismo argumento mentiroso: los matamos porque eran parte del narco, o porque no quisieron parar su automóvil cuando se les indicó, o porque los confundimos o, de plano, porque llevaban mucha droga en su vehículo. ¿Cuándo un gobierno va a reconocer que es asesino?
2. ¿Qué hacen los dirigentes de partidos, candidatos y precandidatos a la Presidencia, aspirantes a senadores, a diputados, etcétera, a más de mil cargos? Dándose patadas y zancadillas, puñaladas traperas, para obtener un puesto electoral y un enorme salario 200 y 400 veces superior al salario de la mayoría de los trabajadores del país. ¿Cómo protestar si en México obtener un cargo es como sacarse varias veces la lotería nacional, es asegurar un buen dinero para usar toda la vida. Antes desde la izquierda gritábamos contra el PRI porque tenía diputados, senadores, presidentes municipales, a Fidel Velázquez, que llevaban 40 años en el poder; hoy panistas y perredistas están ya a punto de superar esa cantidad de años chupando del mismo presupuesto público. En cuanto al PRI y el PAN –como partidos burgueses- no hay contradicción; pero entre la mayoría del PRD que se dice progresista, es un cinismo brutal.
3. Entre tanto, desde el más allá, Leopoldo, Marisela, Álvaro, Nepomuceno siguen exigiendo justicia y advirtiendo que no hay que confiar en ningún gobierno, menos en sus soldados y policías que tienen órdenes de matar. Esas sencillas personas no pertenecían a partido político alguno ni eran agitadores, sino que simplemente reclamaban justicia para sus hijos o familiares muertos y, en lugar de que el gobierno haga justicia prefirió ajusticiarlos. Me recuerda la “justicia” que durante décadas se aplicó contra los campesinos que luchaban por tierras para trabajar: “Quieres tierras, pues te damos tierra”, es decir, sepultura. Así ha actuaron los gobiernos del PRI durante 70 años y lo mismo han hecho los gobiernos del PAN durante once años. ¿Qué podríamos esperar de los siguientes gobiernos cuyo único objetivo sea conservar el poder, por encima de todo? Me parece que todo se reduce al problema del poder económico y político.
4. Hoy La Jornada publica un trabajo de Fernández-Vega sobre el salario mínimo que parte de investigaciones de la facultad de economía de la UNAM. Dice que “hasta la propia Comisión Nacional de los Salarios Mínimos reconoce” que el poder adquisitivo real del mini ingreso equivale (octubre de 2011) a 10.09 pesos, es decir 83 por ciento menos que su valor nominal. Habla el artículo de que en diciembre de 2000 el poder adquisitivo real del salario mínimo era de 10.31 pesos; en igual mes, pero de 2006, con Calderón, tal indicador había caído a 10.17 pesos, y en el décimo mes del presente año a 10.09 pesos. Todo ello, desde luego, para vivir mejor. Entonces, de acuerdo con este criterio, en 2012 el aumento real al mini ingreso oscilaría entre 3 y 5 centavos de peso. ¿Qué quiere decir? Que en los sesenta y setenta podíamos comprar una canasta básica de productos completa y a partir de entonces, hoy, sólo podemos comprar el 10 por ciento.
5. Señala que la caída en el poder adquisitivo durante el gobierno de Felipe Calderón sigue siendo mayor que la sufrida en todo el sexenio de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari. Los discursos no sustituyen la realidad que enfrentan diariamente las amas de casa, los trabajadores del campo y de la ciudad. Se ha dado una caída en las condiciones de vida de los trabajadores similar a la sufrida en la llamada década perdida (la de los años 80 del siglo pasado), mostrando así un retroceso. De continuar la tendencia en la pérdida del poder adquisitivo, el salario mínimo presentaría una pérdida histórica mayor a la registrada en el sexenio de Ernesto Zedillo que fue de 51.1 por ciento, y que podría alcanzar el 62 por ciento por ciento de pérdida del poder adquisitivo, la mayor caída desde los años 40 del siglo pasado. Estos desastres son causa de risa para los ricos y clases medias altas, pero para la inmensa mayoría una penalidad.
6. ¿Cómo pueden protestar los dirigentes de partido, sus senadores y diputados, acerca de la intensificación de los crímenes en el país, apoyar demandas de 23 mil ciudadanos contra Calderón en La Haya, si se sienten bien comidos, bien bebidos y bien cubiertos en sus viajes en México y en otros países? No recuerdo si el jefe patronal Sánchez Navarro decía en los años sesenta que estaba muy bien que su hijo fuera comunista de joven para cuando sea grande fuera un buen capitalista. La realidad es que –según los partidos- no pueden manchar su trayectoria apoyando asuntos pequeños de asesinatos y delincuencia por que ellos luchan por cosas superiores. Pero en estos años, cuando la población se dé realmente cuenta que todos los políticos son más de lo mismo, es decir, que sólo buscan cargos y poder, dejará de votar y esperanzarse que políticos y gobernantes que sólo ven por sus intereses particulares.
Astillero
Julio Hernández López
Como ha sucedido con otros denunciantes de abusos criminales contra sus familiares en varias partes del país (por ejemplo, Marisela Escobedo, quien fue asesinada afuera del palacio de gobierno de Chihuahua el 17 de diciembre de 2010), el sonorense Nepomuceno Moreno Nuñez fue silenciado ayer en Hermosillo, a seis cuadras de la sede de los poderes estatal y municipal. El señor Moreno sostenía una solitaria y desolada lucha ante el gobierno del panista Guillermo Padrés en busca de su hijo Jorge Mario, quien fue desaparecido el 1º de julio del año pasado en un punto entre Ciudad Obregón y Guaymas, luego de haber sido perseguido por policías, municipales o estatales, que en el último tramo lo habrían sacado de una tienda Oxxo, según las diversas versiones que le fueron proporcionadas al padre que, conforme sucede casi como patrón obligatorio en el esquema de la justicia putrefacta, hubo de convertirse en investigador por cuenta propia y en molesto denunciante permanente del caso.
A pesar del brutal silencio y la olímpica indiferencia de las autoridades (ha de insistirse aquí en el mal gobierno de Padrés, quien llegó al poder gracias a la oportuna irritación contra el PRI producida por las muertes de la guardería ABC), Nepomuceno Moreno encontró una luz de esperanza en el movimiento desarrollado a partir de la desgracia de otro padre despojado de su hijo, Javier Sicilia. Fue uno de los asistentes a Chapultepec para dialogar con el licenciado Calderón pero, como lamentablemente hubo de confirmarse en la inmensa mayoría de los procesos concurrentes, nada cambió en su peregrinar.
En http://bit.ly/v7Bvx8 puede verse a Moreno narrando la historia de su infortunio y dejando constancia de lo que él hacía, a diferencia de los muchos a quienes aún no ha alcanzado la tragedia institucionalizada y por tanto prefieren la indiferencia e incluso el rechazo a la movilización y la denuncia.
Ahí vienen por mí, le habría dicho su hijo Jorge Mario desde la tienda a la que había ido a cargar crédito en su teléfono móvil. Ya antes le había narrado el primer encuentro con policías o delincuentes con ropaje de policías de los que había logrado escapar. De esas últimas palabras angustiadas, tiempo después, Nepomuceno Moreno retomó las del pasaje atribuido a Bertolt Brecht, provenientes del pastor Martin Niemöller. En su andar por oficinas, pasillos oficiales, plazas y calles, el padre desamparado repartía una copia del texto que describe cómo a fin de cuentas acaba quedándose solo, a disposición de los captores, aquel que se hace el desentendido cuanto van apresando a los otros, a aquellos de los cuales él considera no formar parte. Ayer, a bordo de una camioneta, fue acribillado ese padre decidido a quedar en la raya en busca de su hijo. También fueron por él.
A pesar del carácter abiertamente amenazador del exabrupto dominical calderonista, al tratar de conculcar el derecho ciudadano a presentar denuncias ante órganos institucionales por lo que considere abusos o delitos cometidos por autoridades, notable ha sido el silencio de varios comentaristas y políticos que suelen indignarse ante ciertos abusos (seleccionados). Ya antes fueron por los tuiteros de Veracruz, en el gobierno filofranquista de Javier Duarte que se aferra a la tesis de sujetar el ejercicio internético a condiciones establecidas desde el poder público. Luego, en la ciudad de México, fueron por un tuitero al que policías aprehendieron e interrogaron para ver si con su ironía no había sido causante del desplome de un helicóptero a pesar de que oficialmente se le consideraba accidental y no producto de un atentado.
Más delante instauraron la facultad de las Calumnias Libres cuando a juicio de la autoridad así convenga para incriminar periodismos incómodos y enseguida (uno-dos) el alto funcionario que excita a los ciudadanos a realizar llamadas anónimas de denuncia de presuntos delitos (las que, existentes o inventadas, ponen en funcionamiento y
justificanla puesta en marcha de aplastantes maquinarias armadas que violentan derechos y siembran terror verdadero) se ha mostrado irritadamente persecutor de quienes solicitan a una instancia internacional que investigue si en México se están cometiendo crímenes de guerra desde el aparato de poder que declaró y sostiene una guerra civil que ha causado decenas de miles de bajas, muchas de ellas comprobadamente sin relación alguna con los asuntos de narcotráfico y la inmensa mayoría de ellas sin que haya instancia del Estado mexicano que a la fecha presente resultados procesales firmes de las circunstancias mortuorias, asignado todo a un presunto campo de disolución jurídica en el que la inmensidad macabra queda condenada a una fosa común institucional, sin esperanza de verdad ni justicia, con la mera invocación del sambenito de las muertes a cuenta del
narcotráfico. Ya han ido por otros…
Astillas
El nietopriísmo batalla ardorosamente en busca de convencer de que las malas mañas de hoy no son las mismas de los abuelos, según eso dejados atrás, aunque muchos de ellos siguen moviendo los hilos de la candidatura estética… Más que
Compromiso por México, esa coalición formada por PRI, Panal y Niños Verde Dólar pareciera llamarse
Con permiso, tomo México… El
Movimiento Progresista, formado por los partidos del sol azteca y del Trabajo y lo que antes fue Convergencia, avanza en el proceso de meter en la licuadora los intereses electorales de los participantes. En ese contexto de reparto de candidaturas, mandos, privilegios y demás, los Chuchos ya están listos para acogerse a la amnistía decretada por la República Amorosa, preparados para aparecer en la reconciliación pública con el mismo candidato que en 2006 les derivó votos hacia diputaciones y senadurías con las que luego le combatieron (eso, sin hablar de traiciones comprobadas que ahora quedarán provisionalmente relegadas bajo efluvios románticos)… Y, mientras en el PAN sufren para aparentar que pueden armar un debate a partir de tres porciones que no crecen, ¡hasta mañana!
Fuente:Pedro Echeverria
Fuente:Pocamadre news
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