Mientras Mario González, estudiante del Colegio de Ciencias y
Humanidades de la UNAM, convalece al interior del Reclusiorio Oriente, a
pocos días de su posible muerte por la huelga de hambre que mantiene
desde hace un mes, la sociedad mexicana se lanza masivamente a las
tiendas para ser estafada a crédito, pasando así la resaca que les dejó
la celebración del triunfo de su patética selección nacional. La
posible muerte de Mario no les roza las conciencias porque están
convencidos, en virtud de lo pontificado por las televisoras, de que se
trata de un vándalo, un ladrón y un terrorista: merece morir en la
cárcel.
Mario fue detenido el 2 de octubre pasado, se le hizo descender de un pesero, junto con otros estudiantes, antes de que la marcha y los enfrentamientos de ese día tuvieran lugar, antes de eso él ya estaba esposado, ya lo estaban torturando, ya le daban toques eléctricos adentro de la patrulla, ya le habían dislocado un brazo. Hace un mes que quienes ingresaron con él al Reclusorio salieron libres bajo fianza mientras a él lo volvían a someter para llevarlo de vuelta a prisión.
No es el único que sigue preso: en el Reclusorio Norte permanecen otros 8 internos que fueron detenidos durante la manifestación. Como lo muestran los videos, las detenciones fueron arbitrarias, no se ha presentado una sola prueba contundente contra ninguno, su participación en los enfrentamientos no ha sido acreditada más que por los dichos de los policías que los presentaron en el MP y que no son los mismos que los detuvieron. Sabemos que para el GDF, lo justo es que estén en prisión, que sean castigados por haber acudido a una protesta, por no ser potenciales víctimas del “buen fin” y por denunciar la miseria, la injusticia y la corrupción de su gobierno y del sistema.
La huelga de hambre de Mario está a pocos días de acabar con su vida. La mayor parte de los medios de comunicación guarda silencio, la muerte de un estudiante arbitrariamente detenido no les parece más importante que la vida privada de un estúpido entrenador de futbol. El Estado mismo no se ha pronunciado públicamente, el Estado que es quien debe explicaciones a la familia de Mario y a la sociedad que lo verá morir en prisión. El Estado es Miguel Ángel Mancera, que debe explicar públicamente por qué detuvo a Mario antes de que comenzara la marcha, por qué ordenó que se le torturara física y sicológicamente durante la detención y al interior del Reclusorio. El Estado es la CDHDF, que tampoco ha dicho palabra ni ha cumplido con su obligación de salvaguardar a toda costa los derechos de Mario. Pero el Estado también son las autoridades universitarias, a las que tampoco les parece preocupante que uno de sus estudiantes vaya a morir adentro de una cárcel por delitos que no cometió.
Miguel Ángel Mancera quiere que Mario muera en prisión.
José Narro Robles quiere que Mario muera en prisión.
Lucía Laura Muñoz Corona quiere que Mario muera en prisión.
Su posible fallecimiento les emociona, lo esperan con ansiedad. Cuando ocurra, habrán mandado el mensaje apropiado a todos los estudiantes y a todos los que protestan contra las medidas que nos impone todos los días en todos los ámbitos la clase dominante: el castigo por protestar es la pena de muerte, cuestionar las decisiones de la Santa Rectoría y sus esbirros se castiga con la tortura y el asesinato; amerita morir de hambre, humillado, sobajado y torturado adentro de un penal sobrepoblado. Porque en el fondo no son sino unos cobardes, autoridades patéticas que se escudan en discursos legaloides y seudodemocráticos para imponer su ley, que no es suya sino de sus patrones: Mario está preso porque el rector y sus esclavos creen que participó en la toma de Rectoría, suscitada por un conflicto estudiantil en el CCH Naucalpan en el que había estado presente. Ni siquiera son capaces de aceptar públicamente que lo tienen preso por razones políticas, no legales, y que por esas razones están dispuestos a dejarlo morir en la cárcel. Las violaciones sistemáticas a su debido proceso son tan evidentes que intervenir para que salga por vías jurídicas es perfectamente posible, si no lo han hecho, es porque lo consideran un enemigo político que debe perecer.
Si Mario muere, los responsables directos, los asesinos, serán el GDF y las autoridades universitarias. Se habrá asentado un precedente importante para lo que viene de esta coyuntura álgida de la lucha de clases y de la organización en contra de las reformas estructurales, particularmente en lo que respecta al papel y al compromiso asumidos por los estudiantes: el castigo por contradecir al poder es la tortura y la pena de muerte, las garantías de ello corren por cuenta de las autoridades universitarias.
¡¡Mancera, Narro, Muñoz: Asesinos y torturadores!!
¡¡Libertad inmediata y absoluta e incondicional a Mario y reparación de los daños!!
¡¡Libertad a todos los presos del 2 de octubre y a todos los presos políticos del estado capitalista!!
Izquierda Revolucionaria Internacionalista Buenaventura Durruti “Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones” 16 de noviembre del 2013 Fuente: http://www.proyectoambulante.org/index.php/noticias/internacionales/item/3090-si-mario-gonzalez-muere-los-responsables-directos-los-asesinos-seran-el-gdf-y-las-autoridades-universitarias
Mario fue detenido el 2 de octubre pasado, se le hizo descender de un pesero, junto con otros estudiantes, antes de que la marcha y los enfrentamientos de ese día tuvieran lugar, antes de eso él ya estaba esposado, ya lo estaban torturando, ya le daban toques eléctricos adentro de la patrulla, ya le habían dislocado un brazo. Hace un mes que quienes ingresaron con él al Reclusorio salieron libres bajo fianza mientras a él lo volvían a someter para llevarlo de vuelta a prisión.
No es el único que sigue preso: en el Reclusorio Norte permanecen otros 8 internos que fueron detenidos durante la manifestación. Como lo muestran los videos, las detenciones fueron arbitrarias, no se ha presentado una sola prueba contundente contra ninguno, su participación en los enfrentamientos no ha sido acreditada más que por los dichos de los policías que los presentaron en el MP y que no son los mismos que los detuvieron. Sabemos que para el GDF, lo justo es que estén en prisión, que sean castigados por haber acudido a una protesta, por no ser potenciales víctimas del “buen fin” y por denunciar la miseria, la injusticia y la corrupción de su gobierno y del sistema.
La huelga de hambre de Mario está a pocos días de acabar con su vida. La mayor parte de los medios de comunicación guarda silencio, la muerte de un estudiante arbitrariamente detenido no les parece más importante que la vida privada de un estúpido entrenador de futbol. El Estado mismo no se ha pronunciado públicamente, el Estado que es quien debe explicaciones a la familia de Mario y a la sociedad que lo verá morir en prisión. El Estado es Miguel Ángel Mancera, que debe explicar públicamente por qué detuvo a Mario antes de que comenzara la marcha, por qué ordenó que se le torturara física y sicológicamente durante la detención y al interior del Reclusorio. El Estado es la CDHDF, que tampoco ha dicho palabra ni ha cumplido con su obligación de salvaguardar a toda costa los derechos de Mario. Pero el Estado también son las autoridades universitarias, a las que tampoco les parece preocupante que uno de sus estudiantes vaya a morir adentro de una cárcel por delitos que no cometió.
Miguel Ángel Mancera quiere que Mario muera en prisión.
José Narro Robles quiere que Mario muera en prisión.
Lucía Laura Muñoz Corona quiere que Mario muera en prisión.
Su posible fallecimiento les emociona, lo esperan con ansiedad. Cuando ocurra, habrán mandado el mensaje apropiado a todos los estudiantes y a todos los que protestan contra las medidas que nos impone todos los días en todos los ámbitos la clase dominante: el castigo por protestar es la pena de muerte, cuestionar las decisiones de la Santa Rectoría y sus esbirros se castiga con la tortura y el asesinato; amerita morir de hambre, humillado, sobajado y torturado adentro de un penal sobrepoblado. Porque en el fondo no son sino unos cobardes, autoridades patéticas que se escudan en discursos legaloides y seudodemocráticos para imponer su ley, que no es suya sino de sus patrones: Mario está preso porque el rector y sus esclavos creen que participó en la toma de Rectoría, suscitada por un conflicto estudiantil en el CCH Naucalpan en el que había estado presente. Ni siquiera son capaces de aceptar públicamente que lo tienen preso por razones políticas, no legales, y que por esas razones están dispuestos a dejarlo morir en la cárcel. Las violaciones sistemáticas a su debido proceso son tan evidentes que intervenir para que salga por vías jurídicas es perfectamente posible, si no lo han hecho, es porque lo consideran un enemigo político que debe perecer.
Si Mario muere, los responsables directos, los asesinos, serán el GDF y las autoridades universitarias. Se habrá asentado un precedente importante para lo que viene de esta coyuntura álgida de la lucha de clases y de la organización en contra de las reformas estructurales, particularmente en lo que respecta al papel y al compromiso asumidos por los estudiantes: el castigo por contradecir al poder es la tortura y la pena de muerte, las garantías de ello corren por cuenta de las autoridades universitarias.
¡¡Mancera, Narro, Muñoz: Asesinos y torturadores!!
¡¡Libertad inmediata y absoluta e incondicional a Mario y reparación de los daños!!
¡¡Libertad a todos los presos del 2 de octubre y a todos los presos políticos del estado capitalista!!
Izquierda Revolucionaria Internacionalista Buenaventura Durruti “Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones” 16 de noviembre del 2013 Fuente: http://www.proyectoambulante.org/index.php/noticias/internacionales/item/3090-si-mario-gonzalez-muere-los-responsables-directos-los-asesinos-seran-el-gdf-y-las-autoridades-universitarias
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